Existimos porque somos parte de un todo integral, el cosmos nos da lugar entre las luces, el tiempo, el océano, cielo, tierra, aire y energía. Formamos parte de un número infinito de milagros que hacen de la vida, la vida. La existencia ha sido ampliamente debatida entre las teorías religiosas versus las teorías científicas, pero independientemente de ello, pertenecemos al milagro de vivir cada día nuevo.

Somos perfectos, porque nos humanizamos de generación en generación, eso se lo agradecemos a la enseñanza, la cultura, y la civilización, fuimos creando normas, elevamos el pensamiento hasta los sentimientos abstractos del amor. Reconocemos sentimientos, nos hacemos afines a la amistad, hasta amamos sin parar. Existimos para ser felices, eso sin duda es la más grande verdad. Nuestro estado ideal es la alegría, la fortaleza, la salud. Somos plenos estando en nuestro mejor momento de felicidad, pero nos componemos también de tristezas, a veces nos enfermamos, no dejamos abatir por lo cotidiano de sobrevivir.

Nuestra existencia se ve entonces afectada cuando damos hospedaje a elementos que rompen nuestra tranquilidad, tal como los virus afectan nuestro organismo, a veces nos dejamos afectar por virus de maldad, de envidia o de desamor. Es duro reconocer que existen personas malas que se comportan como virus y sin pensar en los demás pueden hacer daño. La envidia, los celos, las decepciones o los engaños, existe de todo en el mundo humano, a diferencia de los animales domesticados que sólo regresan amor.

Lo indicado para los tratamientos de enfermedades es tomar una medicina, tener tranquilidad y recuperar energías; lo ideal para recuperar la paz en la existencia luego de las personas dañinas es el olvido, porque la existencia tiene algo de magia y eco, lo que das regresas; así el encargado de hacer daño cosecha frutos amargos que algún día le esperan. Si algunos atentan en tu contra de forma deshonesta o rompen tu corazón, seguro tendrán la misma respuesta del planeta, del cosmos, la energía, hasta de Dios.

Es bueno pensar que somos parte de un todo perfecto, creado por la obra infinita de un gran arquitecto que nos hizo a su imagen, semejanza y hasta nos dio un corazón. El ejercicio es completo si agradecemos en oración, en silencio o retornando un poco de amor cada acción.

De igual forma, invitaré a algunas personas muy queridas a llevar a cabo esta actividad, con calma y sin presiones de tiempo, espero que podamos continuar en ustedes el ejercicio de @CarolinaIdrogo, y de @Leveuf.

Me despido agradecida siempre por todo el apoyo. Es un verdadero placer compartir con ustedes.