Mi encuentro con un Maestro
La primera vez que oí hablar de él fue hace más de treinta años. Estudiaba yo mi maestría en educación. Recuerdo que un día, uno de los compañeros me invitó a su clase, me dijo que había un profesor que sobresalía entre todos los del postgrado, que era muy polémico. Así que decidí anotarme en su curso. El profesor era el Padre Alejandro Moreno.
Alejandro nunca terminaba sus clases a la hora prevista. Le encantaba quedarse conversando con un grupo de alumnos. Casi siempre, nos sentábamos en algún cafetín y ahí transcurrían las horas debatiendo sobre los temas del curso.
Cierto día, al salir de clases, nos propuso reunirnos en casa de alguno de nosotros, le parecía que así podríamos charlar con más tranquilidad. Tuvimos que sortear esa invitación, todos querían tenerlo de invitado. Al final, nos reunimos en casa de un compañero que lo conocía de antes. Ninguno de nosotros podía imaginar que en ese momento nacería un gran centro de investigación, El Centro de Investigaciones Populares (CIP), una referencia en la investigación de las ciencias sociales en Venezuela.
A la primera reunión, sucedieron otras. Establecimos una regularidad semanal, para los viernes en la noche. Hasta altas horas de la madrugada estudiábamos y debatíamos sobre cualquier tema humano o divino. Esos encuentros los prolongamos, casi sin interrupciones, durante treinta años. Solo las dificultades impuestas por la situación actual del país lograron frenar esas preciosas reuniones.
Poco a poco el grupo fue creciendo. Se nutrió de estudiantes motivados por conocer lo que hacíamos. Establecimos sedes de trabajo en Maracay, Los Teques, Valencia y Caracas. Nos fuimos convirtiendo en una familia de amigos estudiosos.
De la mano de Alejandro, desarrollamos programas de formación en diferentes áreas de las ciencias sociales, aprendimos a investigar nuestra realidad venezolana con métodos no convencionales para la época; al margen de la academia, con nuestro propio financiamiento. No dependíamos de nadie. De ese trabajo tesonero surgieron investigaciones que hoy son consultadas en toda Venezuela. Los estudios realizados por el CIP, nos han permitido conocer mejor la antropología del venezolano, sobre todo el de los sectores populares.
Desde que conocí a Alejandro, me impactó su particular forma de ser. Aún cuando era un académico destacado y un Ministro de la iglesia, había decidido vivir en una de las comunidades más pobres de Caracas, el Barrio San Isidro, en la vieja carretera Petare Guarenas. Allí compartió su vida con las gentes del Barrio hasta que la edad lo obligó a resguardarse, bajo el cuidado de sus hermanos Salesianos.
En muchas oportunidades, hicimos nuestras reuniones de investigación en el Barrio donde vivía Alejandro. Compartimos con muchos de sus vecinos. Allí, pude constatar el amor que él le prodigaba a todas esas personas y también, el respeto y la admiración que los habitantes del Barrio tenían hacia él. Había entre esas personas y él una genuina relación de amor.
Alejandro, ha sido un gran líder en esa comunidad. La ha acompañado en un sin número de situaciones para ayudarlos a gestionar cualquier tipo de soluciones. Gracias a su entrega, consiguió que un grupo de amigos hicieran un centro juvenil para los niños y jóvenes de la zona. Allí reciben atención educativa, participan en actividades deportivas y culturales y se mantienen apartados de los caminos de la delincuencia. Hoy, con la gran crisis que vive Venezuela, Alejandro ha conseguido donaciones para poder dar una comida al día a un grupo de cien niños al borde de la desnutrición.
Alejandro no sólo es un gran filántropo, también es un académico destacado. Ha recibido numerosos reconocimientos por sus investigaciones sobre la antropología del venezolano. Es Doctor Honoris Causa de varias Universidades Venezolanas, tiene numerosas obras publicadas. Sus comentarios en el facebook y su columna quincenal en El Nacional son un faro para iluminar los tiempos que vivimos.
A Dios le doy las gracias por haberme puesto en el camino de este gran hombre, casi santo. Gracias a él, me desarrollé intelectualmente, me inicié en la escritura de ensayos académicos, conocí a los autores fundamentales en el pensamiento filosófico y social, entrené mi razonamiento para poder entender mejor la realidad en la que vivo. Aprendí a confiar en el diálogo como forma de superar los conflictos sociales.
Pero el gran cambio que le debo a Alejandro, está en mi manera de acercarme a la vida espiritual. Antes de conocerlo, yo formaba parte de ese gran grupo de personas que creen solamente en lo que tienen delante de los ojos, me había vuelto un escéptico, casi un ateo.
Muchas veces he reflexionado sobre ese encuentro casual que dio un vuelco a mi existencia. He llegado a la conclusión que las casualidades no son tales. En el plan del universo, cada evento sucede en el tiempo que corresponde, ni antes, ni después. Encontré a Alejandro, cuando mi alma estaba dispuesta a recibir las enseñanzas del Maestro.
Después de andar tantos años a su lado, fui acercándome de nuevo a Dios. Hoy puedo decir que soy un hombre más sereno, más creyente en que hay algo que nos trasciende y, gracias a eso, con mucha más paz en mi vida.
El tiempo ha seguido su marcha infinita. Ya yo paso de los sesenta años y Alejandro está más allá de los ochenta. Todavía seguimos siendo grandes amigos. Todavía lo sigo considerando un gran Maestro. Me siento muy feliz de haber sido su pupilo durante todo este tiempo. Gracias a él, aprendí a ver la vida de otro modo.
Gracias por su tiempo.
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Hola @irvinc . Que experiencia de vida tan transformadora y hermoso reconocimiento que le haces a Alejandro. Una persona con un conocimiento tan amplio, una capacidad de razonamiento impecable pero, por sobre todas esas cosas valiosas, un hombre abierto y sin prejuicios que es capaz de mostrar lo mejor de su formación religiosa -amar y aceptar al otro-.
Sí, Damarys. Un ser humano excepcional. La verdad, es que la vida me premió permitiéndome conocerlo. Cualquier reconocimiento de mi parte se queda corto en relación al bienestar que él trajo a mi vida. Gracias por la visita y el comentario. Un abrazo.
Que afortunado eres, eso es una gran experiencia, aprender de grandes maestros nos deja aprendizajes sabios, te felicito, @irvinc.
Muy afortunado, @lauram. Es un gran privilegio poder conocer y convivir con esos seres especiales que han venido con la misión de mejorar nuestro mundo. No tengo dudas que Alejandro es uno de ellos. Gracias por la visita y el comentario. Un abrazo.
¿Qué mejor manera de elogiar a este personaje si no de la forma como la has hecho? El fin de semana pasado, estuvimos hablando de él. No tengo el placer de conocerlo personalmente pero mis cuñados sí y hablaron muy, pero muy bien, de Moreno. Leía tu post y me parecía que los estaba escuchando a ellos. Por sus referencias sé que se trata de un ser excepcional. ¡Dios lo bendiga!
Fíjate lo pequeño que es el mundo, @alidamaria. Como dirían por ahí: nos leímos el pensamiento. ¿Casualidad? Que va. Cada vez creo más en un plan divino donde todos vamos cumpliendo la parte que se le encomendó. Amén a tus bendiciones. Un abrazo.
que bonita experiencia y un buen maestro el que te ha acompañado casi toda tu vida creo que eres muy suertuda de tenerlo, ademas de brindarte conocimiento cientifico te brinda conocimiento espiritual, y creo que no hay mejor forma de estar que haciendo lo que te gusta que con personas que estan en paz y armonia con su entorno.
Si, @alexandrafv. He tenido mucha suerte en haberme encontrado con él. En verdad, puedo decir que la vida me ha tratado bastante bien, gracias a Dios. Gracias por la visita y el comentario. Un abrazo.
Que hermoso testimonio @irvinc, realmente has sido muy afortunado al compartir estas experiencias con tus compañeros y con ese maestro que se ve tan noble por lo que cuentas. Esas son esas experiencia inolvidables y seguro que han sido para ti una fuente de mucha sabiduría y conocimiento. El encuentro con Dios creo que a todos nos hace falta para llenar ese espacio, esa necesidad de amor infinito que nadie más puede llenar.
Gracias por compartir tan hermosa experiencia, en este excelente artículo. Un abrazo amigo :-)
Muy afortunado, @inspiración. Lo más importante, reencontrarme de nuevo con la esperanza en Dios. Gracias por la visita y el comentario. Un abrazo.
Tremendo homenaje para el señor Alejandro, estas son personas que necesitamos conocer, imitar y coger ejemplo de aprendizaje y vida. Dios le de mucha salud y larga vida. Saludos amigo @irvinc.
Amigo, @panchocroquer. Gracias por la visita y el comentario. Un homenaje muy merecido. Alejandro, ha significado mucho para bastante gente, entre ellos yo. Ha sido un gran hombre. Amén a tus palabras. Un abrazo.
Muy bonito este artículo.
Saludos, @sansoncarrasco. Gracias por pasar y comentar. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
Es una hermosa historia de vida, ¿nada como las tertulias filosóficas verdad? Recodar es vivir...
Saludos, @ivymalifred. Me alegra que te haya gustado. Toda la poca formación que tengo sobre filosofía se la debo a esas reuniones con los amigos del CIP. Por nuestra cuenta hicimos muchísimas lecturas, pasamos desde los griegos, hasta el posmodernismo y la hermenéutica. En verdad, que teníamos una especie de Universidad paralela. Y lo mejor, por puro amor al arte, a la sophia. Gracias por la visita y el comentario. Me alegra verte por aquí. Un abrazo.
No habia tenido tiempo de pasar a visitar tu blog,amigo @irvinc , que hermoso este post y todo lo que él encierra dentro de tus palabras llenas de sentimiento hacia tu maestro. La vida nos regala esas maravillosas oportunidades de tropezar con personas increíbles que nutren nuestro existir de experiencias invalorables. Gracias por compartir tu experiencia.. mi voto y un abrazo!
Saludos, @maribellg. Gracias por la visita. Me gusta compartir esas experiencias que nos hacen tomar conciencia de que la vida es generosa. Por alguna extraña razón, la verdad es que no me atrevería a decir cuál, aprendimos a valorar más lo que falta que lo que tenemos, pero buscando bien, seguramente que nos vamos a dar cuenta que es mucho lo que la vida nos ha dado. Me alegra que te haya gustado mi historia con Alejandro. Un abrazo.
¡Sorpresa! Pese a estar vencido, me aceptó el voto.
Genial publicación. Un personaje que se merece este homenaje. No lo conocía.
La experiencia que presentas es extraordinaria. Si hubiese tenido contacto con uds, seguramente estaría en ese grupo, porque son actividades que me apasionan.
Los textos que promocionas son muy interesantes.
En verdad, te feliciro.