El Guerrero Jaguar - La primera transformación, parte 3

…

La piscina del CANES estaba en su apogeo, sus aguas estaban cristalinas y limpias. Rony podía oler el cloro.

-El perfume de los nadadores- dijo Wolf interrumpiendo sus pensamientos.

Wolf era uno de los entrenadores, joven, de unos 24 años seguramente. Nunca se lo había preguntado, no socializaba mucho con las personas. Era moreno y tenia una mecha de color blanco en una sección derecha del cabello.

En toda la piscina se escuchaba el bullicio de los niños, había diversos grupos, desde los 8 años hasta los 18 años.

Rony fue agruparse con su grupo, entre ellos estaba su mejor amigo Boris. Un chico alto. Rony tenia la sensación de que su crecía cada vez que lo veía. También era velludo, tanto en los brazos como en las cejas. Tenía la apariencia de un lobo adolescente. Ambos eran de la misma edad y se conocían desde los 8 años.

-Hermano el otro día estuve de nuevo con la amiga de mi madre- Contaba Boris desde hace un buen rato, pero Rony estaba en "modo automático". -¡Es tan sensual esa mujer, no sabes las cosas que me ha enseñado! Nada como las chiquillas de nuestra edad- indicaba con una cara de poeta.

Esa historia Rony la había oído bien, no podía estar en más en desacuerdo con su amigo. La razón que estuviera indiferente a lo que oia era por la llegada de Marcella.

Ella venía con su madre y su hermana, pero los ojos de él estaban fijos en ella. Era una chica flacucha, apenas desarrollando las finuras de una mujer. Tenía 14 años y un rostro que nunca entristecía, èse era su mayor atractivo. Nunca la había visto afligida, siempre reía y lo hacia de una manera simpática. La verdad Rony odiaba la natación, pero iba allí por Marcella.

No pudo dirigirle la palabra, el entrenador principal los llamaba a todos. Montaño, así se llamaba, casi se le salían las venas del cráneo mientras gritaba. Cuando se dirigían hacia el área de estiramiento, se dio cuenta del silencio de su amigo.

-¿Qué te sucede?- preguntó asombrado de que hubiera cerrado el pico.

-Nada brother, todo relajado- contestó Boris serio.

-Bueno, está bien- indicó Rony.

Procedieron a realizar el estiramiento, siguiendo las instrucciones del entrenador. Luego, ingresaron a la piscina en el área que le correspondía. Rony se fajó bastante en impresionar a Marcella, quien estaba cercana a su sección, pero captó que hablaba con Cunaro, quien fascinaba a todas las chicas con sus pectorales y un cabello rubio. Rony sintió inmediatamente un fuego surgirle del pecho. Decidió nadar más rápido para alejar la mala nube que se formaba en su cabeza.

Cada vez que cubría 100 metros de nado, los encontraba riéndose, o peor el tocando el brazo de ella. Casi escupía espuma por la boca.

No podían quitarle la única chica que había advertido su presencia. Rony era callado con la mayoría de las chicas, pero Marcella entabló una conversación sana desde la primera vez que se conocieron. Se reía de sus comentarios y hasta le había dedicado algunos piropos por Messenger, en eso se lo pasaban la mayor parte del tiempo. Conocía su día de cumpleaños, sus gustos, sus sueños, casi todo referido a ella.

Al salir de la piscina, se fue vistiendo rápidamente, lo último en ponerse fue el collar. No notó el humo que expidió su cuerpo. Las personas se apartaron para darle paso. Se secó completamente para luego vestirse, en eso se encontró de frente con Boris.

-¿Sabes amigo?, deberíamos irnos ya y ver sí podemos comprar unos juegos fabulosos de play- repuso Boris asintiendo la cabeza como un autómata.

-¡Sabes que tenemos casi todos!- exclamó de malhumor y cuando se iba a virar su amigo lo detuvo.

Solo miró la expresión en la cara de su amigo, era la de una persona contrariada. Conocía las expresiones. Él podría no ser bueno entablando conversaciones, pero si sabia leer bien a las personas y Boris era de las que ocultaba cosas con ese gesto, algo que le dolería si se enteraba. Así que, en contra de la voluntad de su amigo, de su salud y en contra de la voluntad de su paz interna viró para ver que sucedía.

La verdad fue totalmente arrolladora, el corazón de Rony se quebró en mil pedazos. No lo oyó quebrajarse, ni siquiera partirse, mas sí sintió toda la onda expansiva de ira y cólera recorrer cada partícula de su ser.

En frente estaba Marcella, dándose unos tiernos besos con Cunaro. El galán, de la piscina se había hecho con la única chica que le llamaba la atención, la única que estaba enamorado. Justo en ese momento fue que Rony se dio cuenta lo poderoso que era ese sentimiento.

Sintió una mano fría posarse en su hombro, pero la repelió con fuerza.

Boris percibió el hervir de la piel de su amigo.

-Déjame- dijo Rony con una voz distinta a la suya, sonaba seca y áspera, hasta más gruesa.

Inmediatamente huyó. Aquellos que vieron a Rony correr, solo prestaron atención al collar con un color al rojo vivo que cargaba en el cuello.

Anduvo hasta encontrarse en un área bosquejada. Los arboles podían tapar su lloriqueo. Soltaba lágrimas mientras golpeaba una y otra vez, el suelo al derrumbarse en un colapso nervioso.

No percibió como el dije con la cadena se iban introduciéndose en su piel lentamente, no advirtió los dientes afilados que surgían de sus labios, no captó el gruñido salvaje de su voz al llorar y tampoco distinguió como la conciencia se le escurría hasta perderse en el mar de cólera.

-¡NO PUEDE SER!- gritó con todas sus fuerzas y de nuevo golpeó con sus puños el suelo.

Se crearon grietas mínimas, pero iban aumentando a medida que la ira iba creciendo.

-¡Ella debe estar equivocada… no pued…. Se… posi… AHHHHH!-

Fue como una explosión. Del cuerpo de Rony brotó un pelaje dorado que fue cubriendo todo su cuerpo. También cambió totalmente su rostro alargándose y volviéndose un poco más felina, los ojos se volvieron unas especies de cuchillas asesinas en las pupilas, además su cuerpo fue creciendo un poco, acompañados del aumento de la fisonomía muscular. Lentamente los sollozos se fueron apagando, para convertirse en un gruñido salvaje y despiadado.

Un cráter considerable se había formado en el suelo, allí donde la bestia había dejado de golpear.

Ya nada quedaba que relacionara al joven Rony con esa bestia enorme que había surgido.

El siguiente capítulo será publicado el sábado que viene

Entregas anteriores

1. Prefacio
2. La primera transformación parte 1
3. La primera transformación parte 2

_Fuente

Imágenes editadas con Canvas. Todas con sus respectivas fuentes y el separador hecho en Illustrator y Photoshop

Nota: las fuentes están hipervinculadas