Convertirse en lector-modelo

in #cervantes7 years ago (edited)

Les saludo afectuosamente, miembros de Steemit. Con este post quiero abrir una serie de textos que reflexionen sobre algunos temas relacionados con la literatura infantil y su enseñanza en el contexto de la Educación Básica en Venezuela. Más concretamente, quisiera proponer algunas ideas e impresiones que han ido surgiendo a partir de mi experiencia como instructor de un programa de formación docente que busca convertir a maestros de este nivel del sistema educativo venezolano en animadores de la lectura y la escritura y que enseñen el placer de la lectura. No se trata de ofrecer aquí una visión del programa, ni de explicar sus características o sus alcances, sino de pensar en voz alta tomando en cuenta algunas situaciones y prácticas con las que me he encontrado en el trabajo con maestros de las ciudades de Cumaná y Marigüitar (estado Sucre), y Maturín (estado Monagas). Que quede claro: no soy maestro, pues mi desempeño docente ha sido con adultos, primero como tallerista de programas de promoción de lectura patrocinados por el ministerio de cultura en Venezuela, luego como profesor de literatura infantil y didáctica de la lengua y la literatura en la Universidad de Oriente y en este momento como facilitador de este programa de formación docente, que ya les mencioné, promovido por una fundación privada en el ámbito de la responsabilidad social empresarial. Sin embargo, conozco esta realidad de cerca y pienso que mi voz podría aportar algunos elementos al debate actual sobre el tema; todas estas cosas quiero compartirlas con los miembros de esta comunidad. De esta manera, abro esta serie de textos que ahora les presento.

Convertirse en lector-modelo


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Del yo pecador al yo lector

Como ocurre con cualquier religión, quien pretenda convertirse en un verdadero «maestro-lector» (el practicante de la religión de la enseñanza y de la lectura) debe someterse a un profundo acto de constricción. Este futuro maestro ha de mirar su propio pasado, su historia de vida, para responder a una pregunta fundamental: ¿soy o no un lector? Y en este caso la culpa no ha de ser causa de vergüenza o censura; dos cosas de las que nos debemos olvidar por completo cuando se trate de enseñanza de la lectura. Lo importante será lo que hagamos a partir de la respuesta que encontremos en nuestra experiencia anterior.


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Si usted es un lector consumado, ya tiene buena parte del trabajo hecho, y probablemente su ejercicio profesional futuro será exitoso. La siguiente etapa es detenerse a conocer la literatura infantil y los libros para niños; una experiencia que yo recomiendo siempre se produzca desde los libros específicos, de su lectura y revisión detenida, para poder construir un aparataje conceptual del género y subgéneros, de sus rasgos más destacados, los tipos de libros más adecuados según la edad, las características del libro para niños, la importancia de las ilustraciones y la calidad de los materiales...

Si usted no se atreve a llamarse lector, entonces ha de trabajar para llegar a serlo, e iniciar así su proceso de conversión. También acá recomiendo ponerse de una vez en contacto con los libros para que esto comience a producirse. A veces he propuesto a los docentes que asisten a mis cursos una actividad muy sencilla: les pido que cada uno me traiga en la próxima sesión un libro infantil, y quizá doy una instrucción más específica, solicitando un género en concreto (un cuento, un libro referencial, un poema); recomiendo que no lo compren, sino que lo pidan prestado. En muchos casos, los docentes llegan contándome su experiencia de descubrimiento, pues tal vez no sabían lo bien dotada que estaba la biblioteca de la escuela donde trabajan, o que la vecina tenía tantos ejemplares de buenos libros, o que trajeron varios títulos porque no podían decidirse por uno solo, o lo incríble que le parece cierto libro por el troquelado del papel o las páginas desplegables.


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El acercamiento de los docentes a los libros infantiles ha de ser un proceso paulatino, sin violencia, de manera que no sea percibido como una obligación, sino como una necesidad y una responsabilidad con su propia formación y con la calidad de la educación que desea brindar a sus estudiantes.

Predicar con el ejemplo

Otro ejercicio que sugiero es que el maestro se proponga metas claras y reales de lectura. Para ello sacamos una cuenta bien sencilla. Digamos que leerá un libro infantil por semana durante el año escolar: toda una semana para un solo libro. El año escolar tiene cuarenta semanas, lo que significa que al final de período académico habrá leído al menos cuarenta libros. Y cuarenta libros es una cantidad más que respetable para alguien que no se considera lector. Yo insisto en que el número seguramente será mayor, pues el ritmo de lecturas se incrementará con el transcurrir de los días y ya no será uno solo por semana, sino dos o tres.


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¿Por qué insistir en que el docente se convierta en lector si es que quiere animar la lectura en sus estudiantes? Se ha desmostrado ampliamente la ineficacia de que tratemos de convencer a los niños de la importancia de leer y de sus beneficios; la repetición del sermón diario según el cual seremos más inteligentes y más enterados del mundo con la lectura. Es posible que el alumno se apropie de este discurso y lo repita sin llegar a comprender el sentido profundo de su significado, sin hacer conciencia de lo que ello podría representar en su vida. Mayores efectos tiene el modelaje en las conductas lectoras de nuestros estudiantes: al ser el maestro un adulto significativo para el niño, quien ejerce sobre este una influencia emocional determinante, el niño se apropia por modelaje de las conductas que observa en su maestro. De acuerdo con esto, si el niño ve que su maestro es un lector habitual, que tiene contacto con los libros, que habla de los cuentos y poemas que lee, que disfruta de ir a la biblioteca o de compartir en el aula un texto en voz alta, seguramente comenzará a interesarse por el mundo de la lectura y la literatura. La fuerza del ejemplo, de lo que observa hacer al otro, se convierte en una estrategia poderosa para transformar conductas y favorecer la lectura.


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¿Hay salvación?

Toda religión que se precie ofrece a sus fieles alguna forma de paraíso, que es la recompensa por una vida ejemplar, ajustada a los preceptos de esa religión. Me gusta pensar que en con la lectura pasa algo parecido, solo que no tenemos que esperar pasar a otro plano o dimensión diferente a la terrena. Cada vez con más frecuencia me encuentro con maestros con una experiencia precaria en lectura de libros infantiles, lo cual puede ser una situación un tanto desalentadora. Sin embargo, es una tendencia que es necesario revertir si es que queremos verdaderos maestros lectores y niños entusiasmados por los libros y la lectura. Creo que hay esperanza de que podamos desarrollar todo nuestro potencial convirtiéndonos en lectores. Y lo podemos lograr con fe en la educación y con mucho trabajo duro, comenzando por transformándonos a nosotros mismos para poder tener algún efecto en los otros.

Y tú ¿qué tan dispuesto estás a convertirte en un lector?

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Oye, @reycard, qué emoción he sentido al leer este post. Definitivamente gente como tú tiene un valor social incalculable. Ya te digo por qué: entiendes desde la raíz el problema de falta de lectura de los docentes y planteas en forma respetuosa, como debe ser, la forma de ir subsanando este impase con la profesión.
Tu discurso sencillo y familiar: llega.
Dices, "Que quede claro: no soy maestro." Yo digo que lo llevas en la sangre.
Todo un placer leerte. Lo comparto.
Saludos

Querida @sandracabrera, me complace que te haya gustado este texto y que coincidas con lo que en él planteo. Me interesa mucho que pueda llegar a mis lectores, ser comprendido, más allá del palabrerío innecesario y meramente ornamental; la claridad expositiva es mi norte. Pues esta experiencia de trabajar con maestros ha sido enriquecedora en todos los sentidos. Espero seguir teniendo en ti a una interlocutora con la que compartir pareceres e ideas. Abrazo.

@reycard, un enorme gusto leer este post. Los que estamos comprometidos con el hecho de enseñar lengua y literatura desde una óptica congruente con las exigencias sociales contemporáneas, y vemos ese acto como la necesidad de desarrollar en el educando competencias lingüísticas y literarias bajo un enfoque comunicativo funcional, podemos entender que existen muchos paradigmas tradicionalistas que debemos romper. Hay muchas maneras, enfoques y experiencias que son propuestas de interesante valor pedagógico que pueden sobreponerse a esos patrones que aun subyacen en, por ejemplo, las nuevas propuestas curriculares que han surgido en nuestro país en los últimos diez años y que fundamentan el accionar del maestro, quien muchas veces está desprovisto de competencias de lector crítico, que se apega a esos nuevos modelos de manera automática sin dilucidar lo que hay detrás y como afecta la formación del escolar. Celebro que haya gente capacitada y dispuesta, como tú, a desarrollar nuevas metodologías funcionales y significativas.

Gracias por la lectura, @jmcarpintero, y por tu comentario. El reto está allí, solo que tenemos que encontrar los mecanismos para transformar favorablemente la situación. Para quienes creemos en la educación, sabemos que queda una posibilidad. Nos seguimos leyendo...

"(...) que se apega a esos nuevos modelos de manera automática sin dilucidar lo que hay detrás y como afecta la formación del escolar" y "Para quienes creemos en la educación, sabemos que queda una posibilidad" son, ambas, realidades que coexisten, y motivadoras porque son la manifestación, desde puntos de vista distintos, de los cambios que sí ocurren en la sociedad venezolana, dentro de nuestro sistema educativo. Son los maestros tratado de cumplir con un diseño curricular, son las nuevas propuestas, las respuestas a las necesidades formativas que surgen de la dinámica educativa. No estudio educación, no soy educadora, pero me siento -como artista- una colaboradora de la enseñanza y el aprendizaje.

Muy chévere artículo.

Espero poder contar con tu colaboración en la discusión de estos temas en esta plataforma, estimada @siomarasalmeron. O al menos para compartir las inquietudes que tenemos con la lectura y la literatura infantil. Gracias por la lectura de mi post y por el comentario tan amable. Un abrazo.

Vaya, qué maravillosa publicación. Se evidencia la amplia preparación en el tema. Soy seguidor, profano, de la literatura infantil. Y, además, estudio educación. Estaré muy pendiente de futuras publicaciones. Saludos.

Gracias por tu lectura, @fafavasquez. Excelente que tengas interés por la literatura infantil, por lo que seguramente nos seguiremos leyendo. ¡Saludos!

Muy bueno, gracias por compartirlo por acá.

Gracias por la lectura, @morey-lezama. Qué bueno estar conectados por esta plataforma. Nos leemos. ¡Saludos!

@reycard, visión reflexiva y práctica muy atinada, en mi parecer. Sin ser maestro de profesión, tu labor como educador, tu conocimiento del mundo de la literatura infantil, tu práctica como promotor de la lectura y tu agudeza hacen de este texto una valiosa referencia.

Gracias por ese elogioso comentario, @josemalavem. Me parece excelente que compartamos puntos de vista y opiniones en cuanto al tema de la lectura y su enseñanza. Ojalá y esta plataforma sea el espacio en el que podamos seguir intercambiando ideas y formas de abordar esta situación de la educación venezolana. ¡Saludos!

Compartiré este post en mi perfil. No podría sentirme más identificada con lo que dices. La literatura infantil es muchas veces "invalidada" --si se puede decir eso-- cuando se recomienda leer, pero no se lee; o cuando se lee con egoísmos. Qué nadie dude de la importancia que la literatura infantil tiene en la formación de ciudadanos del mundo. Gracias por compartir.

Coincidimos en todo lo que dices, @marlyncabrera. Espero seguir contando contigo para seguir desarrollando estas reflexiones sobre literatura infantil. Somos creyentes de la literatura, mi estimada. Gracias por compartirlo.

Excelente texto . Gracias por compartir tus experiencias n cuanto a la formacion de los docentes en el campo de la literatura infantil. La clave está en eso de "predicar con el ejemplo".

Sí, @francisaponte25, a veces perdemos de vista la importancia de predicar con el ejemplo; en especial en educación, que es fundamental para poder transformar los hábitos lectores de nuestros estudiantes. Gracias por la lectura.

Bueno saludarte @reycard y mejor leerte! Sin duda creo que comienzas por el problema de los problemas cuando se habla de "dar de leer" en la escuela... ¿Cómo puede un maestro que no es lector transmitir hábitos lectores? ¿Modelar el gusto por la lectura? El paso, a mi entender, es comenzar por allí: Crear hábitos lectores en los docentes. No es una experiencia cómoda llegar a un taller y recibir esa pregunta: ¿Eres o no eres lector? Pero es necesaria... Y siento que descubriste algo clave aquí: Los buenos libros infantiles no solo sirven para crear lectores entre los niños... Sino también entre los adultos... Cuento muchas maestras que disfrutaron muchísimo "Matilda" de Dahl y de allí pasaron a "La sombra del viento". Trabajo encomiable el que llevas!

Gracias, @chretien, por la lectura y el cometario. Pues es una pregunta incómoda -coincido contigo-, pero necesaria. Si no la hacemos creo que el programa en el que trabajo sería solo una cuestión de pose, y esa no es la idea. Por lo mismo, es una labor compleja, pero de no hacerla no tiene sentido pensar en una infancia y una juventud lectora. Celebro que estés por acá para compartir acerca de este tema tan interesante para los dos. Saludos.

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