Cantar, tocar y luchar. | Concurso cuentito reflexión

Habían pasado ya unos minutos desde mi llegada. Estaban todos en un círculo, vocalizando. Rápidamente me les uní, pues llegué un poco tarde.

Justo ayer habíamos tenido una reunión, en donde, entre nosotros mismos, conmemorábamos el aniversario de El Sistema. Oímos un mensaje, un saludo dirigido sólo a nosotros de parte del maestro José Antonio Abreu. Muchos comentábamos lo que significaba El Sistema para nosotros, cómo nos sentíamos con respecto a lo que iba de año.

Fue un momento donde nuestro convivir se hizo palpable, oyendo las situaciones de cada uno y el esfuerzo que cada integrante sigue haciendo por no abandonar al grupo. Reflexionábamos en la incesante dedicación de nuestros profesores y directores, quienes viven también sus propias situaciones y aún así no desisten por amor.

Hemos tenido dificultades tras dificultades, teniendo que lidiar con cada una de la forma en que menos pudiésemos salir perjudicados. Y hemos continuado, hemos avanzado. A pesar de que muchos otros se han quedado atrás, que piensan o sienten que ya el esfuerzo no vale siquiera, aún permanecemos.

¿Trabajo por hacer? Me quedo corto dando un número infinito, pero seguimos.

Uniéndome a la vocalización, después de abrirme paso en el círculo, tuve uno de esos episodios tan frecuentes en que mi lado consciente se sale de mi cuerpo y aprecia todo mi alrededor.

Y entonces la vi.

Era tan palpable, que me producía ganas de llorar. Estaba allí, latente. Silenciosa, pero visible. Lo vi en cada rostro, en cada par de ojos (puertas del alma), en cada ademán, en cada inspiración, en cada abertura de la boca. Sin duda más presente en algunos que en otros, pero allí estaba:

Pasión

Pasión por lo que hacemos, por la música, por aprender, por enseñar. Pasión por seguir haciéndonos oír. Pasión por gritar con melodías lo que hay en cada una de nuestras almas.

Y así nos fuimos al escenario. Cuatro filas a lo largo de la tarima, dispuestos en Bajos, Tenores, Contraltos y Sopranos. Vistiendo un color negro que termina de resaltar nuestra elegancia. Estamos detrás de la orquesta, pero nuestra presencia completa el equipo musical. El director nos da la bienvenida y con su característico ademán de inicio, abrimos nuestras almas ante el público.

Nuestras voces, unidas en armonía, transforman la pieza musical en un gigante listo para arropar a todo aquél que nos oiga. Somos diferentes todos, con nuestros registros, tonalidades, colores, experiencia... Pero todos compartimos la misma pasión.

Y es por eso que, aunque soy tenor, no dejo de sentirme Bajo, Contralto o Soprano. Porque somos uno.

A pesar de todo, cada sacrificio vale la pena para nosotros. ¡Y aquí seguimos! Seguiremos siendo el tan aclamado Coro Sinfónico de Aragua.

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La foto fue tomada por alguien del público.

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¿Qué tal, steemians? Hoy presentamos el primer concierto del año, en homenaje al Maestro Abreu por el 43 Aniversario de El Sistema. Y, honestamente, desde que salí de allí me vi en la necesidad de sentarme a escribir sobre todo lo que se me vino a la mente durante la presentación. Me sentí muy feliz (a pesar de que esta noche no dormiré porque tendré que dedicarme toda la noche a estudiar y preparar un seminario para mañana).

¡HEY! Los asombrosos #Mosqueteros @blablajam y @shippo nos han traído este genial Concurso Cuentito Reflexión y ésta ha sido mi participación. El reto es bastante sencillo, ¡anímate! Acá tienes las especificaciones (bastante sencillas) del concurso -> Haz click.

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