Decadencia

Llevo unas semanas de Noviembre francamente incómodas, hay veces que vienen torcidas por diversas circunstancias que tampoco voy a enumerar.

Al menos una sí, la que lentamente más erosiona cualquier moral, os explico. Tengo una rotura o fisura en la entrada del suministro de agua en la casa, es un tema que bueno para eso están los seguros, puede convertirse en una pequeña odisea.

La avería era clara, rotura fuera de lo que es la casa, no es que sea un experto en el tema pero la ausencia de agua en los bajos de las conducciones daba una muestra inequívoca de ausencia de avería en el interior de la vivienda.

El fin de semana pasado, fue una odisea de WhatsApp de la presidencia de la comunidad que si fontanero para arriba que si fontanero para abajo que no estaban seguros, a pesar de la claridad de lo que les había dicho, en fin, me estaban esperando a mí llegada y bueno transigui y llamé a mi seguro el mismo lunes.

La cita fue para el martes, un día perdido con el inconveniente de estar arriba y abajo con la llave de paso para suministrar agua en la casa (le estoy inundando su techo), dando explicaciones a todos los vecinos y pidiendo las mismas a la presidenta.

Martes, mi seguro comprueba, es externa, corresponde a la comunidad, toma nota de los daños al vecino, doy inmediatamente copia del parte a presidencia, queda pendiente el fontanero de la otra compañía, sigo con la penosa tarea de abrir cerrar la llave de agua.

Miércoles, viene el fontanero, la avería es doble, entrada de agua y bajante de residuales, no está seguro de quien corresponde el arreglo, me llamarán.

Jueves, sigo sin noticias, hay un trajín de WhatsApp intentando repuestas, intento que mi compañía me busque un alojamiento alternativo, recibo absurdas repuestas hasta el no. Reclamo.

Viernes, seguimos igual, la otra compañía delibera y delibera, ni que esto fuesen las obras de la puta catedral de León. Mi presidenta, intenta parecer colaborativa, no me creo una mierda, me habla de ponerme al día en la comunidad y otras cosas asquerosas, creo que no es el mejor momento, ha hecho saltar el resorte de mi cabeza, el odio me invade, solo pienso en cortafrios y tuberías sesgadas, miento deseo matarlos a todos.

El correr me libera un poco, vuelvo a un pensamiento más pragmático, pensaba forzar a mi compañía a reparar la avería y ajustar cuentas posteriormente, decido aguantar movimiento, no me fío de nadie.

Viernes tarde, tengo cita para la reparación el martes ambas averías, mientras sigo el trasiego de escaleras, de explicaciones a vecinos cariacontecidos y desconfiados. Finalmente exploto.

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