La marquesita (Cuento) Septima parte

Se transformó en una linda joven y a las ratas en caballeros que le servían y escoltaban a caballo, también al estilo de cenicienta convirtió una gran sandía en un hermoso carruaje e hizo una apoteósica entrada al reino ante los ojos asombrados de la población.
Llegó hasta la corte del rey y se hizo pasar por una princesa que estaba de paso por el reino consiguiendo que se le brindara la hospitalidad de quedarse en el castillo y ser invitada de honor.
Supuestamente estaría allí por cinco días mientras descansaba para seguir su camino.
Durante ese tiempo intentó embrujar al rey pero sus hechizos fueron insuficientes ya que el mismo apenas la tomaba en cuenta, incluso en una ocasión cuando sabiendo que la observaba mostró su escultural cuerpo medio desnudo.
Su frustración y rabia fue en aumento ante sus planes fallidos y estaba segura que el mago Meldorf estaba tras esto, por lo que en la noche mientras todos dormían salió rumbo al castillo del conde para corroborar sus sospechas.
Tal como la vez anterior no pudo llegar al castillo que se encontraba protegido por el mago y con voz amistosa gritó:
-Vengo en son de paz, quiero hablar con Meldorf.
Por varios minutos todo era silencio hasta que una voz lo quebró.

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