Relax

Sábado de primavera con sol y buena temperatura, llamada telefónica muy temprano por la mañana, mi amigo Mario me invita a salir al Delta para probar los últimos arreglos en su barco y de paso pescar un rato, por supuesto que luego de solicitar el permiso correspondiente a mi esposa tomé algunas pocas cosas y salí en busca del automóvil para recorrer los 60 kilómetros hasta la amarra donde se encuentra la embarcación.

Luego de al exhaustiva revisión de la lista de controles que se deben hacer antes de salir a navegar, pusimos rumbo al arroyo Lebber, lugar cercano pero suficientemente alejado como para verificar el correcto funcionamiento del motor y de la bomba de sentina, los últimos arreglos que se le hicieron al viejo pero confiable y cómodo Matuka.

Buscamos un lugar cuya orilla fuera lo suficientemente profunda como para no dejar varada la embarcación si se produce una bajante pronunciada y también ancho como para no molestar el paso de otras embarcaciones, estos arroyos son bastante angostos y con abundante vegetación en sus costas por lo que el espacio navegable no es muy holgado,

Inmediatamente preparamos los equipos, dispusimos dos cómodos sillones en la popa y mientras esperábamos que algún pez tomara la carnada compartimos el mate, las facturas y la conversación entre dos amigos de muchos años a quienes les gusta la pesca.

No nos quedamos demasiado tiempo, apenas un par de horas porque yo tenía un compromiso a la noche y no quería estar cansado ni llegar tarde, pero pasamos un rato agradable pese a que los peces no estaban por allí pero el entorno, la soledad y el efecto hipnótico que el agua produce en la gente obraron maravillas.

Volvimos al muelle y luego de dejar la embarcación acomodada y cerrada nos despedimos hasta la próxima oportunidad, deseando tener más tiempo para conversar, para pasear y por supuesto para pescar.

Las fotografías son de propiedad
Héctor Gugliermo

@hosgug