Intergaláctica: Full-house en el Multiverso Infinito [Primer reto SteemitFiccion: “Mundos posibles” – Nivel 6 *Final*]

He sido retado por @leveuf en la primera actividad propuesta por el equipo @steemitficcion: el reto “Mundos posibles”, donde autores retan a otros autores a continuar una historia. Mi entrada corresponde al nivel 6 de una de las ramas, lo que supone que llegamos al final de la historia. Quiero dar las gracias de antemano por esta emocionante oportunidad. Hacer este final ha sido trepidante y sobre todo muy, muy divertido.

El título que le doy a la historia completa es…   

"Intergaláctica: Full-house en el Multiverso Infinito”

Para comenzar a leer desde el principio, seguid los siguientes enlaces: 

Nivel 1. Inicio propuesto por @steemitficcion 

Nivel 2. Por @adncabrera 

Nivel 3. Por @acostacazorla 

Nivel 4. Por @marlyncabrera 

Nivel 5. Por @leveuf   

Nivel 6. Final propuesto por @salvao 

Visita el trailer de esta nueva historia haciendo click en la fuente de la imagen

Los ganglifeanos eran la raza-escudo por excelencia en el Multiverso Infinito, y Yodak era el comandante en jefe asignado a la Sección 73-damos559, a la cual pertenecía la Tierra. Un mundo aún primitivo, pre-espacial, que estaba siendo sacudido una vez más por la aleatoriedad de un nuevo “Full-House”.

  - Rápido Tomás, el escudo ha llega… -una matriz energética le hizo callar. Tanto Fred como él estaban ahora en una minúscula caja de protones, su nueva prisión.

Yodak, levantando la mano derecha del cuerpo prestado de aquella caribeña explosiva, se concentró en arreglar el estropicio que tenía ante sus pies. Una brillante luz blanca comenzó a formarse delante de él y, en un instante, creció en la inmensidad del destartalado rincón del infinito en el que se encontraban, para luego contraerse y sumir todo en la oscuridad más profunda, que duraría tanto como Marlene pudiera recordar...

Era de día y, con toda probabilidad, el día siguiente. Fue lo que pensó Marlene mientras caminaba hacia su whiskería acompañada de Rambo. Su intuición no solía engañarle y aquella noche, normalmente nunca lo hacía, lo dejó encerrado en el almacén como medida de protección. El ambiente era cálido, agradable. Hacía un día estupendo. Giró la llave con un suave movimiento de muñeca, desbloqueando la cerradura. El bar estaba extrañamente ordenado, ya no había grieta en el techo ni manchas de sangre, ni ningún rastro de todo lo que pasó y estuvo a punto de pasar la noche anterior. Marlene cerró la puerta, algo no le cuadraba.

  - Anoche vine aquí a presenciar el “Full-house”, me encantan esos eventos. - dijo el desconocido misterioso- Y cuando te encontré supe que era mi día de suerte. ¡Casi formo parte de una paradoja que habría sumido a nuestro multiverso en un increíble caos! 

  - Sí, una implosión atemporal… -Marlene estaba expectante- …dígame ahora por qué sigue aquí… Excelencia. 

  - Vuelves a casa, Marlene de Istkaram. Se acabó el juego. –y en un destello, aquel local quedó absolutamente vacío.

A las pocas semanas una máquina demoledora derribaba los muros de aquella whiskería intergaláctica. La implacable bola negra de metal golpeó una vez más. La constructora pertenecía a Hoteles Dunhan, una de las empresas hoteleras más grandes del país, propiedad de Emérito Dunhan, padre de Natalia Dunhan, cuya joven y primera aventura sexual nocturna apenas sí podía recordar.