Comparto con ustedes imágenes de un hermoso Pichón de Paraulata Ojona. Ya es el tercer año que anidan las Paraulatas en el gigante árbol de mango que está en mi jardín. De hecho, puedo decir que el árbol es un ecosistema en sí mismo. El Pichón después de una tenue lluvia que cayó estuvo con su madre en las ramas del Toronjil. La madre lo estaba enseñando a volar. Después de unos minutos, el Pichón quedó solo. Eso trajo como consecuencia que su vuelo fuese algo accidentado. Volaba y en su vuelo algo errático, se quedaba en las ramas de las plantas que encontraba. Así transcurrieron varios minutos. Mi nieta estaba observando el vuelo del ave, hubo un momento en el cual ella me llamó porque el Pichón estaba en el entramado que forma el tronco del Toronjil. Fuimos a ver qué pasaba con el Pichón y pudimos ver que se mantenía tranquilo cuando yo me acercaba. De inmediato le dije a mi nieta que iba a intentar tomar fotografías. Fue un tanto complejo poder inmortalizar la presencia de este Pichón en mi jardín porque cuando tuve el teléfono en mi mano, el Pichón no se quedaba en un sitio tranquilo y empezó a volar por varias ramas. Muchas fotografías pude tomar después de unos minutos. Comparto con ustedes las que logré captar en el momento en el cual estaba quieto. Espero puedan disfrutar de la belleza de este Pichón que, una vez más, materializa el Milagro de la Vida en mi jardín.