Me pidieron dar palabras de motivación a un grupo de jóvenes... ¿Qué es lo más correcto para decirles?

A finales del mes pasado, recibí un mensaje de una de mis profesoras de secundaria pidiéndome que diera una charla motivacional a los jóvenes que estaban por graduarse en la institución donde crecí 6 años de mi vida. Sentí mucha satisfacción al ser tomado en cuenta para dirigirme a estos chicos y formar parte de su instrucción en los últimos días que iban a estar entre el confort que conceden los colegios, preparándose para salir a la fría realidad de las calles. 

Yo salí de este colegio como técnico medio en el año 2013, preparado para ir directo al campo laboral, pasando de las aulas a la oficina sin ningún impedimento, habían muchas ganas de avanzar con paso firme por la vida, y es muy relevante agregar que somos de Venezuela, y para aquel momento se estaban comenzando a experimentar peores situaciones, mucho más atroces a las que veníamos viviendo desde el año 2000 a causa de la peste chavista. Se estaba graduando una generación que no había conocido más que un país sumergido en crisis con escasas oportunidades... y debo decir que solo era el comienzo de lo peor.

Después de casi 6 años que han transcurrido desde aquella graduación, no tengo para nada la misma visión que la que tuve en aquellos momentos,  y es que no soy para nada el mismo, no solo por haber crecido y madurado, sino que todo el entorno social causa cambios enormes en mi. Para cuando termine mi etapa secundaria estaba muy convencido de que era lo que quería hacer y como lo iba a lograr, sentía que tenia un proyecto de vida ambicioso pero no imposible.

Desde mi punto de vista el hecho de vivir en Venezuela bajo este régimen,resulta en dejar la normalidad a un lado y darle paso a lo absurdo e incoherente. De manera consecuente el "como" se logran las metas dejo de ser convencional, el trabajo duro y honesto paso a ser el menos popular, tomando más efectividad el "juego sucio", la avaricia y la trampa pasaron a ser los motores del éxito de gran parte de la población. Probablemente les parecerá exagerado mi planteamiento, pero si hacen un poco de introspección en su entorno y miran detalladamente hay un numero alarmante de personas que han surgido exitosamente en esta crisis aupados por acciones malas o por lo menos no del todo transparente.

Así que considero que una de las cosas más adecuadas que debo decirle a estas mentes jóvenes es que parte del rescate de nuestra sociedad sera posible en la medida en que vayamos trabajando honestamente no solo por nuestro beneficio propio sino también por el de la comunidad. Son los ciudadanos quienes a través de la responsabilidad, el respeto, la compasión y la justicia pueden construir una sociedad más saludable en todos sus estratos, y creo firmemente que esto es así. En todo este tiempo me he dado cuenta que el conseguir un empleo  es una de las mejores decisiones que se puede tomar, en mi caso ha sido temporal, lo cual esta bien por el hecho de que decidí ingresar a la universidad para formarme en una carrera profesional. Cuando nos dedicamos a trabajar nos damos cuenta del valor real de todo, y no solo con respecto a lo monetario, sino también el recurso humano, lo tan valioso que podemos llegar a ser dentro de un sistema.

Irse o no irse del país es posiblemente la disyuntiva más repetitiva de estos tiempos, y para ser sincero a estas alturas no se del todo cual es la mejor decisión. Sin duda irse es garantía de progreso y mejoras en la calidad de vida, aunque la cuestión es ¿a cuestas de qué?... son muchas las historias que se cuentan de los inmigrantes, pero para mi la verdadera respuesta a todos los dilemas quedandose o yéndose,es la constancia. Quedarse implica fuertes situaciones e irse implica lo mismos, evidentemente son de características distintas pero en fin malas situaciones.

Apostando por un mejor futuro, por un mejor país... actualmente estoy por culminar el 4to año de Medicina en la Universidad de Carabobo. Fotografía tomada con un Iphone 5.

Mantengan la esperanza...esa es la "chispa" que enciende nuestro motor y mantiene nuestras ganas de apostar por nosotros mismo, y esa siempre será la mejor inversión.