El Fabricante de Piezas . Tercera parte (TRADUCCIÓN)

in #cervantes6 years ago (edited)

      Hola , esta es la tercera parte de la traducción en español del cuento THE PIECEMAKER de DON D’AMMASSA. Este cuento fue escrito en el año 2010 y pertenece al género fantástico. El mismo mezcla de forma magistral la fantasía , el suspenso y el humor . Espero que les guste( es un poco largo, pero muy divertido.) La traducción de la primera y la segunda parte del mismo, la puede encontrar en los enlaces ubicados debajo de estas líneas. Saludos.

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III

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      A veces suelo pensar mal. Esta fue una de ellas.
      Miraba la casa de Parmenter otra vez; en esta ocasión, desde mi carro estacionado en la calle. Es ese instante, vi que su Ford salió del garaje y se dirigió hacia la interestatal. Sin haberlo planificado, me encontré caminando con rapidez por la acera. Actuando con naturalidad, llamé a la puerta y esperé. Nadie contestó. Solo me tomó unos segundos abrir la cerradura. Si el compañero de Parmenter me sorprendía, tendría que inventar una excusa; para ese entonces, la curiosidad me había obnubilado la razón. La casa se sentía vacía. “¿Hay alguien en casa? La puerta estaba abierta.” Esperé unos segundos y no hubo respuesta a mi mentira, así que la cerré al entrar.
     La insensatez de mi acto era evidente; sin embargo, estaba decidido. Una búsqueda rápida en la casa-de dos pisos- no reveló señal del Parmenter número dos, o de alguien más. Solo una habitación estaba en uso, una sola muda de ropa, un cepillo dental en el baño, una taza de café sucia en el lavaplatos. Cada pedacito de evidencia física sugería que ésta era la casa de un soltero aburrido. Entonces, encontré el brazo. Estaba en el sofá. Asumí que era una prótesis y me acerqué para agarrarla, pero reculé un poco cuando toqué la muñeca. Era más real de lo que me esperaba, tanto que al tocarla se sentía caliente como una mano humana. Cuando traté de retirar la mano, la maldita cosa me agarró.
     Debí lucir bastante estúpido, tambaleándome y agitando las manos como un loco.Sus dedos se enredaron con los míos, y aunque mi cabeza me decía que era tan solo una pieza de metal y plástico muy sofisticada, el resto de mi cuerpo insistía que era una criatura viviente. Me tropecé con una mesita auxiliar y me golpeé la cadera; en eso, sacudí el brazo contra el piso con tanta fuerza que pude escuchar el chasquido de dos dedos al quebrarse. Rebotó y cayó tendido en un tapete. Trataba de convencerme de que era un reflejo electrónico automático, cuando el brazo se volteó y empezó a caminar con las puntas de los dedos hacia mí.
      Si hubiera corrido hacia la puerta principal quizás lo hubiese logrado, pero estaba tan asustado y conmocionado que me retiré hacia una pequeña cocina que quedaba al final de la casa; un error estratégico ya que no me quedaba más salida, sino hacia la puerta del sótano. Agarré un cuchillo afilado de un estante que estaba al lado del fregadero, y el brazo ambulante se paró en la puerta. Habría jurado que el brazo se agachó – pero ¿cómo puede un brazo agacharse? Resistí las ganas de hablarle. Después de todo, no podía escucharme. En ese instante, escuché que llegó un carro. Parmenter regresó. Rápido regresé el cuchillo a su lugar y abrí la puerta del sótano.

Los escalones estaban limpios y apenas sonaban cuando bajaba. En lo que llegué al final, escuché la puerta del garaje abrirse. Se escuchaban pasos sobre mi cabeza. Estaba oscuro allí abajo, iluminado solo por la luz que se colaba por las estrechas hendiduras de las ventanas ubicadas en los cimientos.Había una mesa de trabajo justo en frente de mí, una lavadora y secadora morocha y un horno. Casi todo el sótano estaba cubierto por paneles baratos. Vi una puerta que no estaba cerrada y me metí allí. Luces fluorescentes colgaban del techo, dos de ellas iluminaban lo suficiente como para poder ver bien lo que había a mi alrededor. Me dieron ganas de vomitar.

      Había cuatro refrigeradores con puertas de vidrio, dos a mi izquierda, dos a mi derecha, y una mesa larga y delgada en el medio de la habitación. Los refrigeradores son como los que vemos en los supermercados,pero sin pizzas, guisantes congelados o helados. Uno estaba lleno con brazos, otro con piernas, el tercero tenía cuatro torsos tendidos sobre unas rejillas, y el último contenía cerca de una docena de cabezas. Las cabezas se parecían todas y eran copias fieles de la cara de Edgard Parmenter. No estoy seguro de cuánto tiempo me quedé parado allí, casi tan congelado como el contenido de los refrigeradores. En ese momento la puerta se abrió detrás de mí.
      “¡Vaya, vaya! No debiste haber bajado hasta aquí, mi querido señor.” Me volteé con lentitud. Edgard Parmenter estaba parado en la puerta y sostenía un arma en el brazo izquierdo. El brazo derecho colgaba a su lado y dos de sus dedos obviamente rotos- “¿Qué diablos es todo esto?”Mi voz era un graznido tembloroso. Parmenter se veía relajado. “Nada de tu incumbencia, de hecho”. Debiste haber elegido otra casa para robar.”Su cara expresaba molestia. “Eras tú quien el otro día se hizo pasar por mensajero, ¿no? Sabía que había algo extraño contigo.” No lo corregí, esperando que me subestimara. “Tiene razón. Mire, lo que sea que usted esté haciendo aquí no es mi problema.No busco entrometerme.” Di un paso hacia adelante y me apuntó con la pistola. “No me parece. Camine hacia el final de la habitación, voltéese y coloque ambas manos en la pared mientras pienso en qué hacer.” Hice lo que me dijo y por unos minutos ambos quedamos absortos. Parmenter habló primero. “Has escogido un momento inoportuno para entrometerte en mis asuntos. Tengo una cita que no puedo perder. Dese la vuelta, por favor.” Pensé que me iba a disparar allí mismo,pero él tenía otros planes.

Gracias por su lectura. Esta historia continuará.


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@francisaponte25, excelente trabajo el vienes realizando. Muy profesional. Deberían contratarte como traductora oficial...saludos.

Gracias @Sandracabrera. Oajalá algo se pueda concretar en futuro.

Tu asidua lectora reportándose, amiga. Esta historia está muy buena. Me reí mucho leyendo esta entrega. Estoy pendiente de la próxima. Jajaja.

Cramvba y yo! Esa parte de la mano andante me pareció muy graciosa.

Una historia que toma una orientación muy interesante. Me gusta su carácter fantástico casi tocando lo grotesco. No puedo opinar de la traducción, pero tu escritura está muy bien. Pendiente con la continuación. Saludos.

Gracias por pasarse por aquí. Si, es un cuento muy bien hecho en mi humilde opinión (no tengo mucha experiencia al respecto) He tratado de ser fiel al sentido y al estilo de escritura del original. Los poquìsimos cambios que he hecho es en buscar palabras más concretas en español. Es decir , traté de usar menos palabras en nuestr idioma, solo por cuestion de espacio.

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