El prejuicio y la comprensión de la adicción

A diario comprobamos que los prejuicios de la sociedad afectan indiscriminadamente a todo tipo de personas. Sin importar la índole social, color de piel u orientación sexual.

Avanzando en ese razonamiento y enfocándonos en las sustancias y los consumidores, se tiene que el estigma social de la droga es significativamente negativo por lo que toda persona que se drogue es rechazada y percibida como un ser inferior o como una persona con hábitos desadaptativos. Pero, ¿es correcta esa perspectiva? ¿es correcto juzgar a quién se droga? Profundicemos un poco en el tema.

En muchos lugares se considera que los adictos son malos, delincuentes, que no traen nada bueno y que uno tiene que mantenerse alejada de ellos. Oh y también se les denomina drogadictos, un término que a mí parecer es excesivamente despectivo. Así que antes de proseguir, aclaremos lo siguiente:

El adicto NO es necesariamente un antisocial, o como se diría coloquialmente, un delincuente.

Ahora bien, ¿por qué adquirir la perspectiva prejuiciosa de que los adictos a la droga son malos o delincuentes?

Ciertamente en la actualidad existe un porcentaje significativo de adictos que poseen hábitos antisociales como robar o matar. Y es el actuar de esa manera, el presentar en su conducta rasgos antisociales, y no el consumir alguna droga, lo que trae como resultado que sean delincuentes; además de adictos.

Pero es debido a la constante generalización de situaciones o condiciones que los seres humanos realizamos a diario, que se adquiere la creencia errónea y popular de "todos los adictos son delincuentes".

Aclarado eso, ¿por qué juzgar sin conocer?

El adicto se convirtió en adicto por algo. Hay una razón detrás del consumo de una o varias drogas. En términos generales, se podría decir que los adictos buscan llenar un vacío. ¿Y de dónde sale el vacío? De una carencia de cualquier tipo, mayormente afectiva, que se generó en algún momento de la vida del individuo, como la infancia por ejemplo.

Es por tal carencia, que la sustancia adquiere un valor simbólico para el sujeto y por lo que se forma un vínculo significativo entre la sustancia que se consume y el consumidor. Además, el no poder dejar de consumir tiene como consecuencia una dependencia a la droga.

¿Y por qué el vacío del sujeto? ¿por qué consumir?

Una persona adicta, además de tener una carencia, tiene la necesidad de ser comprendida, de ser amada y de pertenecer. Pero al necesitar ayuda y no obtenerla, al tener tal vacío que no encuentra cómo llenar, acaba por refugiarse en la droga. El consumo de sustancia resulta una salida o una forma de llenar la carencia existente.

Así mismo, la sustancia es aquello que une o aleja al sujeto del mundo. Es decir, puede llegar a conocer consumidores como él, con quien estar y sentirse de cierta manera apoyado o por otra parte, puede que su círculo social lo rechace por ser un consumidor. Pero indiferentemente de aquellos que rodean al adicto, este sigue poseyendo una carencia que lo lleva a continuar consumiendo. Razón por la que necesita tratar su problema y más aún, querer hacerlo.

Un adicto debe querer salir del ciclo perjudicial que lo induce a consumir.

Cuando llega el momento y se tiene la oportunidad de tratar la adicción y la causa de la misma, el sujeto debe abrazar y aceptar su adicción para poder aprender de ella.

Como ya mencioné anteriormente, un adicto necesita orientación, apoyo y compresión para poder obtener la motivación suficiente y así parar el consumo. Es importante tomar en cuenta que nunca es tarde para cambiar y querer rehabilitarse, por más años que hayan pasado desde que se inició el consumo, si hay una motivación intrínseca para reconstruirse a sí mismo, es posible encontrar la luz entre la oscuridad en la que se está.

No obstante y para concluir...

Hay que tener en claro que: