En el año 2.008, Woody Allen escribió y dirigió esta película en la cual se sale se su amado Nueva York para llevarnos al viejo continente. Manhathan fue sustituida por Barcelona y el soundtrack cargado de Jazz al que nos tiene acostumbrados, dio paso a sonidos flamencos. sin embargo, el sello de Allen está presente en una historia que a pesar de ser una comedia romántica, posee momentos de mucha tensión y drama.

Vicky Cristina Barcelona cuenta la historia de Vicky (Rebecca Hall) y Cristina (Scarlett Johansson), dos jóvenes norteamericanas que van a Barcelona a pasar unas vacaciones de verano. A pesar de ser amigas, tienen personalidades muy distintas:
Vicky es mucho más centrada y racional; Cristina es apasionada, aventurera, pero no sabe muy bien lo que quiere. En la hermosa ciudad española conocen a Juan Antonio (Javier Bardem), un seductor y exótico pintor que las invita a ir a Oviedo. Una vez allí, Cristina se queda con Juan Antonio en una habitación y Vicky en otra, pero a pesar de lo que los tres esperaban, no hubo relaciones sexuales esa noche a causa de un malestar físico de la rubia. Al día siguiente, mientras Cristina se recupera, Vicky acompaña a Juan Antonio a un paseo y aunque en principio se mostraba desconfiada y poco convencida de las buenas intenciones del pintor, su opinión sobre él cambia y descubre a un hombre sensible que la atrapa por completo. En ese momento pensamos que la película será sobre el enfrentamiento entre dos amigas por el amor de un hombre y nos preguntamos, al ver el póster de la película, ¿dónde está Penélope cruz?

Un día, Vicky recibe una llamada de su prometido y su lado racional la hace abandonar la fantasía de Juan Antonio. Cristina se va a vivir con Juan Antonio y todo parece resuelto. Hasta que aparece una sombra: María Elena, la ex-esposa de Juan Antonio, interpretada de manera magistral por Penélope Cruz. Tras un nuevo intento de suicidio y narcotizada, Juan Antonio busca a María Elena y la lleva a casa a vivir junto a él y a Cristina. Los tres comienzan entonces a desarrollar la fantasía máxima de cualquier hombre que vea la cinta: una relación polígama. ¿Qué mejor fantasía para un hombre que llevar una relación amorosa con Penélope Cruz y Scarlett Johansson? pues, la fantasía pronto se torna en pesadilla.

Aunque en el pasado, los ex-esposos tenían muchos problemas entre ellos, parecen haber encontrado en Cristina ese algo que le faltaba a la relación. Pero esta condición de pegamento cansa pronto a Cristina, quien decide alejarse de ellos y los tres se separan, tras lo cual María Elena vuelve a descender a los abismos de locura y autodestrucción. Y entonces, aparece Vicky de nuevo. Insatisfecha con su vida matrimonial, enamorada de Juan Antonio, Vicky lo busca, van a comer y se deja seducir. Cuando están punto de concretar su encuentro, aparece María Elena. Loca. Alcoholizada. Con un revólver. Tras un momento bastante tenso y dramático, con disparos incluso, Vicky decide abandonar definitivamente a Juan Antonio y después se reencuentra con Cristina, quien ha decidido seguir su propio camino.

El guión no rebosa de sarcasmos y observaciones punzantes como otras producciones de Woody Allen. Pero lleva un equilibrio perfecto entre romance, dramatismo y humor, con hermosas locaciones y una fotografía bien trabajada. El personaje de la ex-esposa loca le da un matiz de tensión, por momentos de terror, a la cinta. Como ya estamos acostumbrados en las películas de Allen, el excelente trabajo de los protagonistas es vital para el éxito de la trama. No se trata sólo de "juntar estrellas" sino de escoger a los actores y actrices que sean idóneos para los papeles que se han escrito y en Vicky Cristina Barcelona el casting fue perfecto. Si bien no posee el jazz propio de otras de sus películas, los ritmos flamencos y los personajes de Juan Antonio y María Elena, ambos pintores intensos, vivos, le dan un elemento pasional a la historia y la convierten en la más sexy dentro de la filmografía de del Director, con escenas de gran contenido erótico, incluido un beso entre María Elena y Cristina.

Por la combinación de todos estos elementos y sobre todo por la actuación de Penélope Cruz, quien obtuvo un premio Oscar, un BAFTA y un Goya, todos ellos como Mejor actriz secundaria, Vicky Cristina Barcelona es una película de 7/10 puntos y una buena opción para ver algo distinto de Allen o para reflexionar sobre las dependencias emocionales y lo peligrosos que pueden ser los extremos en cuestiones de pareja. Pasión, empatía, atracción, son necesarias y vitales dentro de una relación, pero mucha pasión puede ser incluso más perjudicial que poco de ella. Si no, pregúntenle a Cristina.