Charles Baudelaire: escritor fundacional de la lírica moderna (Parte I)
Amigos lectores, hasta ahora hemos recorrido un significativo trecho en este paseo por los inicios de la modernidad poética, que emprendimos hace unos meses y que esperamos continuar en nuestro aporte al conocimiento de los cimientos de la poesía occidental moderna hasta nuestros días.
Pero antes de seguir, recordemos (o precisemos) una premisa. Existen dos sentidos para considerar la poesía moderna: uno amplio y otro restringido. Según el primero, la poesía moderna comenzaría con el Romanticismo y se extendería a lo largo del siglo XX. De acuerdo con el segundo criterio, se iniciaría con el Simbolismo, corriente inaugurada por Charles Baudelaire, y, obviamente, continuaría hasta el XX.
En nuestro camino hemos visitado grandes hitos: el Romanticismo alemán, inglés y francés, Edgar Allan Poe, Walt Whitman… Llegamos ahora, precisamente, a ese hito que es el poeta, pensador, crítico, ensayista y traductor Charles Baudelaire.
Si bien nuestro propósito en estos posts es comunicar aspectos teóricos esenciales sobre la obra literaria y las contribuciones de estos autores al desarrollo de la poesía moderna, es necesario reseñar partes de su biografía. De estar interesados en información más amplia puede consultar el siguiente enlace.
Charles Baudelaire nace en París en 1821, y muere en la misma ciudad en 1867. Su padre fue un educador, pintor y funcionario del Estado, de formación católica; de él seguramente vino el interés hacia el arte y la influencia religiosa del poeta. Su madre le proporcionó su formación en la lengua inglesa. Se dice que fue criado por la sirvienta de la familia.
Cuando Baudelaire tenía cinco años murió su padre, de quien recibió una importante herencia económica. Pasado poco tiempo, su madre se casó con un militar, que llegó a alcanzar importantes cargos. El niño y joven Baudelaire siempre tuvo una relación de antipatía con su padrastro, quien lo internó en un colegio de disciplina rígida, de donde sería expulsado por su rebeldía ante las imposiciones.
De joven tuvo una vida libertina y bohemia, de "desórdenes" diversos en lo amoroso y sexual (asistía a prostíbulos y mantuvo relaciones públicas con conocidas prostitutas), consumo de drogas, etc. Participa en los círculos literarios y artísticos parisinos, y hace amistad con Nerval, Balzac y Gautier, entre otros importantes escritores del momento. Realizó trabajos de crítica de arte, que fueron publicados póstumamente bajo el título Curiosidades estéticas; estos trabajos se centraron en pintores contemporáneos que recibieron su impulso, como Delacroix. También se dedicó a la crítica literaria, trabajos recogidos en el libro póstumo El arte romántico.
Su libro en poesía más destacado es Las Flores del Mal, publicado en 1857, que fuera censurado y su autor sometido a proceso judicial por "ofender la moral pública y las buenas costumbres". Sin embargo, el libro fue publicado nuevamente en una edición ampliada en 1861. Especial mención merece su libro Pequeños poemas en prosa (también conocido como El spleen de París), de 1869, de mucha relevancia para la poesía moderna. Hay que recordar que fue el primer traductor al francés de gran parte de la obra de Edgar Allan Poe. Además, es autor de Los paraísos artificiales, de un estudio de la obra musical de Richard Wagner, y del conjunto de ensayos El pintor de la vida moderna, de gran significación por sus ideas estéticas. Igualmente, son de interés sus diarios íntimos, de publicación póstuma, donde está su importante texto "Mi corazón al desnudo".
Su muerte ocurrió a consecuencia de las complicaciones producidas por la sífilis que padecía desde hacía varios años.
Trataremos a continuación los aspectos que nos parecen más relevantes de su obra y aportes.
Baudelaire se había nutrido del mejor Romanticismo, pero distanciándose de toda afectación sentimentalista, inclinación a la fácil espontaneidad y dejadez en la escritura. Participó en el Parnasianismo, con el que se identificó en ideas tales como el menosprecio del arte utilitario y la valoración del rigor estilístico y la función de la música en el poema. Sin embargo, trasvasa ambos movimientos y se convierte en precursor del Simbolismo (ver), enmarcado en la corriente del Decadentismo (ver), de la que también es expresión. Esto es lo que lleva a decir a Balakian: "Históricamente es un inadaptado; llegó demasiado tarde y demasiado pronto".
Hay que reconocer que Baudelaire tiene conciencia de la extraordinaria complejidad del alma humana. Esto lo lleva a indagar regiones oscuras del espíritu, pero se forma una cierta ambivalencia afectiva, siempre desde su posición crítica y de disciplina intelectual.
Baudelaire es el introductor de la palabra modernidad* ("modernité", en francés) en la discusión cultural. En su ensayo El pintor de la vida moderna, interpretación de la obra de Constantin Guys, es donde aparece por primera vez:
Él busca ese algo que se nos permitirá llamar la modernidad, ya que no se puede
hallar una palabra mejor para expresar la idea en cuestión. [...] La modernidad es lo transitorio, lo fugitivo, lo contingente, la mitad del arte, cuya otra mitad es lo eterno y lo inmutable [....] En pocas palabras, para que toda modernidad sea digna de volverse antigüedad, es necesario que pueda extraerse la belleza misteriosa que la vida humana inserta involuntariamente en ella.
Aquí está uno de los grandes aportes de este escritor: en su concepto de modernidad hallamos la conjunción de lo que caracteriza al presente como tal –su particularidad, que es pasajera–, pero que, por eso mismo, se hace trascendente. Como lo dice Compagnon: "La modernidad busca el reconocimiento de la doble naturaleza de lo bello, es decir, también, de la doble naturaleza del ser humano".
Este es precisamente uno de los varios aspectos principales del pensamiento estético que Baudelaire nos lega: el concepto de lo Bello, que tiene influencias de Poe. Se concibe no como una cualidad, sino como efecto. La belleza estará dada por elementos particulares; no es absoluta ni una, sino singular y plural, y por eso "lo bello es extraño". De allí, que la modernidad
"es ese elemento que, al particularizarla, vivifica a la belleza". (Paz)Y de ahí, al concepto de poesía en Baudelaire:
En primer lugar, Baudelaire concibe que en la palabra hay algo sagrado, y que usarla supone un "encantamiento evocador", así lo podemos leer en su ensayo sobre Gautier en El arte romántico. La evocación será quizás uno de los modos por excelencia como se cumpla el efecto estético del poema. ¿Pero qué es la evocación para Baudelaire? El lenguaje, más allá de su uso instrumental ordinario, puede producir otra dimensión, en la que se suscitan asociaciones no previamente determinadas (sensaciones, imágenes, significados).
De modo que para Baudelaire la poesía se entendería como una experiencia espiritual circunscrita a la naturaleza terrenal. Dicho de otro modo, una proyección de la visión interior sobre el mundo exterior, con una correspondencia entre ambos, dando lugar a lo que conocemos como "sinestesia". Esta puede ser asumida como un recurso basado en la asociación entre estímulos sensoriales de diferente tipo, que producen un efecto confluyente en la mente (esto lo abordaremos específicamente en poemas de Baudelaire en post siguiente).
La importancia de Baudelaire amerita uno o dos posts más. Nos leemos en el siguiente. Gracias por su atención.
Referencias bibliográficas
Balakian, Anna (1969) El Movimiento Simbolista. España: Eidt. Guadarrama
Compagnom, Antoine (190). Las cinco paradojas de la modernidad. Venezuela: Monte Ávila.
Todó, Lluís (1987). El Simbolismo. España: Edit. Montesinos
Paz, Octavio (1985). Los hijos del limo. Colombia: Edit. La Oveja Negra.
Si estás interesado en leer los posts anteriores de esta serie, puedes visitar los siguientes enlaces:
Modernidad literaria, Romanticismo alemán , Romanticismo ingles I, Romanticismo inglés II, Romanticismo francés I y Romanticismo francés II, Realismo literario I, Realismo II, Realismo literario III, Parnasianismo I, Parnasianismo II, Edgar Allan Poe I, Edgar Allan Poe II, Edgar Allan Poe III, Walt Whitman I, Walt Whitman II, Simbolismo I, Simbolismo II, Decadentismo I, Decadentismo II.