Y ahora, ante ustedes una de vaqueros. No estoy habituada a ver ningún tipo de western, siempre me ha parecido una forma vaga de violencia, además que me recuerdan a esas películas que se sentaba a ver mi papá conmigo y mis hermanos y que en vez de prestarle atención nos comentaba que el en una vida pasada había sido “el pistolero más rápido del oeste” y que mataba a no sé cuántos bandidos en no sé cuantos segundos (ja, ja, ja, ja), pero después de ver su tráiler y su elenco decidí darle una oportunidad y les cuento que me alegró atreverme.

En 1892 al legendario Capitán Joseph J. Blocker, famoso por luchar por 20 años en contra de los nativos americanos y de arrasar con casi toda su población de toda el área de Nuevo México, se le ha encomendado una última misión: comandar un viaje a través Nuevo México para llevar de vuelta al anciano Jefe Cheyenne “Halcón Amarillo”, quien está muriendo de cáncer y a su familia a su antiguo territorio en las montañas de Montana. Al empezar la travesía se consiguen con una recién enviudada y aún perturbada Rosalie, a quien los peligrosos comanches le arrebataron a toda su familia incluyendo a su esposo y sus tres niños pequeños quienes están muertos a su alrededor. Luego de dar sepultura a su familia, se une a la campaña con intención de dejarla en un lugar seguro. En un viaje que muestra los verdaderos peligros del oeste americano donde cualquiera podría ser tu enemigo, fueran blancos o nativos, y la unión entre estos mismos haría posible que el viaje llegara a su fin.

Christian Bale encarna al Capitán Joseph J. Blocker, en su interpretación se muestra la lucha que tuvo que hacer para aceptar llevar a su enemigo a su morada final, pues durante toda su carrera todos sus compañeros fueron brutalmente descuartizados por los indios americanos. También tenemos a Rosamund Pike como Rosalie, con una actuación espectacular y en particular en la desgarradora escena donde llora a sus muertos, sin embargo, el luto pasó muy rápido, superando rápidamente sus traumas y el odio a los indios y convirtiéndole en una gran amiga de estos. Muchos recordaràn a esta actriz como una de las más odiada del cine (después de Jenny de Forrest Gump) por la película Gone Girl (Perdida).

Scott Cooper dirigió y escribió esta película como un medio de mostrar que no todos los indios son malos, ni todos los blancos son buenos, buscando una manera de hacer justicia sin beneficiar a ningún bando, lo que bajo mi ojo me pareció algo mas bien condescendiente. Lamentablemente no hubo matices en los personajes, eran muy planos o con una sola emoción; el único personaje bien construido, con muchos matices, fue el del Cap. Blocker. Llegó un punto que rebaso la sensiblería siendo poco creíble, y más tratándose de hombres rudos del oeste americano que combatían a estos mortales adversarios que terminaron siendo sus partidarios para poder seguir con la peligrosa travesía. A pesar de estas palabras es una película digna de ver, con escenas memorables y unas buenas batallas entre indios y blancos.

Lo que más me encanto fue la cinematografía por parte de Masanobu Takayanagi, quien ya ha participado como cinematógrafo de películas como Spotlight y El lado bueno de las cosas; con un ojo particular para la fotografía que juega con los tonos tierras, verdes, azules y tomas a contraluz, que hacen una composición magnífica. Además nos muestras parajes increíbles del paisaje estadounidense, algo que no estamos acostumbrados a ver en estas producciones de Hollywood.

TRAILER