Hace algún tiempo, transitaba un camino de asfalto, desde la última captura, recorrí la ciudad de las lluvias durante muchos días, hasta el momento en el que el trayecto cambió, el pavimento poco a poco se deterioraba hasta apreciar el nexo que existe entre la tierra y el hormigón.

Así, me hallaba ante la siguiente captura sin darme cuenta, un compendio de árboles que se extendía a su paso, naturaleza devorando y reclamando todo aquello que en principio le pertenecía, una demostración de poder tan imponente que jamás pensé que fuera por obra de la suerte.

La historia se comienza a tergiversar y es que cada vez son más, los recuerdos que en el olvido han de quedar. Desde la aparición de Lluvia su vinculo se volvió incluso más especial, y es que una sin la otra no podrán estar.

Una amistad tan grande que el tiempo solo logra reforzar, a pesar de ser totalmente diferentes e independientes, las cosas no son igual sin una compañía que disfrutar; personalidades totalmente opuestas pero con carencias que complementar. Una amistad de las buenas, de las mejores que en otras épocas jamás existirán.

Encontrarte, supuso para mí una inquietud muy grande, es muy fácil perder el sentido de orientación cuando más te adentras en un bosque, especialmente uno que vive, siente y avanza sin importar qué.

Ya es tarde para retractarse, tengo un objetivo y ese es el capturarte. Eres la paz y el aire puro que sin duda ayuda mucho a desconectar, cuando el estrés y la ansiedad solo nos logra alterar. Eres todo lo que ella necesita para avanzar, ante las distintas pruebas que la vida la a de colocar.

Permanece a su lado lo mas que puedas, porque sabemos que la distancia es un factor que en contra jugara y que mi participación en esta historia en algún momento tendrá final.