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Basado en un hecho real

PRÓLOGO

PERIÓDICO “EL CONFIDENTIALE”

La Policía Nacional detuvo el pasado jueves en Barcelona al director de cine porno Miguel Hernáinz, acusado de prostituir y grabar a menores de edad colombianas en películas que después vendía a través de varias de sus páginas de Internet, con las que obtenía importantes beneficios económicos. Las jóvenes de origen humilde, eran engañadas, ya que se cree que Hernáinz les decía que se trataba de una audición y parece que les proporcionaba documentación falsa para que pudieran pasar por mujeres mayores de edad.

Fuentes de la investigación han informado de que el detenido tenía a la menores grabando películas pornográficas, con diferentes actores masculinos, desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la tarde, todos los días, por 700$.

La investigación se inició a finales de 2008 cuando la Brigada de Investigación Tecnológica (BIT), en colaboración con la Policía Nacional de Colombia e Interpol, detectó una red que se dedicaba a prostituir a adolescentes en el país americano.

La denuncia partió del rector de un instituto de Medellín después de que varios alumnos alertaran de que una compañera, de 16 años, aparecía protagonizando un vídeo pornográfico.

CAPÍTULO 1: EN COLOMBIA

La ciudad de Medellín se percibía como un paisaje deslucido y gris a través de la ventana de Javier. Las luces de la urbe se encendían dando la bienvenida a la luna. Mientras contemplaba las autopistas cargadas de coches, su madre deambulaba por el piso con un cepillo de barrer en la mano. El rostro de Javier mostraba una satisfacción pasmosa fruto de su ascenso como rector en el instituto donde trabaja, y cuando su madre hubo acabado de barrer; se despidió de ella, se puso el pijama y se sentó frente al ordenador. Tras un vago escrutinio escogió videos pornográficos españoles. Eligió una página de internet llamada “miguelhernáinz”: sexo duro a cambio de entre 10 y 75 euros la descarga, donde proliferaban las actrices con aspecto adolescente. Debido a que se hallaba en una noche de celebración, Javier no escatimó en darse un capricho y optó por la descarga más cara.

Una cándida muchacha vestida de colegiala al estilo manga estaba sentada de espaldas a la cámara frente a un profesor. Mientras el actor se desabotonaba lentamente la camisa, Javier imitaba sus gestos, y pensó que el azar le había hecho un regalo por encontrar un video en el que sus fantasías se vieran tan bien reflejadas. El profesor sacudía una regla de madera con una mano y con la otra desnudaba poco a poco a la joven. << Has sido una alumna mala, tengo que castigarte>>, dijo, y empujó a la alumna sobre una mesa, cuyas nalgas se insinuaban mediante una faldita escocesa. El profesor se aflojó el cinturón y azotó los glúteos de la joven con la regla, cuyos jadeos, fueron suficientes para corroborar que se trataba de una mujer colombiana; y éste fue, sin duda, el hecho que más alimentó el acalorado deseo de Javier por masturbarse.

Durante seis minutos el rostro de la joven había sido prácticamente imperceptible; solo su espalda, sus nalgas, su sexo y su boca. La penetración se aceleró, los jadeos aumentaron, y Javier sintió como el camino al clímax se iba acercando, hasta que el semen se extendió por toda su mano. Una vez recobrado el aliento, cogió su camisa del pijama y limpió sus gafas empañadas para poder enterarse del desenlace de la película. La colombiana se incorporó, se abrochó la camisa y se dio la vuelta hacia la cámara dirigiéndose a una puerta. Javier la reconoció inmediatamente, era una alumna de 16 años de su instituto. En ese momento Javier creyó que el destino estaba moviendo las primeras piezas en los prolegómenos de su nuevo cargo, y, tenía la certeza, de que denunciar tales sucesos supondría la culminación de su carrera.

CAPÍTULO 2: EN BARCELONA

Tres años más tarde, en un piso de Barcelona, Susana secaba con un trapo de cocina la ventana empañada por el vapor de una olla hirviendo. Su rostro reflejado en el cristal revelaba la imagen de una mujer de 30 años, hermosa y feliz. Subió el volumen de los altavoces y se abandonó por completo en una danza reggae. Mientras se quitaba el delantal y soltaba su melena castaña, se contoneó sensualmente hacia donde se encontraba Miguel (postergado en un sillón del salón con la mirada perdida en sus pensamientos), alzando su vestido y moviéndolo al ritmo de la música.

Miguel, un hombre de 38 años, moreno y delgado, la sentó sobre sus piernas y la besó apasionadamente. Michelle, tenía tres años, y al percatarse de la escena cariñosa protagonizada por sus progenitores corrió a los brazos de éstos y se unió a una imagen que parecía sacada de un cuento. Pero la armonía familiar se interrumpió cuando el timbre de la puerta comenzó a sonar. La policía detenía a Miguel acusado por inducción a la prostitución, corrupción de menores y falsificación de documentos públicos.

Michelle se aferró a la cintura de su padre y Susana permaneció inmóvil víctima del shock; a quien se le pasó por la cabeza la posibilidad de que les estaban tomando el pelo, pero al final, prevaleció en ella la idea de que aquella situación formaba parte de una realidad sombría que sólo acababa de comenzar. Miguel calmó a su hijo diciéndole que no pasaba nada, que papa pronto estaría en casa; pero al mirar a su pareja su mundo se desestabilizó al comprobar que la mirada de Susana no transmitía la convicción absoluta de que él fuera inocente.

CAPÍTULO 3: CARTA DE DESPEDIDA

Esa misma noche, Susana acababa de acostar a su hijo cuando salió a la terraza de su casa; al acercarse a la barandilla sintió como si ésta desapareciera dando lugar a un elevado precipicio. Por momentos perdió la conciencia mientras luchaba por no desmayarse y arrojarse de cabeza al vacío, pero la imagen de Michelle en su pensamiento se lo impidió, le horrorizaba la idea de que su hijo pudiera quedarse completamente solo. Tuvo la sensación de volver al pasado recordando, la misma sensación de desaliento, por tercera vez en su vida.
La primera fue cuando sus padres murieron en un accidente de coche. Susana tenía 18 años y el desamparo se convirtió en su única compañía. Dorian, un muchacho con el que había estado saliendo durante tres meses, se estableció como su protector. Dorian tenía 25 años y trabajaba como pasante en el despacho de abogados penalistas más importante de Granada. Un hombre extremadamente atractivo y pragmático en cuyo mundo no había lugar para los inciertos. Seis meses después del entierro de sus padres, Susana asintió a su petición reiterada de matrimonio.
La segunda fue cuando abandonó a su marido siete años después de casados. Dejándole una carta de despedida:
<<¿Cuál es la verdad?: ¿tu verdad o la mía?, ¿tu reputación o mi libertad?, ¿tu buena imagen de cara a la galería manchada de mierda que te ahoga desde la boca del estómago a la garganta, o mis ganas de vivir?….
Dos realidades paralelas bajo el mismo techo: agua y aceite en un mismo recipiente de cristal.
Es imposible Dorian; por mucho que quiera entenderte, por mucho que intente volver a enamórame de ti...ya no puedo porque me asfixio a tu lado. Tus normas me las paso ya por el forro. Tu egocentrismo, vestido de traje negro de Hugo, ya no me resulta atractivo y morboso.
Todo es mentira, y yo, marioneta de trapo en tus manos, poco a poco he olvidado quien era. Verdugo de mis sueños, ¡ya no me fascinan tus promesas!, ¡nunca me permites volar con mis propias alas!
¿Culpable?…, la primera soy yo por tenerte miedo.
Esta noche he decidido salir corriendo de aquí; necesito, quiero y me prometo, que hoy sí, soy valiente.
No sé a dónde iré. No sé como viviré. No tengo ni idea de cómo pagaré mi techo y mi comida. Pero te tengo tanto miedo que prefiero morirme de hambre bajo un puente a seguir, un único minuto más, viviendo esta tortura emocional a la que me tienes sometida.
No soy guapa. No me deseas. No me respetas y te burlas de mí. Me tienes escondida en un palacio en el cual ni un movimiento en los cuadros te parece acertado.
—Comida barata e indigesta, ¿eso es lo único que eres capaz de cocinar? Prefiero a un perro triturado del restaurante de la esquina, antes de comerme esto.
—¿Así piensas salir esta noche a cenar? ¿Con esos vestidos de puta te gastas mi dinero? Volveré a decirle a mi jefe que esta noche vuelves a tener migrañas. No permitiré que los socios del despacho se rían de mí.
Me llevo una maleta y 3000 euros que tenías guardados en un cajón, te dejo las llaves sobre la mesa.
No me busques, porque no me encontrarás.
No me llames, porque mi móvil te lo dejo también.
Y no llores... Porque sabes, tan bien como yo, que será mentira>>.

CAPÍTULO 4: ME HAN ROBADO LA MALETA

Hacía poco más de dos semanas que Miguel había sido detenido en Barcelona y trasladado a una prisión preventiva de Madrid. Susana acababa de aterrizar en Barajas y, en una hora, se enfrentaría a la cruel realidad de ver a su pareja entre rejas. La salida del aeropuerto estaba vacía y el olor del asfalto mojado por la reciente lluvia retrocedió su mente en el tiempo hasta el momento exacto, cinco años antes, en el cual huyó de Granada y el azar propició su primer encuentro con Miguel.
—Tengo mi maleta, mis manolos, mi abrigo de Chanel y mi bolso. Estoy emocionada; quiero parar de sonreír, pero no puedo, y no quiero que nadie me mire, ¡guau!, ¡qué adrenalina!… ¿Y dónde voy ahora? ¿Paso una noche en Madrid? No, no, no… Dorian me encontraría mañana, a ver, tengo que ir a un país donde pueda sobrevivir un tiempo con 3000 euros, eh…, no sé. ¡Mierda!, ¡mi maleta! ¿Dónde está mi maleta? Pero, ¡si la tenía aquí! No puede ser. ¡No, no llores Susana, no te derrumbes! No es tu corazón el que has perdido. No son tus sueños, tu juventud, tu verdadero amor, tu protector, tu amigo…Es solo una maleta.
—¿Está bien señorita? —dijo Miguel.
—Sí…, bueno… No sé…. ¿Quién es usted?
—Me llamo Miguel. ¿Necesita ayuda? ¿Está bien?
—Me han robado la maleta.
—Le puedo acompañar a comisaría si quiere. Mi vuelo no sale hasta dentro de dos horas.
—No, no…gracias, estoy bien. No había nada importante; sólo recuerdos que no me vendrían mal olvidar.
—Disculpe la intromisión, pero, ¿le apetece cenar conmigo?
—Si…, vale — contestó Susana espontáneamente.
Dos horas después de aquel encuentro fortuito, la ventana del avión enmarcaba una perfecta y brillante luna llena. Susana todavía no encontraba una razón dotada de sensatez por la cual decidió emprender ese viaje y más aún, a Colombia, un país que ella presumía complicado. A pesar de que Miguel se decantara por la inacción, a Susana le resultaba baldío combatir contra la atracción física desmesurada que sentía hacia él y, en más de una ocasión, fantaseó con que se encerraban en un baño.
Durante la cena descubrió que entre ellos existía bastante complicidad, y el hecho de que Miguel se dedicara a la industria del cine porno, no provocaba en Susana ningún gesto de repulsa. Él le ofreció vivir en el piso que tenía alquilado en Medellín a cambio de ayudarle con los quehaceres de la casa y ejercer de anfitriona con los actores que, de vez en cuando, pernoctarían los días anteriores a sus correspondientes rodajes.
Susana era consciente de que la naturaleza del viaje era proclive a que ella suscitara lástima; y a pesar de saber que, los actos de altruismo están vistos como falsas dedicaciones en cuya trastienda se ocultan otros propósitos, una sensación dentro de ella le impulsaba a confiar en Miguel y a perderse en una locura sin plantearse las consecuencias.
Por primera vez en mucho tiempo, su vida ya no dependía de Dorian, y el hecho de ser libre para tomar sus propias decisiones fue, sin duda, la parte más satisfactoria.

CAPÍTULO 5: MARÍA

Susana acababa de pasar su bolsa de mano por el detector de metales situado en la entrada de la prisión de Madrid, solo había introducido una muda y lo necesario para el aseo ya que, ese mismo día, cogería otro avión de vuelta a Barcelona. Sabía que, en su ausencia, Michelle estaría bien y tranquilo bajo los cuidados de su abuela paterna; pero con cada paso que daba a lo largo de aquel frío y húmedo pasillo, sus deseos porque Michelle saliera de cualquier rincón para darle un abrazo, aumentaban. Una puerta metálica abría paso a una sala cuadrada dividida por un cristal. Agazapado en una silla se encontraba Miguel; ese fue el momento en el que Susana fue definitivamente consciente de que la cosa iba en serio.

<< ¡Eres un cerdo! Hijo de puta mentiroso, ¿cómo te has atrevido a hacernos esto a Michelle y a mí? ¡Te odio!>>, le reprendía Susana conteniéndose para no gritar y darle puñetazos al cristal. << ¡Te odio!, ¡te odio!>> Estalló en una mar de lágrimas apoyando la cabeza sobre la mesa y cubriéndose con los brazos.
A los pocos segundos se reincorporó anhelando que aquella realidad se evaporase, pero sus plegarias resultaron inútiles, y la mirada desconsolada de Miguel atravesó su corazón. En su mente confluían diversas conjeturas sobre el empeoramiento anímico de su compañero: que se sentía amedrentado por el remordimiento, o que quizá el temor a vivir en una prisión privado de libertad le atormentaba, o porque era inocente.

Ninguno de los dos era capaz de articular palabra y Susana sentía como se iba sumiendo poco a poco en el abismo de la desesperación. Hasta que Miguel le dijo: <<Soy inocente Susana. Créeme, por favor. Yo no sabía que María tenía 16 años>>. Al escuchar ese nombre la mente de Susana se sumergió en una fugaz retrospectiva que la evadió completamente de la realidad.

Las tres primeras semanas que Susana pasó en Colombia fueron inolvidables. La casa de Miguel constaba de un salón con barra americana, baño y un pasillo que separaba tres dormitorios. Junto a la cocina se encontraba el rincón preferido de Susana formado por una mesa de madera y cuatro sillas, donde un balcón enmarcaba un gris patio que se transformaba en una galería de telas de colores cuando las vecinas tendían su ropa. Todas las mañanas desayunaban juntos en aquel rincón acogedor; durante el día Susana paseaba por el barrio; y, por las noches, Miguel la llevaba a locales de copas que él creía ineludibles.

Aquella noche, un actor y una actriz se alojarían en la casa. Dicha eventualidad convertiría la cena en una situación propicia donde Miguel conocería las cualidades innatas de Susana como cocinera y anfitriona. Hacía mucho calor, y mientras cocinaba, Susana contaba los minutos hasta que llegaran los comensales dejando escapar, de vez en cuando, espontáneas risotadas fruto del augurio de una fantástica velada. Pero la cena, sin embargo, resultó ser un auténtico suplicio.
La actriz se llamaba María; era una joven autóctona que no dejaba de reír y de hablar con tal desenvoltura y avasallamiento, que convertir sus monólogos en diálogos se convertía en una misión imposible. Proponía ideas sobre el guión de la película, sus inquietudes como actriz: qué objetivo perseguía su personaje en aquel contexto; cómo poder justificar sus estados de ánimo, sus razones para pedir como protagonista o para negar como antagonista; y numerosas disquisiciones inauditas que Susana consideraba una pérdida de tiempo.
El actor, en cambio, permanecía impasible. No iba a participar en la película de Miguel, se nombraba como el representante y gestor administrativo de María; según él, solo estaba allí para comprobar que todo el papeleo era correcto, (pormenor que a Miguel no le suscitó ninguna desconfianza). <<Mientras las actrices fueran mayores de edad y estuvieran conformes con las escenas pornográficas a rodar todo se consideraba en regla>>. Era un hombre colombiano de unos 30 años, calvo y de constitución grande. De vez en cuando, se dirigía a Susana con una lujuriosa mirada que ella esquivaba rápidamente. Pero lo que más confundía a Susana era el entusiasmo con el cual Miguel escuchaba a María; y, observándolo, confirmó una evidencia que a ella le resultaba incomprensible: Miguel amaba su trabajo.
Una vez finalizada la cena, todos excepto Susana, se acomodaron en el espacio considerado como el salón de la casa. Un sofá donde Miguel y María se sentaron y un sillón negro de masajes en el que el actor se dejó caer manipulando el mando para recibir, como él dijo: un merecido homenaje.
Susana recogió la mesa, fregó los platos, les sirvió unas copas de coñac y se refugió en su mágico rincón con una menta poleo. Ella comulgaba con la opinión de sus padres de no ser descortés con los invitados y esa fue la razón concluyente que controló sus deseos de salir corriendo a su habitación.
El actor sacó unas papelinas de coca y las puso sobre la mesa. << ¡Hay que celebrarlo!>>.
Miguel miró a Susana y le dijo: <<No te preocupes Susana, es sólo una celebración. ¡Vamos a rodar la mejor película de mi carrera!>>.
Después de dos intensas horas, Susana permanecía al margen de aquella atmósfera festiva en la que María se proclamaba la absoluta protagonista. Susana no se quería ni imaginar la vida que aquella joven colombiana llevaba a sus espaldas. <<Menuda zorra, habrá que verla dentro de unos años cuando sus vicios depravados hagan mella>>. A punto de cerrar los ojos y caer dormida, Susana se espabiló precipitosamente al escuchar las insinuaciones, subidas de tono, que María le proponía a Miguel. <<Déjate llevar papito, quiero que veas cómo te engaño. Voy a interpretar que estoy, loca y profundamente, enamorada de ti… ¿A ver si lo sientes?>>. Le decía con una voz sensual.

Miguel estaba sentado en el sofá con las piernas abiertas, la actriz comenzó a tocarle el paquete mientras le decía: <<Te quiero mucho y me duele que mañana te vayas Hong Kong. Así que, esta noche, tu cachorrita va a hacerte un regalo: ¡mi virginidad!>>. (Susana se controló para no desternillarse). María tocaba con sus dedos lentamente el cuerpo de Miguel, como si de las teclas de un piano se tratara y, tras un vago rodeo alrededor de su entrepierna, bajó la cremallera del pantalón. Con todas sus armas de seducción puestas en el asador, pasó la lengua por encima de los calzoncillos blancos de Miguel y le dio pequeños mordisquitos mientras le decía con una voz aún más provocadora: <<Te quiero, ohm…te quiero>>. Miguel se levantó, apagó su cigarrillo en el cenicero, y se despidió con una sonrisa picarona llevándose a María a su habitación.

En ese momento Susana reafirmó su idea de cómo siempre la mentalidad masculina era tan proclive a las debilidades lujuriosas, así que, con la sensación de ser una jugadora vencida y hundida en una partida de “hundir la flota”, se levantó; y cuando al fin se sintió libre para poder irse a la cama, se percató de la presencia del actor que la escrutaba a escaso metros con poco disimulo.
— ¡Eh!... ¡Tú! ¿Qué pasa?, ¿no te apetece bailar conmigo? —dijo él. Susana reaccionó inmediatamente.
—Ya es muy tarde, me voy a la cama.
—Pero, mi amor… no te pongas así. ¡Esto es una fiesta: hay alcohol, drogas… chicas bonitas!, ¿qué más puede desear un hombre?
—Buenas noches.
El actor se levantó y se acercó a Susana cogiéndola de una mano. —Pero mamita, hablemos…, tómate una copa conmigo, me siento muy solo. Ya viste, mi amiga se fue con tu jefe…
—No es mi jefe, es…, es un amigo.
— ¿Y todavía no te ha probado? ¿O es que sois una pareja liberal?
—Ya basta, me voy a dormir. Inmovilizó fuertemente a Susana.
—Tú no te vas. Si no eres su mujer, eres su puta, y estamos en Colombia mamita, y en Colombia hay costumbre de cuidar a los invitados y ofrecerles todo lo que ellos necesiten. Y yo estoy muy cachondo, así que, abre la boca y empieza a chupar.
Tiró a Susana al suelo de rodillas, la cogió de la cabeza y la puso mirando a su sexo. Ella luchaba con todas sus fuerzas para librarse de él, pero era inútil, se sentía como una hormiga atrapada por un oso. El actor se bajó los pantalones, y estampó su enorme pene contra la cara de Susana.
— ¡Abre la boca, puta, ábrela!
Susana se resistía y se negaba, pero el actor le cogía con tal violencia que no tuvo más remedio que abrir la boca. A punto de vomitar y morir ahogada, mordió el miembro como si la vida se le fuera en ello. El actor la soltó mientras le gritaba la palabra puta reiteradas veces; se acercó apresuradamente hacia ella y le pegó tal puñetazo en la cabeza que Susana se desplomó en el suelo perdiendo por completo la conciencia.

Lo siguiente que recordaba Susana después de aquella fatídica noche, fue despertarse entre los brazos de Miguel. << ¿Estás bien?>>, le susurraba la voz de Miguel amedrentada por el remordimiento mientras le acariciaba suavemente la cara. <<Tranquila. Nunca más volverá por aquí. El muy hijo de puta; a punto estuve de matarlo. Lo siento Susana, debí controlar la situación, perdóname, nunca más volveré a traer a nadie a casa, te lo juro. ¿Cómo no me pude dar cuenta?... Maldita sea. Quiero cuidarte, Susana, déjame que te cuide>>. Y desde ese momento Miguel y Susana nunca se separaron.

—Soy inocente Susana. Créeme, por favor. Yo no sabía que María tenía 16 años —Miguel repitió una, vez más, a través del cristal que los separaba en la prisión de Madrid.
Aquel déjà vu la hizo reflexionar y en ese momento, lo único que animaba el desconsuelo de Susana era la certeza de que su pareja era inocente y que no sería justo que le imputaran por unos delitos que no había cometido.
Miguel le explicó todo lo que le había dicho su abogada defensora. El Juzgado 12 Penal del Circuito de Medellín (Colombia), emitió una orden de detención contra él, acusado por inducción a la prostitución, corrupción de menores y falsificación de documentos públicos. Colombia solicitaba su extradición. El Juzgado de Instrucción nº 5 de Barcelona había abierto un procedimiento penal para juzgar a Miguel en España pero hasta que la Audiencia Nacional no tomara una decisión sobre la extradición, Miguel permanecería en la prisión preventiva de Madrid.
—Susana, soy inocente, lo sabes, la documentación de María era falsa, yo no sabía que era menor de edad, Susana, tu estuviste en todo el proceso.
—Lo sé. Pero, ¿por qué a nosotros Miguel?, ¿por qué? Pero díselo a tu abogada y dilo en el juicio que yo testificaré también. Nos engañó Miguel. Si hablan con ella, María dirá la verdad.
—No Susana. María testificó contra mí, por eso estoy aquí. Afirma que la engañé, que la estafé, que yo la contraté y que le suministré la documentación falsificada.
—Pero eso no es cierto. ¿Por qué miente? ¡No es justo! Nos engañó en todo momento. Ni se me pasó por la cabeza que pudiera tener 16 años. Ella siempre estuvo cómoda con todas las escenas y recuerdo cuando le dimos el cheque de 7.000.000 pesos, ¿recuerdas que se emocionó? Nos dio las gracias por salvarle la vida. No lo entiendo. ¡Puta zorra colombiana! En este momento la mataría.
—Susana tengo miedo. No quiero que me juzguen en Colombia, allí me matarían. (Miguel comenzó a llorar).
—No mi amor, eso no va a pasar, te lo prometo. Haremos todo lo que esté en nuestra mano. Contrataremos a los mejores abogados. Me voy a informar de todo. Iré a Colombia si hace falta y…
—¡No! ¡Nunca!, te matarían. Nuestra foto está por todo el país. Júrame que no lo harás, júramelo.
—Te lo juro.
—Te necesito más que nunca; sana y salva. Tú y Michelle sois mi vida, la razón por la que me mantengo cuerdo, os necesito a mi lado.
—No nos iremos a ninguna parte. Saldrás de la cárcel y volveremos a estar juntos los tres como siempre. Iremos a pescar. (Le caen las lágrimas).
—Si a pescar, y le enseñaré a Michelle a jugar al futbol.
—Si cariño, ya lo verás.
Un funcionario de prisiones avisa a Susana de que ha finalizado la visita.
—Te amo, Susana, no lo olvides nunca. (Apoya su mano contra el cristal).
Susana pone la suya. –Juntos hasta el final, mi vida. (Susana se levantó y se fue).

CAPÍTULO 6:TENGO MIEDO

Pasaron varios meses y la situación de Miguel seguía siendo la misma: cuatro visitas y un vis a vis al mes eran que los únicos momentos en los que Susana podía encontrarse con su pareja. Durante esos encuentros a solas no hablaban, se miraban y con una sonrisa se lo decían todo. Eran conscientes de que cada segundo debía ser aprovechado con la mayor de las intensidades.
Hacían el amor con una pasión inconmensurable; el sexo se convertía en una danza salvaje en la cual ellos recorrían, olían, besaban y memorizaban cada parte de la piel del otro. Los orgasmos se unían en una explosión de placer, furia y éxtasis donde los barrotes que rodeaban a dos almas gemelas detonaban en mil pedazos. Excepto un día, en el que el sexo fue cuidado, dulce y muy lento.
Miguel había recibido una paliza por parte de un grupo de colombianos, durante varios meses había sido víctima de vejaciones e insultos y Miguel le suplicó al subdirector de la prisión pasar a ser un preso C.I.E para estar protegido y aislado en otro módulo diferente al de los colombianos. Pero esta petición nunca fue concedida.

Llegó el verano y la abogada informó a Susana de que pronto se celebraría una vista así que le sugirió que pensara en la manera de reunir dinero por si le concedían a Miguel la libertad bajo fianza. A Susana le horrorizaba la idea de no poder reunir el dinero suficiente para una posible fianza. Hipotecó el piso de Barcelona y el de Granada, el cual recibió como herencia cuando sus padres fallecieron y, a pesar de que disponían de 30.000 euros en el banco, comenzó una infructuosa búsqueda de trabajo.
Su reputación como la pareja sentimental de un corruptor de menores fue conocida en toda España, y este hecho la convirtió en un estereotipo perseguido, en numerosas ocasiones, por paparazzis que la avasallaban para captar una buena foto o conseguir alguna información concerniente a su intimidad.

Siete meses después de su detención, el Juzgado de Instrucción nº 5 de la Audiencia Nacional puso a Miguel en libertad provisional bajo una fianza de 100.000 euros, tras acreditar su arraigo en España y la inexistencia de riesgo de fuga, hasta decidir su extradición a Colombia. Durante este tiempo la vida de Susana y Miguel únicamente se centraba en agotar todos los recursos ordinarios existentes en España para revocar la extradición.
Tras interponer el Recurso de Súplica de Extradición Pasiva donde Miguel justificaba su decisión de no aceptar la extradición, la Audiencia Nacional lo desestimó y, poco tiempo después, la representación procesal de Miguel interpuso el Recurso extraordinario de Amparo Constitucional por vulneración de derechos fundamentales relativos a la dignidad humana:

“Referencia a la situación de los juzgados y las prisiones colombianas que justifican la decisión de Miguel Hernáinz Carmona de no aceptar la extradición, acogidos por el Voto Particular del Recurso de Súplica. Debe repararse por fin en que la solicitud del reclamado en nuestro caso de ser juzgado en España, es completamente fundada y de obligada admisión. Y es que, la perturbación que supondría para el mismo, dado que en España se encuentra en libertad provisional, el ser trasladado a Colombia para allí ser juzgado seria gravísima e irreversible. El reclamado, ciudadano español, se encontraría sometido a un procedimiento judicial en un país extranjero trasatlántico, que se encuentra a muy considerable distancia de su país de nacionalidad por lo que perdería el contacto con su entorno emocional y familiar, sin poder ejercer su trabajo ni su actividad empresarial, ni garantías de que se mantenga su situación de libertad provisional, ni limitación en tal caso del tiempo de prisión preventiva (limitación hoy inexistente en el Estado de Colombia), y en su caso en una situación de prisión extraordinariamente compleja, derivada no de la esencia democrática incuestionable del Estado de Colombia, sino de las excepcionales y notorias circunstancias hoy existentes en tal Estado de una situación de conflicto nacional interno grave, donde el hacinamiento de la prisiones ha superado cotas históricas (el 43%), y la duración de la prisión preventiva se prolonga años y años, según informes oficiales de diversas ONG de las Naciones Unidas, que a efectos ilustrativos del Tribunal se acompañaron con el Recurso de Súplica; y donde los presos preventivos se encuentran mezclados con los presos condenados y con los miembros de la guerrilla, como consta igualmente en tales informes, en una situación de extraordinaria tensión y violencia debida a tales excepcionales circunstancias, a pesar de los decididos y notorios esfuerzos del actual Gobierno de lograr la plena reconciliación nacional y la sustancial mejora de la situación carcelaria”.

El 20 de diciembre de 2012, el Tribunal Constitucional desestimó el Recurso de Amparo por apreciar falta de credibilidad de la supuesta lesión de los derechos fundamentales invocados y acordó acceder en fase jurisdiccional a la solicitud de extradición de Miguel en cinco días.

A pocos días de celebrar la Navidad Susana, Miguel y su hijo se encontraban en un Carrefour de Barcelona. El carro de la compra rebosaba de paquetes con adornos de todos los colores. Atravesaron el centro comercial acompañados de villancicos y de algún Papa Noel que de pronto aparecía en sus caminos para promocionar alguna marca de turrón. Se dirigieron al departamento destinado a los árboles de Navidad, y mientras que Michelle estiraba su brazo junto a los árboles con el propósito de ser capaz de poner una estrella que le había pintado a su padre en el cole, Miguel recibió una llamada de su abogada.
Susana no se percató de este detalle, así que Miguel aprovechó el momento de júbilo de su familia para alejarse un poco y hablar con tranquilidad. Rodeado de centenares de belenes escuchó absorto la noticia referente a su extradición y, a pesar de los nudos que se formaban en su estómago, luchó por no caer desplomado sobre alguna estantería. Al estabilizarse, su mirada se fijó en un portal de Belén dorado y a pesar de considerarse una persona agnóstica, rezó por primera vez en su vida para hallar una solución a su desgracia. Mientras Miguel permanecía inmóvil, Susana se acercaba con Michelle. <<¡Aquí estás!>> Dijo sonriendo. <<Ya tenemos árbol, ¿verdad cariño?>>. Su hijo asentía con la cabeza y una gran sonrisa. Miguel disimuló para no revelar su angustia; les sonrió y cogió el Belén dorado.
—Y yo he elegido este portal, ¿os gusta?
—¡Pero si odias los belenes!
—Ya, pero este año he decidido que quiero uno. (Sonrió mientras sus ojos se volvían cristalinos).
—Te quiero —dijo Susana.
—Y yo a ti preciosa. ¡Y a ti granuja! —le dijo Miguel a su hijo mientras le cogía en brazos y le hacía cosquillas.

CAPÍTULO 7: LA PEOR NAVIDAD DE NUESTRA VIDA

Era el día de Nochebuena y mientras Michelle corría hacia su habitación para coger su camión preferido, Susana soltaba las bolsas de comida sobre la alacena. Pensaron que celebrar la Nochebuena en casa, invitando a la madre y a los hermanos de Miguel, propiciaría la unión familiar. Mientras Susana colocaba los alimentos en el frigorífico, Michelle buscaba a su padre para jugar, pero fue un intento fallido porque Miguel no se encontraba en allí.

Miguel era un hombre fiel a sus promesas y aquella tarde había prometido esperarles en casa y ayudar con la cena por lo que Susana intentó mitigar un ambiente embargado por la incertidumbre cortando cebollas. Los ojos se le hinchaban, el olor de las cebollas le obligó a desviar el rostro hacia otro lado para poder respirar, y las gotas de sudor que comenzaban a recorrerle la columna vertebral se hacían, con cada minuto que pasaba, más perceptibles.
Un aterrador presentimiento le obligó a dejar el cuchillo sobre la mesa, lavarse las manos y examinar el armario de Miguel. Al abrir las puertas de éste un intenso vacío confirmó sus sospechas; Miguel había desaparecido. Con el alma descompuesta buscó desesperada por toda la casa una carta o un consuelo que le ayudara a sobrevivir en aquel laberinto oscuro en el que se perdía dando vueltas sin salida. Pero no encontró nada, y lo único que se le ocurrió hacer fue llamar a la abogada de Miguel; cuando ésta le informó sobre el hecho refutable de extradición: Susana colgó el teléfono, se puso el delantal y continuó partiendo cebollas.

Después de una cena de Nochebuena cargada de silencios, y una despedida con los invitados que simulaba ser lo más parecido a un funeral, Susana acostó a Michelle, se encerró en el baño para que su hijo no la oyera y rompió a llorar. Pasados cuatro días recibió una llamada.
—Susana —Le dijo Miguel con un hilo de voz frágil y roto.
—¡Maldito seas, Miguel! ¿Tú sabes lo que he pasado?, ¿tú eres consciente de lo preocupada que estaba? —Le gritaba mientras él intentaba interrumpirla.
—¡He vivido un infierno, me estaba volviendo loca!, ¿y te vas en Nochebuena? ¿Con todos aquí? ¿Pero en qué estabas pensando? No sabía qué explicación darles, ¿y Michelle?, sabes lo difícil que ha sido para él? Maldito seas, te odio, vas a acabar conmigo, no puedes hacerme esto… (Comienza a llorar).
—Mi vida. Tranquilízate por favor, me han dejado muy poco tiempo para hablar contigo.
—¿Qué?, ¿poco tiempo?, pero… ¿de qué coño estás hablando ahora?
—Me han detenido en Hungría y…
—¿En Hungría? ¿Se puede saber qué cojones haces en Hungría?
—Susana me iban a mandar a Colombia, no podía soportarlo, tenía que escapar a donde fuera.
—¿Y te vas a Hungría? ¿Pero en qué estabas pensando? ¡Hungría pertenece al acuerdo de Schengen!
—Lo sé. Quería viajar a China, y con el dinero que nos quedaba sólo podía si hacía escala en Hungría. Nunca me imaginé que me podrían pillar, y era navidad. ¡Yo que sé!
—Estás loco Miguel, completamente loco. ¿Y nosotros? ¿Cuándo me lo ibas a decir?
—Tenía pensado ponerme en contacto contigo desde China Susana, no os iba a abandonar, créeme.
—Pero, ¿por qué no me dijiste nada? Te habría entendido. Sabes que yo también huí de España.
—Tenía mucho miedo Susana. Recibí amenazas de muerte de presos colombianos en la prisión de Madrid, decían que me esperaban en Colombia para matarme. ¿No lo entiendes? Una cárcel colombiana es peor que el mismo infierno.
—Pero, ¿por qué lo has hecho? Estabas en libertad bajo fianza, quizá se hubiera celebrado un juicio en España.
—No, no lo entiendes, la Audiencia Nacional me obligaba a presentarme ya para acceder a mi extradición.
—Entiendo eso, pero… la has cagado. ¿No te das cuenta de que en Colombia cumplirías prisión provisional a la espera del juicio? Y habrías salido libre, no hay pruebas contra ti, es la palabra de María contra la tuya. Y Michelle y yo nos habríamos ido a Colombia para estar cerca de ti.
—¡No joder! No iba a ser extraditado para cumplir la condena impuesta. Me informé de todo, y mi abogada me lo corroboró: en Colombia voy a ser juzgado por un delito muy grave y me pueden caer hasta 20 años; soy un extranjero sin arraigo, y la libertad provisional en Colombia solo es otorgable para acusaciones por delitos de pena inferior a 5 años de prisión. Y sabes, también como yo, que ese no es mi caso.
—Dios mío Miguel, ¿qué vamos a hacer? Y ahora en Hungría, ¿qué va a pasar? Lo mismo ha sido buena idea que te detuvieran allí, las cárceles son mejores, lo mismo no te extraditan. (Un silencio ocupa la llamada. Miguel no se atreve a contestar).
—Miguel, ¿sigues ahí? Miguel, ¿hola, hola, se ha cortado?
—No, estoy aquí.
—¿Qué pasa?, ¿tienes que colgar ya? ¡Dime algo coño!, ¿qué pasa en Hungría?, ¿por qué no me dices algo?
—Cariño, estoy hundido. En el cielo parece que no les gusto.
—¿Qué?
—Quizá esto es un castigo de dios por dedicarme al cine porno; y por haber sido toda mi vida un vividor y un vicioso.
—No Miguel, estas equivocado. Eres la persona más maravillosa que conozco y el mejor padre del mundo. Hay que reconocer que tu profesión no está bien considerada por el Vaticano, pero bueno… Y sabemos que lo de estudiar unas oposiciones no es lo tuyo. (Ambos ríen).
—Te quiero.
—Y yo a ti cariño. ¿Qué ocurre? Cuéntamelo, peor de lo que ya te ha pasado es imposible que pase. (Vuelven a reír de impotencia).
—Tres días después de mi detención se inició una vista en el Tribunal Metropolitano de Budapest, sólo se hablaba en húngaro, yo no entendía absolutamente nada. Me concedieron una intérprete, pero me hablaba como en indio cuando me traducía lo que decía el juez. El juez me informó sobre la opción del procedimiento simplificado de extradición. Yo no tenía ni pajotera idea de que cojones era eso y bueno, el abogado de oficio me avisó de que la única manera de salvarme era respondiendo con un “sí” sin darme ninguna explicación, y ni tuve la oportunidad de conocer el contenido del acta y de la resolución. Esta mañana he contratado a un abogado español y me ha traducido todos los documentos. Susana, según mi abogado he declarado que sí estoy de acuerdo con mi extradición.
—¿Qué? Pero entonces, ¿ya no hay vuelta atrás?
—He escrito una carta a la autoridad de inmigración suplicando que; el juzgado general metropolitano modifique la resolución y me otorgue refugio en Hungría, basándome en una ley en la que nadie puede ser extraditado a un país donde corre riesgo de trato inhumano y de tortura.
—Dios mío. Esto es un infierno.
—Susana, mi única esperanza es presentar una demanda ante el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos antes de que me extraditen. Necesito que busques a un abogado, al mejor, y que me ayudes; yo desde aquí ya no puedo hacer más.
—Mi vida, no nos queda dinero. ¿Cómo voy a..?
—Tengo que colgar. Te quiero.
—Espera, pero, ¿cómo voy a….? ( Susana escucha el sonido del teléfono al colgar).

CAPÍTULO 8: DORIAN

Después de un duro viaje de más de ocho horas en autobús, Susana llegó a su ciudad natal. Hacía mucho frio y la brisa húmeda procedente de Sierra Nevada le transportó a una sensación de nostalgia por sus progenitores, pero al recordar el motivo que le había impulsado a regresar a Granada, su corazón se aceleró y nudos como puños laceraban su respiración.
No dejaba de ser curioso e irónico pensar que su vida dependía en ese momento de su ex marido; quien encabezaba uno de los pocos despachos de España especializado para litigar ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. El dinero en la cuenta de ahorros de Susana brillaba por su ausencia, así que se le pasó por la cabeza que si existía en el mundo alguna posibilidad de encontrar un abogado gratis, el único sería Dorian.
Al llegar al despacho se asombró de toparse con algo que no tenía nada que ver con las clásicas oficinas de abogados, un extenso palacete al estilo islámico que representaba un paradigma extraordinario de lo que Dorian era capaz de hacer; la intimidó más todavía. El edificio contaba de tres plantas que daban a un patio interior en cuyo centro había una fuente.

Accedió al hall donde una joven y muy atractiva recepcionista le pidió que esperara a que el director la recibiera. Mientras escuchaba el sonido del agua, se quedó acurrucaba como una pobre niña asustadiza en uno de los sillones de la sala de espera. Al fin el momento llegó, una señorita aún más atractiva que la anterior llamó a Susana y la acompañó al despacho de Dorian.
Al abrir la puerta se encontró en una habitación cuadrada pintada de blanco y con el mobiliario de color negro, y un ventanal enorme enmarcaba la figura de su ex marido; quien contemplaba los pequeños jardines que había por los aledaños del palacete. Susana no se atrevió a romper el silencio de aquel despacho y su único consuelo fue aferrarse a la carpeta donde guardaba toda la documentación referente al caso de Miguel, para cargarse del motor, que en el último año había anulado todos sus naufragios: el amor incondicional que sentía por Miguel y por su hijo.

—No esperaba tu visita. Cuando la secretaria me dijo que mi ex mujer esperaba en el hall, no me lo podía creer.
—Susana seguía sin hablar.
Dorian se volvió sonriente hacia ella, la miró y la invitó a sentarse. Él también se sentó en su sillón de piel. Susana asintió y puso la carpeta encima de la mesa.
—Te veo muy bien. Bueno, sigues siendo tan hermosa como recordaba —le dijo el hombre que había hecho un pacto con el diablo para detener su envejecimiento. Pensó Susana
—¿Puedes hablar? Si has vuelto a buscarme es porque quieres algo de mí, ¿no?
—Sí, Dorian, yo… bueno. No sé por dónde empezar.
—Tranquila, no te voy a reprochar nada, entiendo por qué te fuiste de mi lado. En un principio me enfadé y no sabes cuánto. Quise buscarte por cielo y tierra para pedirte una explicación, pero con el paso de los años me fui dando cuenta de cada una de las palabras de tu carta y entendí por qué me abandonaste. (Susana le miró desconcertada).Fui u monstruo contigo y no me supe dar cuenta hasta que ya era demasiado tarde para recuperarte.
—Esto…yo no…
—Tranquila. Aunque no lo creas, te lo agradezco porque me diste tal ostia que me desestabilizaste por completo y me di cuenta de que si no había sido capaz de valorarte era porque el problema lo tenía yo.
Susana se encontraba completamente desorientada; Dorian era amable, encantador y receptivo. Así que Susana pudo explicarle la situación de Miguel explícitamente. Dorian accedió a llevar el caso de forma desinteresada.
Susana salió del palacete triunfante por haber conseguido un milagro que se antojaba como una tarea imposible y sin saber por qué razón lo hizo, se volvió hacia el gran ventanal del despacho de Dorian; quien la observaba e hizo un gesto con la mano, Susana se lo devolvió y continuó su camino dirección a la estación de autobuses para regresar a Barcelona.

CAPÍTULO 9: ME PERTENECES

Por algún tipo de inclinación con visos de llamarse simplemente manía, Dorian se estableció una vez más como el protector de Susana. Durante el mes de enero la visitó a Barcelona en numerosas ocasiones con la excusa de tenerla completamente informada de los trámites de la demanda. Mientras tanto, Miguel permanecía en la prisión de Hungría, su estado físico y mental atravesaban en esos momentos de su vida un cuadro de extrema ansiedad y estrés; producto del miedo a ser extraditado en cualquier momento, y a los celos inducidos por la idea de un acercamiento entre Susana y Dorian.
Estos sentimientos propiciaron a que las conversaciones telefónicas entre Susana y Miguel desembocaran siempre en la misma sensación: una comunicación cada vez más enquistada que los separaba poco a poco.
Una mañana, Susana recibió una llamada de Dorian en la que éste insistía en verla por razones de vital importancia. Por casualidades de la vida, Susana se encontraba en Granada liquidando la venta del piso de sus padres, así que, después de quedarse un rato pensando en el tema, accedió a la propuesta de cenar en el que había sido su domicilio conyugal durante varios años.

Una vez dentro de la casa, Dorian la acompañó hasta una mesa en el salón, donde una suculenta cena esperaba a la luz de unas velas. Susana se negó impasible a cenar con él pero Dorian insistió, apagó las velas y encendió la luz principal del salón prometiéndole que, en aquella velada, no existía ninguna razón oculta que pudiera incomodarla. Tras un momento de titubeo Susana se sentó y cenó con él pero con la certeza de que Dorian le ocultara algo. Una vez hubieron terminado de cenar Dorian le ofreció una cajita con un anillo dentro y Susana, completamente confundida, se levantó de la mesa.
—No, Susana, no lo entiendes, te amo.
—Estás loco, ¿y para esto me haces venir aquí? He sido una estúpida por quedarme, pensaba que tenías alguna noticia sobre Miguel.
—Pero Susana… si Miguel no va a volver. Se va a pudrir en una cárcel de Colombia. (Susana paró en seco al escuchar estas palabras y se volvió hacia él).
—¿Cómo estás tan seguro de eso? Dorian, te conozco ¿Qué coño has hecho?
—Por favor Susana, me ofende que dudes de mí como abogado. Te juro que he hecho lo imposible por ganar la demanda, pero el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos la ha desestimado y ya no podemos hacer nada para ayudar a tu querido Miguel.
—Eso es mentira, no, no es cierto. (Comienza a emocionarse y Dorian se acerca a ella para abrazarla).
—¡Déjame! ¿Y por qué no me lo has dicho por teléfono?
—Susana porque te quiero, has sido y serás siempre la mujer de mi vida. Ahora tú estás sola con un niño y sin dinero, déjame que te cuide, he cambiado. Te voy a hacer sentir más feliz de lo que nunca te ha hecho sentir ese hombre.
—Ese hombre como tú le dices es mi hombre y el padre de mi hijo, y te juro; que si por alguna razón me entero de que has tenido algo que ver en la desestimación de la demanda, voy a hacer de tu vida un infierno.
—No digas tonterías. (Atrapa a Susana e intenta besarla). — Tú no te vas a ningún sitio, si no eres mía no serás de nadie. (Susana lucha por librarse de él y corre hacia la puerta. Dorian la agarra y la lanza hacia dentro, con tal fuerza, que Susana cae de espaldas sobre una mesa de cristal que se rompe en mil pedazos).
Mientras Susana iba recobrando el sentido fue escuchando y recibiendo cada una de las palabras de su ex marido como si de cuchillos se tratasen.
—Bueno, llegados a este extremo debo de admitir que quizá un pequeño detalle excluido en la demanda habría sido sustancial para que no la desestimaran, pero tenía que elegir; y no podía perderte por segunda vez en mi vida, entiéndelo.

En ese momento, Susana tuvo la certeza de que todo se acababa y, por un instante, vio pasar su vida en imágenes y toda su existencia se vio reflejada en una fugaz retrospectiva: ella de pequeña jugando con sus padres, el primer beso con Miguel en Colombia y el nacimiento de Michelle. La imagen de su hijo apareció nítidamente que le decía: <<mamá, mamá, mamá….vuelve a casa, no me dejes solo, tengo miedo>>.
En ese momento, como si una energía divina se apoderara de ella, se sintió con más fuerza que nunca, miró a su derecha y vio como una de las patas de la mesa mantenía un trozo de cristal atornillado en su base y como si de un bate de beisbol se tratara Susana golpeó el rostro de Dorian y salió de allí.

CAPÍTULO 10: DESENLACE

Seis meses después, Dorian se encontraba en su despacho sentado en su silla, con una atractiva y joven secretaria sobre sus piernas que besaba suavemente la enorme cicatriz que atravesaba su rostro.
Nunca se atrevió a volver a acercarse a Susana por temor a que ella le denunciara o pudiera, de alguna manera, desprestigiar su imagen. Pero ese día la curiosidad por saber de ella se incrementó y, conocedor de la popularidad de Miguel a nivel nacional, decidió navegar por internet buscando alguna noticia sobre su vida actual.
Encontró un artículo titulado: Cineasta español acusado de pedofilia es puesto en libertad en Hungría.
“El cineasta español Miguel Hernáinz, quien fue detenido en diciembre pasado en Hungría por una orden internacional de pedofilia, fue puesto en libertad el pasado abril.
Así lo informó hoy el Ministerio húngaro de Justicia en un comunicado, en el que señala que la liberación se produjo porque vencieron los plazos previstos para una eventual extradición a Colombia, país que presentó la denuncia.
La prensa colombiana informó recientemente que la Fiscalía había pedido la extradición de Miguel, a quien se le acusa de formar parte de una red que rodaba pornografía con menores.
Pero el Ministerio destaca en su nota que después de los 40 días que tenía Colombia para tramitar la extradición, las autoridades no contaban con más "posibilidades legales para mantener la detención".
Las autoridades colombianas deberían haber conseguido la entrega de Miguel antes de febrero pasado, subraya.
Una vez vencido ese plazo, conforme a los Convenios de Asistencia Jurídica Internacional en Materia Penal, de 1996, la Justicia húngara no tenía otra opción que liberar al detenido.
En su nota, el Ministerio húngaro añade que como se trata de un ciudadano de la Unión Europea (UE), las autoridades podrán investigar su estancia actual solo después de que llegue una petición en ese sentido a Budapest, de alguna autoridad extranjera”.

En la actualidad Miguel, Susana y Michelle continúan en paradero desconocido.

Sort:  

Él dijo: "¡Deja de hacer cosas malas y vuelve a Dios! El reino de los cielos está casi aquí."(Mateo 3: 2)

Pregunta de la biblia, Si no hay una "J" en el alfabeto hebreo y griego, ¿por qué hay nombres con "J" en la Biblia?

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(Perdón por enviar este comentario. No estamos buscando nuestro beneficio propio, su intención es predicar las palabras de Dios de cualquier manera posible).


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Pero el final de todas las cosas se ha acercado. Por lo tanto, sea sobrio y esté sobrio en las oraciones.(1 Pedro 4:7)

Pregunta de la biblia, *¿Por qué el hombre es presa fácil de caer en la tentación y qué deberíamos hacer? *

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Un saludo cordial desde Venezuela. Gracias por sus comentarios y consejos. Hasta ahora he escrito dos libros de relatos( Relatos de la pesca y la cacería, 2018, y Los cuentos inocentes, 2019) En total son veinte relatos. También tengo una novela corta (Las vueltas de la vida). Voy a revisar cual de estos trabajos pudiera reunir los criterios, para luego publicarlos en su link. Agradecido. aliriera

Mil gracias, yo apostaría por la novela corta o por Los cuentos inocentes( porque netflix, hbo o amazon prime podrían hacer una serie con tus cuentos, ojalá tengas mucha suerte, ¡deseándo ver tu link! :)

Hola,.como estas dejaste un mensaje en mi publicacion y aqui te dejo mi poeta.
https://steemit.com/spanish/@helengutier2/poema-17-vive-y-deja-vivir
Son poemas si necesitas más puedes contactarme

Interesante relato. Gracias por leer el mio. Pensando en tu propuesta se me ocurrió que realmente no tengo relato digno de un guion de esa categoría, algo natural porque tengo la manía, algo sensata, de guardarme las mejores ideas.

Sin embargo, este relato por su composición me hace pensar en la serie Black Mirror de Netflix. Supongo que es un buen candidato.

Sube más contenido pronto, me encantaría votar esta calidad de trabajo.

Un gran abrazo.

La cita en la avenida Foremont

Gracias muy amable @naika si puedes guiarme estoy en discord . Especialmente para ti @naika.

Por las calles silenciosas
vengo como siempre enamorada,
veo caer las sombras, sigo sin miedo
solo recordando nuestros juegos
cuando invadíamos estas mismas calles con algunos miedos, viendo sombras, pero siempre mirando el horizonte con visiones confusas pero de frente fraguando los pasos del presente. Ya es frágil la mente entre traumas y limitaciones voy asimilando el futuro, voy al pasado solo contigo...disfruto nuestras risas
Vientos oscuros sacan suspiros, solo son gritos de fantasmas que se escapan de la soledad tenebrosa, de repente pon esas calles llegas, siento libertad y sigo soñando con la vida
.

Que bonito. Mil gracias por dedicármela. Yo te aconsejaría que escribieras alguna historia que a tí realmente te gustaría ver como espectador en Netflix, Amazon Prime o hbo. A lo mejor echas en falta una serie de fantasía, o de suspense, o un amor imposible que después gana a todos los infortunios. Mi consejo es no pensar en el resultado cuando escribes, en si gustará a alguien o no. Mi consejo es que escribas realmente lo que a tí te gustaría ver en netflix, amazon prime o hbo. Me encantará leer pronto lo que has escrito. No te olvides de publicar tu link aquí. Quien sabe, a lo mejor te contratan!

Todo ha de ser intentado si queremos brillar.

Tu comentario me anima mucho. Mil gracias. He visto que escribes cuentos paranormales y de terror. Me encantaría que eligieras el que más te gusta y publicaras aquí tu link. Me encantará leerlo. Y quien sabe...lo mismo netflix, hbo o amazon prime te contrata! ;)

Te recomiendo este: https://steemit.com/spanish/@vikvitnik/vianka-kyteler-or-la-oscuridad-ha-venido-a-mi-y-yo-ire-hacia-ella

Lo considero Spin-Off y surge dependiendo de mi estado de ánimo. Es mi manera de descargar mis pasiones, escribiendo. Sino suelo escribir cuentos.

Un saludo :3

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No creo que te contrate Netflix, HBO o Amazon Prime, hahahahaha! Sigue soñando!

Totalmente de acuerdo. Pero hay que intentarlo ;)

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