¿Somos libres de elegir? Coetzee, Saramago y la Democracia (Reflexiones).

in #spanish5 years ago

El voto popular es la mayor bandera de los sistemas democráticos

Desde la Antigua Grecia, con Platón y Aristóteles, la Democracia ha sido enaltecida como un sistema de gobierno, si no ideal, sí el más beneficioso para la sociedad. En teoría, las decisiones son tomadas por el pueblo, empleando diferentes mecanismos de participación, la más conocida es el voto universal, directo y secreto. A través de elecciones se pueden elegir representantes, (en algunos casos removerse) y se pueden adoptar y aprobar diferentes leyes.

En la novela híbrida de J.M. Coetzee Diario de un mal año sobre la que realicé una entrada hace algunas semanas, se menciona que "El principal problema del Estado es asegurar que el poder pase de unas manos a otras sin una guerra civil". Se hace referencia a la forma en que hasta no hace mucho tiempo, luchas encarnizadas se libraron para derrocar a un monarca e imponer otro. Y dicho problema parecía haberse resuelto con la adopción del sistema democrático y la disolución de los regímenes monárquicos: los reyes actuales son más de protocolo que de facto. Sin embargo, aún en algunas partes del mundo (algunos países africanos son un buen ejemplo) no existen elecciones plenamente libres, sino guerras de guerrillas por el poder, en el que la violencia y las masacres están a la hora del día; o pequeñas cúpulas políticas que, una vez alcanzado el poder con apoyo popular, deciden establecerse en él por un largo período, en contra de esa misma voluntad popular que los condujo allí en un principio.
Ahora bien, dentro de las llamadas Democracias que, sobre el papel, respetan y hacen cumplir todos los valores democráticos ¿hasta qué punto el pueblo es realmente libre de elegir? Según el mismo libro de Coetzee "La vox populi no es elegir al mejor hombre, sino a un hombre, no importa quién". (El resaltado es mío). Y estoy plenamente de acuerdo. A la hora de convocar elecciones, se presentan diferentes candidatos y normalmente ese número se reduce a dos, entre los cuales los electores deben escoger. Estos son las dos alternativas, dicen, pero ¿son las mejores alternativas? ¿qué camino siguen estos candidatos para llegar hasta ese lugar? ¿representan, en verdad, la voluntad de un pueblo? ¿qué pasa si, como votante, no me gusta ninguno? pues, que la mayoría le da su voto al menos malo. Lo natural es que al no estar convencido por ninguna de las dos alternativas, pueda expresar esa opinión. Pero no se puede.

Ustedes dirán que sí, que puedo votar nulo. Pero los votos nulos no son tomados en cuenta, son sólo una anécdota y no expresan descontento, sino que son tratados como un error dentro del proceso. A menos, claro, que ocurra un fenómeno global como el que acontece en Ensayo sobre la lucidez de José Saramago, otro Premio Nobel de Literatura, en el que la mayoría de los votantes vota en blanco. Veamos la sinopsis de esta novela:

Durante las elecciones municipales de una ciudad sin nombre, la mayoría de sus habitantes decide individualmente ejercer su derecho al voto de una manera inesperada. El gobierno teme que ese gesto revolucionario, capaz de socavar los cimientos de una democracia degenerada, sea producto de una conjura anarquista internacional o de grupos extremistas desconocidos. Las cloacas del poder se ponen en marcha: los culpables tienen que ser eliminados. Y si no se hallan, se inventan.

Ese gesto, sin duda, llamaría la atención de las autoridades y de los sistemas democráticos en general y generaría consecuencias quizás similares a las descritas por Saramago en su ficción, pero hay una propuesta más simple: incluir en el tarjetón electoral la opción: Ninguno de los anteriores.

Si como ciudadano no me siento confiado ni identificado con ninguno de los candidatos que se postulan para un cargo ¿debo obligatoriamente escoger uno? ¿en ese caso, soy verdaderamente libre de elegir? ¿Es para eso que existe la democracia? Y todo ello sin profundizar mucho en absurdos tales como el hecho de que, en algunos sistemas electorales, el ganador no es quien obtiene mayor número de votos de los ciudadanos. ¿Parece una locura? Lo es. Y sin embargo, ocurre. Un ejemplo: Donald Trump obtuvo mayor cantidad de votos electorales que Hillary Clinton y sin embargo, ésta obtuvo casi tres millones más de votos que su contrincante. Entonces ¿el presidente electo realmente representa la vox populi?

Replantear los sistemas de gobierno es una tarea quijotesca, más aún si recordamos que la democracia no permite el uso de otro sistema dentro de ella. Básicamente dice: para cambiar la forma en que hacemos las cosas, debes someterte primero a seguir nuestras reglas, presentarte a elecciones, ganar y una vez adentro, proponer cambiarlas, pero usando nuestros mecanismos. A eso se refiere Coetzee cuando dice que “La democracia es totalitaria” frase que puede sonar un poco exagerada para algunos, pero cuya exageración se atenúa al alumbrarla con objetividad.
Por último, aclaro que no estoy desdeñando los sistemas democráticos ni condenándolos porque prefiera dictaduras, totalitarismos, monarquías o guerrillas armadas en la lucha por el poder. Se trata simplemente de un ejercicio de reflexión para que veamos la perfectibilidad de un sistema que tiene fallas profundas que a veces pasamos por alto, o en las que que sencillamente no habíamos reparado. El primer paso para mejorar algo, lo que sea, es reconocer que ese algo puede mejorarse. Por supuesto, tiene sus bondades y, en teoría, persigue representar a una sociedad múltiple, plural, heterogénea (o al menos a la mayor parte de ella), lo que no resulta sencillo. Citando a Saramago "Hay que tener mucho cuidado con lo que se cree saber, porque por detrás se oculta una cadena interminable de incógnitas.". Es un llamado a reflexión, la democracia no es el mejor sistema porque aún puede ser mejor de lo que es. Y nosotros también.

Reseñado por @cristiancaicedo


Otros posts que pueden interesarte:

Estatua y Reflejo: La Virgen de las Nieves // Statue and reflection: The snow virgin
La mujer rota (Libro): existencialismo, soledad e insatisfacción
Un reencuentro con el Principito (Libro): secuelas, adaptaciones, copias y homenajes al mítico personaje de Saint-Exupéry
Eat Pray Love (Película): mucho más que sólo una "película para mujeres".
Sort:  

Esta publicación ha sido seleccionada para el reporte de Curación Diaria.

final de post.png¡¡¡Felicidades!!!

Excelente articulo!

Coin Marketplace

STEEM 0.16
TRX 0.13
JST 0.027
BTC 59388.79
ETH 2578.59
USDT 1.00
SBD 2.47