Historia corta - Visitas y sonrisas.

genesisojeda (54)in #spanish • 7 years ago (edited)

Visitas y sonrisas.

La librería estaba vacía, no había muchos clientes así que se propuso ordenar un poco el lugar. Pero antes, se acercó a la laptop del local para colocar un poco de música, encontró el playlist que había armado especialmente para escuchar en el trabajo y una de sus canciones favoritas comenzó a sonar. Se movía al ritmo de la canción y tarareaba un poco, total, estaba sola en el lugar y nadie estaba viéndola.

O eso creí ella.

Cuando la canción casi finalizaba, volteó para ver qué canción seguía y además, coger algo que estaba sobre el mostrador. Al voltear, se sobresaltó, había alguien al otro lado del mostrador. Y no era un simple cliente, era él. El chico de la tienda de dulces que iba día sí y día no a comprar a la librería, regularmente compraba un bolígrafo porque, según él, los perdía con rapidez.

Él sonrió cuando vio como ella se sobresaltaba y ella apenada, se disculpó. Él sonrió de nuevo, era inevitable no hacerlo al verla, además que se notaba avergonzada porque él había presenciado su pequeña actuación. Se disculpó por haber entrado en silencio y sin avisar, bromeo con ella sobre lo que vio y ella, para cambiar un poco de tema, le preguntó qué hacía allí. Él aceptó el cambio de tema y le pidió lo usual, cuando ella se agachó para buscar un bolígrafo negro, a él se le escapó que solo estaba ahí para verla a ella. El sonrojo de la chica fue inmediato.

Él no mintió, fue jodidamente honesto. Pero aún así estaba ansioso por su respuesta. Y ella no reaccionaba. Así que para llenar el silencio, decidió seguir hablando. Le contó que había empezado a frecuentar la librería solo para verla y compartir un rato con ella. Para escucharla, conversar y reír a su lado. Y luego de una pausa, de respirar profundo y de amarse de valor, la miro a los ojos y la invitó a salir. Como había deseado desde la primera vez que hablaron. Ella seguía en silencio, y mientras él hablaba, ella solo amplió sus ojos y se sonrojo aún más, si eso era posible.

Sabía que decir, lo había tenido claro desde que se dio cuenta cuánto le gustaba aquel chico y de eso ya hace unas semanas atrás. Pero estaba tan asombrada por sus palabras y por la sinceridad en ellas que no podía hablar. Estaba inmóvil. Pero sabía que estaba quedando como una tonta así que sacudió su cabeza, paso una mano por su cabello y le contestó. Quizá sonó muy emocionada, pero eso era lo que menos le importaba. Había aceptado salir con aquel chico, iban a tener una cita.

No sabían a dónde ir, pero sí que querían pasar un rato juntos, por lo que ella sugirió ir a comer una pizza, su comida favorita. Él no dudo en aceptar su sugerencia y complacerla. Ambos estaban sonrientes y felices, pero era hora de seguir trabajando. Ella debía atender al cliente que recién entraba y él debía volver a la tienda de dulces porque su descanso había acabado hace ya un rato. Entre sonrisas y después de intercambiar números con rapidez, se despidieron, con la promesa de verse la noche del viernes.

Era jueves, así que solo faltaban poco más de 24 horas. No era mucho, pensaron ambos. Pero él recordó algo y regresó. Se asomó en la entrada de la librería, le siseo y cuando ella lo notó, él le dijo "Creo que nos veremos antes de nuestra cita. Ya puedo venir a verte sin necesidad de poner alguna excusa". Le guiñó un ojo y se fue, ella solo alcanzó a sonreír antes de atender al cliente que esperaba por ella.

Ella no sabía cómo iba a ir aquella cita, o si iba a surgir una relación entre ellos. Él tampoco lo sabía. Ni yo, que narro su historia lo se. Yo solo he soñado con ellos, con dos seres sin rostro pero con sentimientos recíprocos que los embargan, que los hacen sentir vivos y felices. Sentí lo que sentían y sonreí como ellos lo hacían, me enamoré de su historia y eso me llevo a escribirla, a compartirla.