En nuestra sociedad solemos asumir teorías basadas en las creencias que hacemos parte de nosotros debido a la educación que recibimos en casa y, posteriormente reforzamos cuando estamos expuestos a contextos fuera de nuestro hogar durante el transcurso de nuestra vida.

  De todas esas teorías, algunas tenemos certezas de que realmente sucede de la manera que lo estamos afirmando pero, también existen otras de las que desconocemos su certeza. Debido a ello, suelen surgir debates que se tornan muy polémicos y, una prueba de ello son las constantes preguntas que nos hacemos sobre el cielo e infierno.

  Desde que la memoria me lo permite he escuchado sobre la existencia del cielo e infierno y, aunque me caracterizo por ser una persona con pensamientos muy científicos, cuando el tema hace referencia a la fe, inmediatamente le abro la puerta a la espiritualidad. En vista de esto, Sí creo que existan esos lugares porque, mis creencias me permiten tener la certeza de que, la existencia humana no termina cuando nos llega el momento de la muerte ya que, allí lo que realmente culminó fue nuestro ciclo biológico en la Tierra y, con la muerte se le da paso a un nuevo período de nuestra existencia en el cielo o en su defecto, el infierno.

  Es importante tener presente que, el lugar al que iremos cuando termine nuestro ciclo de vida en la Tierra va a depender de nosotros porque; de acuerdo a lo que la fe nos enseña, ir al cielo es entrar al paraíso divino de Dios donde no habrá llanto ni dolor. Sin embargo, ir al infierno implicaría vivir esa nueva existencia sumergidos en un castigo eterno.

  Debido a lo anteriormente mencionado es que, mis creencias me han fomentado la fe de que, mientras esté en este plano terrenal, debo actuar correctamente ya que, de esa manera puedo asegurar mi lugar en el reino de Dios pero; si actúo mal y jamás me arrepiento de ello, lo más seguro que tengo es que mi eternidad la viviré en un calvario de ira y dolor.

  Cada acción que ejercemos en nuestro día a día genera una consecuencia y, aunque tal vez no la veamos a la brevedad posible, en algún punto de nuestra vida sucederá ya que, esta situación forma parte esencial de la vida por ello pienso y creo fielmente que; el karma siempre va a estar latente en nuestro entorno y, si queremos que las consecuencias generadas sean favorables; siempre debemos actuar de buena manera con todo nuestro entorno al igual que, con nosotros mismos porque, la vida es cíclica y así como nada pasa por azar, también es cierto que somos nuestros propios arquitectos.

  Les confieso que, le tengo mucho respeto al karma, ya he experimentado sus consecuencias positivas e incluso, las negativas y, al conocer ambas vertientes pienso que, debemos hacer lo elemental para hacer las cosas bien ya que; cuando actuamos de buena manera, nos va muy bien.

  Tal como lo dije anteriormente, cada acción genera una consecuencia y de alguna manera u otra esta situación también es una modalidad del karma por lo tanto, si nuestro estilo de vida se basa de actitudes inmorales; no podemos esperar que en este lado terrenal nos vaya bien y mucho menos después de la muerte. Sin embargo, si nuestras acciones se acoplan a la castidad, nuestra vida siempre va a girar alrededor de circunstancias agradables estando en ambas dimensiones y, aquí quiero dejar presente que, no se trata de vivir un estilo de vida reprimido pero; hay que actuar con dignidad para abrirle la puerta a buenos caminos.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!

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