El día que fui al infierno.🔥

Esta es una historia solo la he contado un par de veces en mi vida y en esta ocasión quiero compartir con ustedes, hace una década en el 2013, en un recóndito poblado llamado El Diamante, a las faldas del volcán San Martín en el misterioso selva de Los Tuxtlas, Veracruz, mi vida cambió para siempre. Mi familia, descendiente de poderosos brujos y nahuales, guarda secretos antiguos que se entrelazan con la magia ancestral de la región. Aquella noche, las sombras tomaron vida y lo que presencié desafió toda lógica.

Mi abuelo, antes de su partida al más allá, insistía a mis padres que me llevaran a su lado para transmitirme los conocimientos que sabía que yo también llevaba en la sangre. Aquella noche, en lo profundo del bosque, trazó un círculo con misteriosos símbolos en la tierra y me guió en una danza ancestral que practicamos durante años. Luego, extrajo unas jícaras de su morral, llenas de crucetillo y bebimos. A medida que pasaban los minutos, su cuerpo comenzó a cambiar, como si su esencia se fusionara con los espíritus antiguos de la selva, su voz se volvió más gruesa y aullidos irrumpieron en el aire.
Frente a mis ojos, el fuego creció y un portal se abrió que parecía conducir al interior de la tierra. Mi abuelo me reveló que juntos partiríamos en busca de un objeto que le habían arrebatado hace años. El momento se precipitó, y antes de que pudiera asimilarlo, me ordenó cruzar el portal. Al hacerlo, la confusión se apoderó de mí, parecía que el tiempo se detenía y solo sentí una mano que me tomó, avanzando por un sendero envuelto en llamas, hasta que emergimos en un opulento cuarto repleto de tesoros invaluables.

Mientras mi abuelo tomaba libros que se encontrabam acomodados en un librero, parecía que estaba buscando algún tipo de información entre sus páginas, yo contemplaba todos los tesoros que adornaban el lugar, me acerqué a un escritorio y sobre el se encontraba un frasco de vidrio que contenía algunos cogollo de marihuana, estaba rodeado por pequeñas criaturas voladoras, abrir el frasco y tomé un capullo, pocos segundos después sentí que me volvieron a tomarte la mano y una energía muy fuerte me jaló y salí expulsado nuevamente del portal, lo único que me pasó en todo el viaje fue una pequeña quemada que me hice en la muñeca del brazo izquierdo al salir.

Mi abuelo levantó sus pertenencias y borró todo rastro de nuestra presencia en el lugar, El capullo de marihuana lo guardé en mi bolsillo y por más que le quito pedacitos para fumarlos se vuelve a regenerar, una hierba eterna que fueron más que le quites pedacitos en pocos segundos se vuelve a regenerar.
Desde entonces quemarle las patas al diablo tiene un nuevo significado.

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Genero:	Historias cortas de terror.
Créditos:	Historia de terror escrita para: Paranormal Grimoire
Herramientas	Generador de imágenes de Bing
Palabras clave:	#Entertainment #entretenimiento #misterio #mystery #terror #magic #historiadeterror #devil

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