Segunda oportunidad

  Me complace poder formar parte de los participantes que dicen presente en la dinámica que ha auspiciado nuestra querida amiga @anasuleidy porque, como partidaria que soy de las oportunidades, no me pude resistir a compartir con ustedes mi experiencia en este tema. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

  La vida por esencia natural se ha caracterizado por ser una excelente maestra y es que, cada situación que vivimos en las diferentes etapas de nuestra existencia contiene infinitas enseñanzas cuyo fin es orientarnos a comprender lo importante que es afrontar con valentía cada situación que enfrentamos porque, sean buenas o malas, siempre tendremos lecciones por aprender.

  Muchas veces nos dibujamos la idea mental de que nuestros días van a transcurrir en un mundo de arcoíris y de esa manera, evitaremos el sufrimiento. Sin embargo, esta ilusión al 100% no es así ya que, la vida es bella aún con un mundo de matices y, a pesar de que nos cueste aceptarlo o creerlo, de los malos momentos, surgen las mejores oportunidades para avanzar con fluidez y madurez.

  Durante mi corta o larga experiencia de vida he experimentado diversas situaciones que me han enseñado a ver que; esa segunda oportunidad siempre llega a mi cuando me atrevo a ver más allá de lo que preliminarmente estoy viendo o sintiendo porque, sin duda alguna el centro de todo no radica en que si algo no salió como esperaba o quiero un nuevo momento para corregir la elección que anteriormente tomé ya que, aquí mi oportunidad es ver cómo analizo, interpreto y gestiono todo con el caos que se generó con mi decisión para mejorar.

  Les comparto que, cuando fui adolescente me empeñé en conocer una historia que a juicio de muchos tal vez no era necesario llegar a ella porque iba a remover mucho dolor. Sin embargo, hice caso omiso ya que me aventuré a conocerla y como lo habían pronosticado, el daño emocional dijo presente; novedad que terminó acarreando que la depresión tocara mi puerta para hacer estragos durante varios años.

  Admito que durante un tiempo llegué a pensar en que quería tener una oportunidad para deshacer esa decisión de escudriñar en el pasado pero, este pensamiento cambió radicalmente cuando comprendí que más allá de una desventaja, lo que había sucedido era una oportunidad para conocer mi verdadera esencia como ser humano porque, en medio de ese dolor, resentimiento, rabia y desolación que sentí durante ese proceso, surgieron enseñanzas que me permitieron ver que la magia de la vida también se puede conocer en el cambio y renacimiento.

  Vivir una situación depresiva no es algo que le deseo a nadie porque, a pesar de que hoy día se habla constantemente del tema, aún falta muchísimo por conocer de lo que realmente es capaz de generar este problema pero, en mi caso pienso que esa fue la manera idónea que me tocó para aprender que todo en la vida sucede de la manera que debe ocurrir.

  La vida se encargó de enseñarme que, detrás del dolor hay un arcoíris de oportunidades que me orientará a superar lo malo y mejorar todo lo que es necesario para así emprender mi vida en este plano terrenal con enseñanzas de resiliencia porque, de las grandes caídas también surgen los fuertes renacimientos y, no tengo la menor duda de que esa fue mi segunda oportunidad ya que, de otra manera no hubiese aprendido a valorar con tanta claridad y firmeza mi vida al igual que a las personas que están en mi entorno porque, lo importante no es quien no quiso estar sino, quienes sí están presente en mi vida.

  Sin duda, eternamente estaré agradecida con la vida porque, así como me ha enseñado tocandome con rosas, también lo ha hecho con sus espinas y, de todas esas enseñanzas hoy día soy una persona que le gusta escudriñar las lecciones que tienen esas experiencias ya que, cada día tengo una nueva segunda oportunidad para evolucionar.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!

^{Las imágenes presentadas en esta publicación son de mi autoría y fueron tomadas con mi teléfono celular Tecno Spark Go 2024}