SEC Temporada 8 Semana 6: Por Amor a los Animales

  Compartir nuestro día a día con una especie animal nos aporta grandes beneficios ya que, ellos son maestros al momento de enseñarnos a ser personas conscientes, amorosas, empáticas y solidarias. Gracias a la compañía animal, nuestros días están colmados de felicidad porque, sus actitudes nos roban constantemente sonrisas que quedan impresas en el recuerdo.

  Durante la convivencia que tenemos con nuestra mascota, desarrollamos un amor tan infinito hacia ellos que, se convierten en un miembro de la familia donde ellos son nuestros guardianes al igual que, nosotros de ellos y esto se debe al vínculo tan cercano que entablamos con esta especie tan incondicional. Sin duda, los animales tienen gran relevancia en nuestra vida y gracias a esto, siempre vamos a querer tener una mascota en casa.

  Con el transcurso del tiempo he aprendido que, una persona capaz de emprender el maltrato animal, no debe llamarse persona ya que, agredir de manera física y verbal a una especie animal deja en evidencia que su corazón es negro al igual que, en sus venas corre sangre fría y, esto es terrible porque no es alguien de confianza ni siquiera para el ser humano.

  Muchas veces el maltrato animal viene de personas que crecieron en un entorno violento o de represión y, de manera espontánea descargan la rabia que sienten hacia esta especie que de manera equívoca piensan que no tiene valor o en el peor de los casos, su dolor no le importa a nadie y, no habrá repercusión por su mala acción lo cual, es un grave error porque, los animales sienten y padecen ya que, ellos a su manera tienen emociones y no están exentos de sentir el impacto doloroso que le generará una agresión.

  En vista de lo anteriormente mencionado, apoyo la Ley de protección animal porque, ellos son seres vivos que también tienen derecho a ser respetados, amados y valorados. Particularmente, ni siquiera estoy de acuerdo con la agresión a pesar de que el animal tenga intenciones de mordernos porque, siempre hay modos para alejarnos sin necesidad de maltratarlos.

  Lamentablemente si he tenido la experiencia desagradable de ver el maltrato animal y las veces que lo he presenciado, siento el dolor como si los golpes o palabras agresivas fueran directamente hacia mi y, por más que he tratado de descifrar un sentido lógico a dicha agresión, absolutamente nada los justifica.

  Hace 3 meses vi la mala acción del maltrato animal y, justo fue hacia mi gato. La persona que lo agredió le lanzó una piedra grande impactándole un poco más abajo del cuello y la fuerza con que hizo el lanzamiento fue tan acelerada que, la perforación fue bastante profunda. El vecino no se había percatado que yo iba saliendo y al verme, su justificación fue decir que no le gustan los gatos y de esa manera se les enseña a no estar en zonas prohibidas para ellos. Aunado a este maltrato, también he visto que golpean a los perros con una manguera o palo.

  El maltrato más salvaje que he visto es que, tienen agua caliente en un tobo y al perro o gato los bañan con ella. Presenciar la reacción de un animal cuando le hacen esto es horrible porque el dolor que expulsan desgarra el corazón y, me entristece que exista tanta maldad humana hacia unos seres llenos de amor.

  Sí. Se trata de un gato que a pesar de haber tenido a su familia, ellos lo dejaron solo en la casa cuando tomaron la decisión de irse del país. Kike, nombre del animalito se mantuvo durante mucho tiempo en el hogar donde vivía con la familia sin embargo, cuando la vendieron, tomó la decisión de irse de esa casa y comenzó a vagar por la urbanización.

  Al principio, visitaba algunas casas y varios vecinos le dábamos comida pero, progresivamente Kike se fue convirtiendo en un gato agresivo y no permitía que nos acercáramos a él. Tal vez en su mundo sintió el abandono de su familia y de alguna manera u otra, ya no confía en las personas. En diversas oportunidades hemos querido rescatarlo pero, no es posible tener cercanía con él, de hecho, contactamos a Fundaproba, una fundación de animales que hay en mi ciudad (Puerto Ordaz), para que se lo llevaran pero, ni siquiera ellos con los implementos necesarios lograron tener cercanía con él.

  Kike siempre está peleando con otros gatos e incluso, con algunos perros y las pocas veces que se deja ver, las heridas que le quedan después de la contienda son bastantes complicadas. En lo personal, la última vez que pude verlo fue en septiembre del año pasado y, su estado era el de la fotografía que les compartí con anterioridad.

  Desde el 8 de febrero de 2019 adopté un gato al que lo bauticé como Rocky. Forma parte de mi vida desde que tenía 5 meses de haber nacido y hacer que se sienta parte de la familia, es algo que he disfrutado desde la primera noche que pasó en mi casa. No obstante, les confieso que su proceso de adaptación demoró 2 días porque, al inicio se desplazaba con mucha timidez.

  Para que Rocky sienta mi amor hacia él, lo abrazo, beso, lo acompaño mientras come o observo los juegos que hace. Cuando llego a mi casa, lo cargo y mi saludo hacia él es lo primero que hago al igual que, le permito que duerma conmigo porque a pesar de haberle acondicionado su cama, fue imposible que se adaptara a dormir en ella por tal razón, la esquina de mi cama es su punto ideal para dormir; de hecho, ni siquiera es necesario acostarlo allí porque, por su propia cuenta lo hace. De igual manera cuando trabajo en casa, presto atención a lo que hace para que no se sienta ignorado.

  Estoy consciente de que se trata de un animal pero, al momento de transmitirle mi amor no lo hago pensando en eso sino, en que es un ser vivo que llegó a mi vida para enseñarme a amarlo como el mejor compañero mascota que puedo llegar a tener porque, con él aprendí que no es necesario ser de la misma especie para hacer que alguien sea parte de nuestra familia.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!

^{Las imágenes presentadas en esta publicación son de mi autoría y fueron tomadas con mi teléfono celular Samsung A10s}

^{Mi presentación en la plataforma}