Bee estaba aterrada. Acababa de destrozar por completo el panal y ni siquiera tenía la capacidad de dominar su vuelo, sus alas se movían muy rápido y ahora eran doradas. Tenía tantas emociones juntas, se sentía muy acelerada y las preguntas en su cabeza no dejaban de aparecer: ¿Qué me pasa? ¿Qué tengo? ¡No entiendo!

Bee, cálmate, por favor hija, piensa un poco, dime qué fue lo que hiciste hoy diferente al resto de los días. ¿Te duele algo? ¿Quieres que te revise la abeja reina? - Dijo su papá, muy preocupado.

De pronto, Bee dejó de escuchar a su papá y escuchaba voces clamando por ayuda, su oído se había agudizado a tal punto que podía escuchar los latidos del corazón de quienes la rodeaban, empezó a volar en círculos, velozmente, su Padre se apartó para no ser lastimado y la cara de Bee era de tormento, no entendía nada y desde lo más profundo gritó: "¡YAAAA! POR FAVOR, CÁLLENSE". Y cayó tendida en el suelo.

Sus padres se acercaron apresurados a revisarla y Bee respiraba agitadamente con los ojos cerrados. Muchas abejas fueron a ver todo ese alboroto, con la misma pregunta en mente: "Pero ¿Qué pasa?". El Padre de Bee los mando a sus respectivos hogares y les dijo que todo estaría bien. Las abejas obedecieron y se fueron, ya estaba oscureciendo.

Bee entonces abrió sus ojos lentamente y dijo a sus Padres: ¿Pueden llevarme a casa? No quiero volar, ni levantarme, sólo quiero descansar. Sus padres llevaron cargada y la acostaron en su hoja.

Bee durmió hasta la mañana siguiente, cuando abrió sus ojos, otra vez había mucho ruido dentro de ella. Llamó a su mamá varias veces, pero no llegó.

Una gran Luz empezó a llenar su habitación y de la Luz apareció un ser brillante con alas doradas que le habló: Hola Bee. Necesito que te calmes.

Tranquila, soy un Ángel, y vine a ayudarte. - Dijo el ser brillante.- Lo que te pasa es que consumiste un néctar que convirtió tu cuerpo natural en un cuerpo de poder. Ahora, Tú eres la escogida para la misión de salvar las flores, multiplicar el polen y ayudar a las abejas a no distraerse de su labor.

¡Ohhh! - Exclamó Bee- Pero el ruido en mi cabeza y la velocidad de mis alas. ¿Cómo lo controlo?

Pasa que ahora tu oído es un súper oído, puedes escuchar a distancias muy largas y también los más insignificantes sonidos cerca de ti, también tu vista es aguda y tus alas rápidas para abarcar más flores en menos tiempo.- Respondió el Ángel. También tienes súper fuerza en tu boca. Pero te tomará más tiempo adaptarte si te quedas ahí acostada. Vamos a trabajar.

Porque fuiste la única que tomó del néctar. Era para varias abejas, pero no dejaste para más nadie.- Respondió el Ángel sonriendo. Vamos, a trabajar... Levántate...