El titulo original la obra literaria es “El príncipe rana”, uno de los cuentos emblemáticos Jacob y Wilhelm Grimm, famosos hermanos que recorrieron el continente europeo en busca de relatos populares en cada pueblo que visitaban, los lugareños les contaban aquellos cuentos que relataban con la intensión de atemorizar a los niños, prevenir que entraran al bosque, ilusionar a las niñas con el matrimonio o simplemente por diversión.

Los hermanos tomaban esas notas, hacían versiones mejoradas y de uno en uno hicieron una gran colección de historias infantiles que están aún vigentes en nuestra época, hoy traigo a esta serie el cuento que inspiró la realización de la película de Disney La princesa y el sapo, la historia es completamente diferente a su versión cinematográfica y en honor a los autores originales haré la narración de la fábula genuina.

En un castillo elegante vivía una joven princesa de personalidad superficial, tenía una gran cantidad de joyas de oro y una especial afinidad por los objetos de este metal, los cuales coleccionaba. El día de su cumpleaños su padre, el rey le regaló una pelota de oro con la que ella pasaba el día jugando lanzándola al aire y atrapándola luego. Una tarde jugando en el jardín la pelota resbaló de sus manos y cayó en un pozo, la princesa lloró a orillas del pozo por su pelota perdida.

De repente escucha una voz preguntándole. -¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras?- La princesa busca de dónde proviene la voz pero no encuentra nada, solo ve a una pequeña rana que insiste en hacerle la misma pregunta. Incrédula sigue llorando e ignora a rana, hasta que la rana se acerca a ella y le dice que la puede ayudar, esas palabras despertaron la atención de la princesa que secó sus lágrimas y le pidió a la rana sacar la pelota del pozo, la rana acepta con la condición de que lo haga su mejor amigo, la princesa hace el acuerdo y seguidamente la rana se lanza al agua con gran destreza y saca la pelota del fondo; la princesa la toma, se da la vuelta y emprende el camino de regreso al castillo dejado a la rana sola y sin agradecerle.

Esa noche cuando se encontraba en la mesa cenando con su padre, el ama de llaves indica que hay alguien en la puerta diciendo que la princesa lo ha invitado a cenar, la joven lo niega pero el rey dice con cara muy seria que debe cumplir sus promesas, así que hace pasar al invitado. Era la rana que había llegado al castillo en busca de la amistad de la joven que lo miraba con desagrado y hasta el apetito perdió. Terminada la velada el rey le ordena a su hija llevar a la rana a su habitación y entablar la amistad que prometió, la muchacha toma a la rana con dos dedos y la coloca en un rincón de su habitación.

La rana levanta la voz y exige dormir en la cama junto a ella sino le dirá al rey que la princesa no cumple sus promesas, en virtud de este chantaje accede y sube a la rana a su cama. El sueño de la joven es interrumpido por los sollozos de la rana, quien llora desconsoladamente, la princesa pregunta el motivo del molesto llanto, la rana le cuenta que solo quería que fueran amigos pero tiene muy claro que no es un huésped deseado y quiere volver a pozo.

La princesa siente una gran culpa por haberle causado tristeza a la rana, recuerda que no le agradeció cuando sacó su pelota del pozo y en un acto de ternura tomó a la rana en sus manos y le dio un dulce beso. Enseguida la repulsiva rana se convirtió en un príncipe, a partir de esa noche formaron una linda amistad que luego evolucionó a un profundo amor y con el pasar de los años decidieron casarse.