Técnicas literarias | Haz el ejercicio, aprende y gana SBD

in #spanish7 years ago

¿Quieres escribir mejor? Esta es la dinámica: con mi pequeño SP pero con mucho cariño y respeto por tu creatividad, votaré los 3 mejores ejercicios que más nos sirvan como ejemplo para aprender, además –por supuesto–, de leer sus textos y dar alguna retroalimentación de considerarlo pertinente.

¿Qué es @decomoescribir? Mi intención es generar una comunidad artística con el fin del aprendizaje en el arte de escribir. La idea es ser de ayuda a toda esta generación de bloggers para que encuentren caminos originales de generar propuestas de valor además de herramientas para difundir sus proyectos, y realizar sus sueños.

Y sobre todo, divertirnos en el proceso.

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TECNICAS LITERARIAS

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EJERCICIO


Realiza el principio de una historia desde la perspectiva de un personaje

No te limites.

y...

Expande tu imaginación tanto como lo necesites.


Ejemplo:

"No era mi intención mostrarle el colibrí que maté para Ray. ¿Quién le muestra esas cosas a una niña que apenas conoce? Simplemente urgaba en mis bolsillos por unos centavos y me estorbó el bultillo. Supe por su expresión que había cometido una estupidez y traté de remediarlo cambiando de tema hacia unos nubarrones que se acercaban detrás de la colina. Ella me miraba fijo, como si estuviera pasmada con mi atrevimiento mientras yo me guardaba de vuelta el ave en mi pantalón:
–¿Sabes que los colibrís vienen a limpiar nuestros pecados? –dijo–. Papá me lo contó.
– ¡Yo no creo en estupideces, y esa es una estupidez; creer semejantes cosas te vuelve estú...! –después me callé.
Creí que jamás la volvería a ver pero esa misma tarde vino con una larga gabardina bajo la ventana de mi habitación, la lluvia ya comenzaba, suave, en el valle.
–¿Sabes guardar un secreto?
Me burlé por dentro: "Si quisieras guardar un secreto no lo contarías; mis secretos no los comparto ni siquiera con Ray." Pero me interrogó con la mirada y mentí asintiendo; debajo de la gabardina sacó el cráneo del animal más fascinante que jamás vi.
Quedé boquiabierto:
–¿Es...es... tú... lo conoces?
Asintió.
Me llevó hasta la Colina del Perro, y apenas traje lo necesario para pasar la noche ahí. Odiaba ese lugar, incluso a mi me daba nervios escalarlo, y más con la lluvia que ya amenazaba como una tormenta. Nada importaba, ni todo el lodo en mis calcetines me hubieran detenido para responder mi pregunta : ¿cómo era posible que alguien más lo conociera?
Necesitaba más información. Comencé a interrogarla en los descansos, me aproveché de sus chocolates. Aceptó mostrarme el cráneo otra vez: no había duda, se trataba de Ray.


PARTICIPA


  1. Escribiendo en un comentario tu ejercicio.
  2. Antes de culminar la semana votaré los tres ejercicios que mejor nos sirvan de ejemplo para aprender.
  3. Todos puedes participar y ser ganadores, sin embargo, repartiré votos adicionales únicamente con los miembros de la comunidad.
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Saludos a todas y todos. Va mi ejercicio.

¿Por qué no siento las piernas? ...Apenas hace poco, ¿hoy?, ¿ayer?, estaba en el bus atiborrado de gente en el que oí al Presidente en cadena radial anunciando la puesta en marcha del operativo de seguridad, esta vez sí, para dar un “golpe seco” al hampa. Cientos de miles de policías, cientos de miles de patrullas, ciento y tanto mil dispositivos electrónicos, una gran red de sistemas de comunicación interconectados. Cifras, cifras, más cifras.
-A éste hay que darle más penicilina, esa pierna no la veo bien.
-Usted sabe que no hay, jefe. Habrá que decirle a la gente aquella que hable con los buhoneros de afuera...la farmacia ahora es allá afuera.
-¿Y lo que mandó el Ministerio?
-¿Cómo va a preguntar eso, jefe?
Oí que el de al lado es un policía al que hirieron porque estaba en el sitio y en el momento equivocados. Según lo que dijeron unos señores que vinieron a verle, los delincuentes descubrieron su carné de funcionario en la billetera y sin más, ¡pum!
Pobre pendejo el de la cama aquella. Los mismos señores que vieron al policía dijeron que a él le falta poco para irse al otro lado. Es verdad que acá no hay oportunidades para la gente joven, pero siempre hay algo qué hacer en buena lid. Fue por lana y salió trasquilado... Uno no sabe de dónde brinca la liebre.
¿Por qué no siento las piernas?...¡Claro, es verdad!, el güevón aquel es el que sacó el arma justo cuando el Presidente anunciaba el despliegue de policías. Cifras, cifras, más cifras, ¡pum, pum, pum...!
Ahora se acercan a mí los señores...Tengo sueño, mucho sueño...

Tengo un mundo en los dedos, un mundo donde no cae lluvia ni sopla el viento, mi cielo es color café, mi mar es tan dulce como la miel y en este crecen flores de una piedra llamada ónix, desde aquí no se ven montañas y no las extraño, mi nieve arde con la intensidad de un volcán. Me gusta pensar que nací de las cenizas de un árbol grande, aquel del que cuando era vieja me senté a escuchar las canciones que él le dedicaba a las raíces de su amada, que ya no bailaba para él, yo no conocía su historia pero al posarse la primera estrella baile sus canciones de cabeza por un largo tiempo, él sonrió, me contó la historia de él y su amada y al terminar me susurro "abrázame con fe y podrás crecer para ser niña otra vez, pero no te olvides de mí, mañana me toca morir para empezar a vivir" Estuve despierta por casi diez estrellas y cuando dormí me encontraba sola sobre mi ardiente nieve, mis huesos ya no dolían, mis pies volvían a sostenerme.
Pero no quiero ir muy adelante, al menos no por ahora, vamos un poco más atrás. Cuando tenía ciento ochenta y tres años corría cuesta arriba hasta el fondo de la cueva más alta, para volar en el fondo del mar, hacía esto cada tres estrellas para poder apreciar el caminar de esa bandada de aves cuya especie era mi favorita, juro que las espere tantas veces que ellas al pasar lloraban bajo mis manos para saludar, uno de los mejores recuerdos de mi vejez.

Fantástico.

Cada línea es un bocado. Coincido con Alonso: felicidades.
D.

Me recordó mucho a la poesía de Huidobro. Felicidaded :)

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¡Hola a todos! Dejo aquí mi primer ejercicio:

Mantengo un momento más los ojos cerrados. Huele a madera, a polvo y un poco a metal. El aire es denso, demasiado cálido para mi gusto. Oigo las respiraciones nerviosas de la gente a mi alrededor. Menos mal que mantienen una distancia, odiaría que me tocaran.
Una puerta chirría. Abro los ojos, y los músicos empiezan a desfilar delante de mí. Suenan los primeros aplausos, recibiéndolos en el escenario. Algunos miran hacia abajo, otros me observan, con ojos grandes y espantados, y me sonríen. O lo intentan. Son muecas patéticas. Venga ya, si no sabes controlar los músculos de la cara, ¿qué harás cuando tengas que sostener el arco contra tu violín? Pandilla de aficionados.
El director está a mi lado. No parece nervioso, y tiene bastante más experiencia que estos imberbes que siguen saliendo. Da igual, es un inútil. Menuda gentuza ha reunido aquí.
Cuadro los hombros y me pongo derecha, como decía mi madre. Tú siempre con la cabeza alta, hija, que vales mucho. Que estás por encima del mundo, y lo tienes que demostrar.
La pobre mujer no sabía la razón que tenía. El director entra, se sitúa en el centro del escenario y saluda. Luego se dirige hacia mí y extiende su mano. Al menos eso sí sabe hacerlo. Camino hacia, él los aplausos aumentan. Muy recta, muy alta, muy sonriente. Sonrío mientras también extiendo mi mano, tomo la suya y saludamos juntos al público, que está en pie. No pierdo el tiempo en sentarme, odio estos aplausos de cortesía. Aplaudid después, cuando hayáis sido deleitados con el arte de la verdadera música, no ahora, que sólo os han presentado a los ejecutores.
Ignorantes. Paletos.
Todos ellos.
Me duelen las piernas. Mi cara se refleja en la superficie negra y pulida del piano, sin partituras, como a mí me gusta. Miro a ambos lados, sólo un momento, para comprobar que todo está en orden. Perfecto. Me dirijo al director, y asiento. Él sube la batuta y la pandilla de grillos empieza a sonar, y oh Dios, cómo duelen las piernas. No sé cómo voy a aguantar el concierto entero. ¡No importa!, no importa… me sé la pieza de memoria, y mis brazos funcionan. Las piernas me están matando, pero da igual… oh, Señor, qué dolor. Coloco mis manos en posición. Las piernas…El director me mira, mientras ralentiza a los críos y casi los hace callar, y me da la entrada. Mis manos se mueven solas, casi por inercia… el piano no suena. Las piernas… no puedo más… me levanto. Mucho mejor. Estoy encorvada. Sigo tocando, pero no suena. No lo entiendo. Hay golpes detrás de mí. La orquesta sigue con su melodía y el director no se da cuenta de nada. Inútil. Tengo mejor las piernas, pero por más que toco, no lo oigo. Ahora también duele la espalda. Miro hacia atrás, mientras no dejo de tocar. Hay una puerta que antes no estaba, no lo entiendo. Quieren abrirla. Intento ver al público, pero ha desaparecido. Los músicos siguen con la melodía y el director me indica que vaya más rápido, ¿pero no ve que el piano está roto? Más golpes. Y gritos. Están detrás de la puerta. Mis manos siguen tocando, y ahora me duele la espalda. No puedo seguir encorvada, los golpes suenan y el piano no. Oigo la orquesta, pero ya no hay músicos, sólo tarareo yo. El aire es sofocante. La puerta se abre con un golpe y el director abandona su puesto. Inútil. Me agarran por detrás y me obligan a tumbarme. Él ahora está a mi lado y clava la batuta en mi brazo. El techo del escenario desaparece, ahora es blanco y el suelo está acolchado. El director lleva una bata blanca y la batuta se ha transformado en aguja. Intento patalear, pero las piernas no me responden. Quiero hablar… balbuceo… todo va lento…

Laura,

Bienvenidísima. Qué inmenso gusto encontrarte por aquí, y verás que llegaste a una plataforma llena de letras.

Me encanto tu ejercicio y la manera que tienes de intercambiar la prosa con el diálogo de manera tan natural. No queda duda en dónde comienzan los parlamentos y en dónde terminan. La temática es interesante: la transposición de realidades.

Únicamente tendría cuidado con abusar de la enumeración de acontecimientos: vi, abrí, cerré, reabrí, salí, entré... como el diálogo es un diálogo interno, pregúntate: ¿realmente alguien se-habla de esa manera cuando imagina? ¿y cuando se-está en trance, casi al borde del sueño, cómo es ese diálogo?

Para un futuro, un buen ejercicio sería reducir el texto a la mitad, sin perder el mensaje.
Más abrazos de bienvenida,
D.

Hola, este es mi ejercicio:

—Hoy estaba mirando a través de la ventana cuando volví a cuestionarme el motivo de mi llegada a esa casa —dije con las lágrimas asomándose por mis ojos. Mi amigo, Carlos, escuchaba en silencio—. Realmente me estaba doliendo mucho estar sentada en el sofá, mirando a la nueva esposa de mi padre mientras lo llevaba a la cocina para conversar. Ni siquiera dejó que saludara a sus hijos.
Después de una breve pausa, en dónde miré al cielo y respiré profundo para calmarme, continué:
—Aunque no lo creas, lo único que hace soportable mi visita a la casa de mi padre es ver a mi pequeño hermano. Sé que te hablo mucho de él, pero de verdad, es un niño increíble. A pesar de que no es hijo de mi mamá, no merece mi odio ni mi indiferencia. Y mucho menos Carmen, la nueva esposa de mi padre. Sé que ella tampoco tuvo la culpa de que el matrimonio entre mis padres no funcionara, aunque no por eso consigue caerme mejor.
—Sigue hablando —me animó Carlos cuando notó que quería callar y guardarme todo lo que sentía.
—Cuando comencé a jugar con mi hermanito, olvidé cuestionarme las razones de mi visita. Pero luego llegó el momento en que mi padre me llevaría a casa. ¿Puedes creer que por más que intenté, no pudimos mantener una conversación? A veces me sorprendo mucho de lo desconocido que parecemos. Y furiosa por no romper el silencio entre los dos, las interrogantes volvieron a surgir.
Hasta este punto, ya no pude contener más las lágrimas. Comencé a llorar pero no podía dejar de hablar, porque eso sería como envenenarme con las palabras que rondaban en mi cabeza.
—Si vuelvo a ir una y otra vez a la actual casa de mi padre, tal vez, es porque necesito ver con mis propios ojos que esta vez, le va bien en su matrimonio. Sé que es inútil tratar de recordar y encontrar en él a la persona que solía ser. Creo que lo único que me queda de él es un pasado en dónde se besaba con mi madre y me llevaban de la mano mientras conversaban —dije y después de una pausa, continué—: Sé que a veces las cosas no funcionan. Pero solo espero que esta vez, de verdad funcionen. Ya que mi padre decidió formar otra familia, espero que consiga lo que está buscando, pero sobre todo, que no abandone a su esposa y a mi hermano, así como nos abandonó a mi madre y a mí.
Carlos se quedó en silencio y me abrazó.

Emocional, María. Tocas las fibras.
¡Te felicito!

Si pudiera dar una recomendación, sería sobre el tono del personaje. No me queda claro su perfil. La voz y las expresiones parecieran de una persona madura, casi sabia, melancólica y honesta, sin embargo, la problemática (el divorcio) es un asunto intrínsecamente más juvenil/infantil que se acentúa en las últimas lineas cuando hablas de una madre y hermanos.

Mi consejo es: si tu protagonista es un niño/joven, un tono más suave/ingenuo (como Macario) funcionaría mejor. Si se trata de un adulto recordando el proceso de divorcio de sus padres, tu texto funciona perfectamente, y únicamente agregaría en el ejercicio algún indicio que nos diera pista sobre por qué esta información será relevante.

Ojalá sea de ayuda.
D.

Se gano mi humilde uptove joven, saludos

@decomoescribir cuando escuché atentamente tu explicación, me pregunté que reto tan difícil, sin embargo una conexión extraña · pronunciaste la palabra "león" y que casualidad que justo esta mañana yo había trabajado en un cuento que salió sobre una situación personal.Aquí lo dejo, y espero que cumpla lo que exige la dinámica:
El PRÍNCIPE DEL BOSQUE Y EL LEÓN
Autora Raquel Peña
En un lugar del bosque, cuyo lugar siempre viene a mi memoria, abri por primera vez mis ojos, todo aquello era desconocido para mi, escuchaba pájaros cantar, y de forma extraña todos me rodeaban como protegiéndome de algo, ruidos que no me eran conocidos, aturdían mis oídos.No se, ni entendía porque estaba allí, no se cómo llegué hasta ese hermoso lugar,pero si conozco la historia que viví en aquel bosque, mi hogar, y lo único que puedo contarles fue lo que sucedió a partir de ese día en que abrí mis ojos, en aquel lugar del bosque.
Después de despertar, sentí la necesidad de comer, en aquel lugar solo aprendí a imitar a los pájaros o a los orongutanes y a todos aquellos seres tan diferentes a mí, y a los que no podía entender su lenguaje,pero sin embargo me seguían y me protegían como si fuese alguien de la realeza.
Fui sintiendo cada vez aquel lugar,mi hogar, mi mundo, pues es lo que mi memoria recuerda. ¿ qué ocurrió antes de abrir mis ojos? Eso no lo se, empecé a entender a los pájaros, sabía cuando cantaban anunciando peligro, o cuando cantaban por un nuevo amanecer, aprendí a escalar árboles y a recorrer cada centímetro de aquel lugar y protegerme de los depredadores que acosaban a los más débiles, pude conocer mi rostro en el reflejo del agua de los riachuelos o del gran manantial, vi que era diferente, sentía cosas extrañas, tuve pesadillas en donde veía un gran castillo y hombres al igual que yo, con armaduras, me veía huir, corría,sólo corría de aquel lugar hacia el bosque, era un sueño que se repetía noche, tras noche,como anunciándome de dónde venía.
Una mañana, los pájaros no cantaron como antes, su trinar era distinto a otras veces, un ruido y un rugido extraño a mis oídos se escucharon en toda la inmensidad del bosque, todos huían despavoridos, de pronto sentí como uno de ellos me halaba hacia lo alto de los árboles, y fue desde lo más alto de un árbol que vi por primera vez, aquellos hombres que se parecían a mi, llevaban las armas que yo había visto en mis inquietantes y aturdidas pesadillas.
De pronto un rugido, no tan fuerte como el anterior se escuchó en un matorral tan espeso, que no entraba ni una aguja.Con ayuda de la lianas, crucé al otro lado, y allí estaba él,detrás de ese matorral, apenas abría sus ojos, su mirada perdida, me hizo recordar como aquel día en aquel lugar del bosque, en el que desperté por primera vez y es ahora mi hogar.
Lo más extraño, que los pájaros, y los orangutanes me advertían del peligro, sin embargo no veía que ese ser tan pequeño pudiera causar daño a nadie,por primera vez no les obedecí y me acerqué y lo toqué con un poco de recelo,pero lo hice y fue algo mágico parecía un encuentro que llenaría mi vida a partir de ese instante. En ese momento, entendí que aquellos hombres de mi pesadilla habían acabado con la existencia de la madre de aquella criatura y que a pesar de su tamaño hacía sentir miedo a aquellos que siempre protegían a los desvalidos, les decía, en el lenguaje que yo aprendí para comunicarme con ellos, acerquénse, no teman es indefenso, tiene mucho más miedo que todos ustedes.
Desde ese día, mi vida cambió, ya no cuidaban de mí, yo sentí la necesidad de cuidar de aquella criatura a los que todos temían, y ¿adivinen qué?, si hice con esa criatura melenudita, lo mismo que aprendí yo, le enseñé a comer lo mismo que yo comía,y poco a poco todos dejaron de temerle, claro, fue creciendo, dejó de ser aquel cachorro para convertirse en un hermoso León, al que llamé príncipe, una palabra que me retumbaba con mucha insistencia en mi memoria, cada vez que despertaba de mis eternas pesadillas.

Raquel, me gusto muchísimo el tono narrativo, es simpático y quijotestco.
Se siente un relato lleno de imaginación y aventuras.

Como sugerencias: cuidar la repetición de palabras, la semántica de tus analogías y esos puntos que se disfrazan de comas.

¡Lo disfruté muchísimo!
D.

Si he tenido excelente comentarios, en verdad gracias a ti, te convertiste en un ángel, he podido escribir con mejor tecnicismo gracias a todos los videos y ejercicios...van fluyendo mejor las ideas. Gracias por las observaciones. Las ajustaré, y al parecer esta vez, salí mejor en la evaluación

Genial!!

te comento en la semana.
D.

Hola a todos. Aquí va mi ejercicio:

Era un viernes cualquiera y yo, siendo un animal rutinario, fui a visitar a mi abuela. La encontré en el sillón de siempre y viendo el programa de siempre, pues ella también es un animal de rutina.
Como todos los viernes, me preguntó por mi mamá, que si ya había comido, que si quería café; como todos los viernes, la interrogué sobre nuestros ancestros.
Hace un año atrás, me surgió un interés por conocer las formas de mis bisabuelos, de sus papás y de los papás de sus papás. Desde hace un año, mi abuela me cuentas las mismas historias cada viernes. Yo me invento preguntas en un intento por hacerla hablar de otra cosa. Nunca había funcionado, hasta hoy.
— A mi mamá no le gustaba que la abrazáramos — me dijo mientras se contemplaba las manos llenas de pecas marrones.
Esas palabras me sacudieron el sueño; reacomodé mi postura y le pedí que me repitiera la frase.
En mi familia las muestras de afecto no son bien vistas; algunos hasta las consideran señales de hipocresía. “Quien te quiere te lo demuestra con acciones” escuché decir toda mi vida y hasta hace muy poco, me regía por esa ley.
Nunca había pensado en mí — o en cualquier otra persona — como alguien dulce, cariñosa, afectuosa y a su vez sincera y honesta. En el momento que alguien intenta abrazarme, un sentimiento de rechazo crece en mí fuertemente, sentimiento que vuelve muy incómodo un simple saludo.
He transmitido ese rechazo a amigos, parejas, compañeros de trabajo y a todo aquel que me conoce, así como mi bisabuela se lo heredó a mi abuela, esta a mi madre y ella a mí.

Ivonne, ¡qué maravilla!

Encontrando aquellos resquicios particulares en la psicología de un personaje: ¡me agrada! Quizá más que explicarlo, simplemente lo mostraría en diálogos o acciones. No hay necesidad de mencionar por qué siente ese desprecio (tenlo para ti), sin embargo, si tu protagonista está teniendo una charla interesante y de pronto la tocan y sus sensaciones cambian hacia el desprecio o hacia el asco, podría ser una buen indicio mientras nos envuelves más en la trama y en una problemática.

Me encantó el inicio: esas repeticiones que utilizas: "los animales de rutina".
Buen recurso, abrazos.
D.

¡Gracias, Daniel! Solo como comentario adicional y totalmente fuera de contexto, de un video anterior tuyo, me tomé en serio la recomendación de "En las montañas de la locura" de Lovecraft y ahora lo estoy leyendo. Riquísimo.

Qué genial, Ivonne.

Verás qué magia literario tiene el texto: para aprender muchísimo.
D.

Hola, les dejo a continuación mi ejercicio, espero que les guste.

Hoy, como todas las noches, me levando de mi cama a dar un paseo nocturno. Veo las casas en la oscuridad y siempre me da intriga saber que historias guardaran cada una de ellas.

Camino por las calles desoladas y me invade una inmensa paz, de vez en cuando que pasa un vehículo pero después de que pase vuelve la calma. Me encuentro aveces a un perro callejero y lo saludo como si fuéramos amigos de siempre.

Después de unos cuantos minutos caminando regreso a mi casa y entro con el mayor silencio posible, tratando de no despertar a mi esposa e hijas que duermen tranquilamente.

Camino hasta mi habitación y mientras cierro la puerta ésta rechina y mi amada se despierta asustada. Le digo que soy yo, como todas las noches. Y ella se calma, sabe que todo las noches salgo a caminar.

Al entrar cierro la puerta y me acuesto a su lado, estaba llorando mientras decía antes de dormir:

-Quisiera que estuvieras una vez mas aquí mi vida-

Y, como todas las noches, entro en sus sueños para poderla ver, abrazarla, decirle lo mucho que la amo a ella y a mis hijas. Siempre quedamos horas conversando hasta que la alarma del trabajo me la arrebata y nos sustrae a los dos de su sueño.

-Mi vida, si supieras que le pedí a Dios quedarme contigo para cuidarte, que renuncie al cielo por ahora para verte a ti y a mis hijas crecer, cuanto las amo-

Johanatan, ¡qué gusto leerte!

Excelente temática, interesante. Me gustaría seguir leyendo.

Quizá como sugerencia evitaría el presente continuo para narrar. Recuerda que tratamos de simular la realidad como escritores: volver verosímiles nuestros relatos. Si buscamos imitar la forma de pensar en una persona/protagonista, el presente enumerativo es una forma muy poco real de narrar-nos historias en nuestro flujo de pensamiento.

Quizá no le vendría mal a la historia que la transformaras hacia el pasado.

Es un granito de arena, tómalo si te sirve.
Abrazo,
D.

Hola, muchas gracias por su comentario y apoyo, todas sus sugerencias siempre influirán en mi de manera positiva. No respondí antes por que no había visto el comentario, disculpen la tardanza.

Un gusto, aunque hablamos de uno a uno.
Me llamo Daniel y es un gusto.
D.

¡Calla, Calla!, ¡Cállate por favor!.

Se que tu al igual que todos me juzgas, me lo dicen tus ojos, solo te dejas llevar por mi exterior, ¡por mi ridícula apariencia!.

¿Pero que vas a saber de mi?, no me conoces, no sabes nada. ¿Acaso has visto la transparente belleza de la Greta Oto? o ¿el azulado encanto de la Morpho?, ¿se han deleitado tus ojos con los tonos rojizos de la Agrias narcissus?; ¡estoy seguro que no!, para ustedes son simples mariposas, insectos dignos de ser aplastados, no reconocerían un gusano de una larva aunque se los sirviese en el desayuno.

¿Sabes?, mi color favorito desde niño, fue el rojo, ¡me fascina!; quizá por eso me gusta tanto la narcissus. De chico me gustaba ver mis labios lo mas rojo posible, nunca nadie lo entendió, - ¡niñita, niñita! - me decían. ¿Acaso solo las niñas pueden tener los labios rojos?; ¡quizás sí, quizás no!, pero a mi me encantaba pintarlos, aunque nadie le gustara, a mi si.

Bueno a Jhon también, ¿no te he hablado de él?.

Jhon decía: que linda te ves así, ¿linda?, ¿porque me decía linda?, ¿es que solo las niñas pueden tener los labios rojos?; - ¡soy niño y me gustan los labios rojos!-, le grité una vez. Me miró con ternura, puso su grande y peluda mano detrás de mi cabeza y dijo: - te ves lindo , tus labios parecen fresas, deberías utilizarlos para algo mas que para hablar -. No me gustó lo que me enseñó ese día.

También me gustan las mariposas, ¡soy una mariposa!, antes era una larva, pero ya he crecido, pronto podré volar, solo falta un poco mas de piel a mi traje y ¡voilá!.

Tu cabello dorado es hermoso, combina con tu blanca piel, me gusta mucho, ahora que te callaste creo también me lo quedaré, total ya no los necesitas, ¿verdad?.

Juan,

Tienes lo más difícil: el tono del personaje, y a través de sus palabras, podemos adivinar su personalidad.
Excelente ejercicio: te felicito.

Quizá me hubiese gustado más intuir la trama: ¿hacia dónde va la historia? Pero quizá es mucho pedir en un ejercicio tan breve cuyo propósito cumpliste.

Abrazos,
D.

Muchas gracias Daniel por la critica la cual valoro y aprecio mucho.

Pero quizá es mucho pedir en un ejercicio tan breve cuyo propósito cumpliste.

¡No para nada!, tienes razón, me concentré tanto en el personaje principal que descuidé por completo la trama sin terminar de cerrar el cuento a pesar de que estaba allí, bastaba una pocas palabras para darla a entender, pero di por sentado muchas cosas (error mio), si te fijas:

Tu cabello dorado es hermoso, combina con tu blanca piel, me gusta mucho, ahora que te callaste creo también me lo quedaré, total ya no los necesitas, ¿verdad?.

En este párrafo traté, sin éxito, dar a entender que la cautiva había muerto... pero, releyéndolo reconozco que no desarrollé los elementos necesarios para dar a conocer a plenitud la idea, lo dejé SOLO en mi cabeza y no pude derramarlo en el texto, pero gracias, infinitas gracias porque así poco a poco voy moldeando mi estilo.

Un fuerte abrazo mi pana

De hecho, ni siquiera deje entrever que era una cautiva, que estaba siendo ahorcada por un asesino psicópata, quien deseaba su piel para poder hacerse un traje que lo hiciese "elevarse" de su apariencia larvaria... tal como las mariposas.

Quise recrear la psiquis del asesino Bufalo Bill de la famosa película: "El Silencio de los Inocentes", del cual soy fan... pero me quedé en su mente... o en la mía jejejejeje

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