Ven y siéntate, dime lo que te está pasando. ¿Alguien provocó en ti rechazo a la escritura y tú lo estás proyectando a todo lo que tenga que ver con la palabra escrita?
¿Quién fue? ¿tu padre? ¿un maestro? ¿tu madrastra?, ese comportamiento solo puede ser aprendido a través de una frustración, de una decepción. ¿Algo que escribiste fue duramente criticado y generó todo esta consecuencia? Si no quieres no me digas nada, pero déjame contarte esto.
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Conocí una vez a un joven a quien su abuela le obligó a comerse la caja completa de hojuelas de maíz, tú sabes el corn-flakes. El cuento es el siguiente: le sirvieron su ración con leche y azúcar en un plato y a él le gustó mucho y pidió más, la abuela para que aprendiera a conformarse con lo que se le daba, (algún resabio de su crianza, tal vez, producto de la guerra y esas cosas) le colocó el resto del litro de leche y el contenido de la caja completa, para que se la comiera. Cuando llevaba más de la mitad del segundo plato dijo que ya no quería más y ella, correa en mano, le dijo que tenía que comerse el resto porque él lo había pedido, comió y comió y al final vomitó y aborreció para toda su vida ese alimento.
La culpa no era de las hojuelas, la culpa fue del método empleado para enseñarle algo que en ese momento se consideraba obligatorio aprender. De igual manera pienso que alguien con un mal método ha pretendido enseñarte la literatura de los clásicos con tal desacierto que hoy en día rechazas todo lo que te suene a palabra rebuscada, académica, muerta o cursi, como sueles decir.
Hoy vengo a venderte la palabra, esa, esa misma, no tiene etiqueta, ni moral, ni nada que la marque o vuelva repugnante, es solo eso, una palabra. Ellas viven con la gente, son las personas quienes le dan significado, tú solo escoges las que te sirvan para lo que quieras decir, eso sí, evita usarla repetidas veces porque no sé si te has dado cuenta, pero mientras más las uses, más sentido pierden y entonces ¿de qué estamos hablando?
Tú no tienes reparos en expresarte con groserías, las repites a cada momento y ya no cumplen su función exclamativa, de alivio o desahogo por un dolor repentino o un malestar, sino que ahora son tu muleta, cada vez que puedes las atraviesas, no importa con quien estés conversando porque según me dices, esa es tu manera de rebelarte del sistema.
Si sumamos cuántas groserías existen en la lengua, su número sería limitado, ¿diecinueve?, ¿veintidos?, ¡ajá!, te vi, estás sacando la cuenta, no pasa nada, todos conocemos las llamadas malas palabras. Sí, ya dijimos que ellas en sí mismas no tienen nada malo, ni bueno, son solo eso, palabras. ¿Te has fijado, por ejemplo, que algunas de ellas son nombres de personas en otros países y viceversa?
Hay una diferencia entre quien ha aprendido a jugar con las palabras y quien solo se expresa con las que están estigmatizadas, quien sabe jugar puede hacer un texto elaborado y lograr su cometido, pero también si quiere, puede hacerlo usando palabrotas, lo hará a propósito y también logrará lo que se proponga, pero esta movilidad no puede tenerla quien solo se ha acostumbrado a hablar con un número limitado de vocablos.
Por eso vengo a vendértelas, porque he notado que cuando te expresas te hacen falta,y para rellenar colocas las que han denominado tabúes, y aun así esperas ser comprendido en todo tu enojo. Yo solo quiero que te des cuenta de que la carencia de ellas te hará seguir acumulando malestar por no poder expresar lo que deseas a plenitud.
Ah, te voy entendiendo que tú las usas porque tu motivación es hablar de lo que ellas en el fondo significan. Eso no está mal, es algo de lo más normal en la vida, de lo cual todos participamos, pero te cuento algo: existió un escritor argentino llamado Julio Cortázar que en su novela Rayuela, en el capítulo 68, utilizó un lenguaje creado por el mismo, el glíglico, fíjate, ¡qué creatividad!, hay quienes interpretan que hay allí una relación amorosa y otros la comprenden como la más excelsa descripción de una pieza de jazz. ¡Qué extraordinario!
Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentía balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.
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Enamórate de las palabras, agárralas, estrújalas, amásalas, sácales el zumo, juega con ellas, amárralas y observa como sufre el texto sus carencias, suéltalas y siente como fluyen las voces, como si alguien te va dictando y tú solo te sientas a transcribir esas voces misteriosas, parece magia, la magia de las palabras.
Este texto fue creado para seguir cumpliendo con el reto de creatividad propuesto por
@nakary, puedes verlo
aquí.
Definitivamente si no te saben vender algo no lo compras, que bueno que he crecido en un hogar donde se le dejó ser feliz a la palabra y se le honra en muchos sentidos. Gracias por eso.
Qué linda, tú ya compraste las palabras y ahora las horneas a tu gusto.
Gracias, gracias @charjaim! Tienes tanta razón y tenemos un vocabulario tan extenso y nos vamos limitando...
Alguna etapa de mi vida tomé un curso de lectura y comprensión, en cuanto el instructor nos veía bostezar nos detenía y preguntaba que palabra no entendíamos, que párrafo..."de ahí en adelante seguirás sin entender" Ahora casi me quedo dormida con ese texto jajaja de Cortázar!
Gracias por traernos magia para destruir los "hechizos"
¡Un gran abrazo para ti mi bella amiga!
Saludos, @sulemna, ay, casi me veo a mí misma en tu instructor, yo era necia con eso de los bostezos, porque el mismo muestra que la persona está fastidiada o con sueño entonces me inventaba algo para que se levantaran, se estiraran, se rieran de cualquier cosa y luego seguía. Cortázar es genial. Gracias a ti por pasar a leer y dejarme siempre un comentario amable. Saludos.
Te las compro, excelente. te felicito, saludos
Base adelante combre barato amigo. je, je. Gracias.
Me encanta este reto, es interesante como cada participante le impregna su propia esencia a cada ejercicio.
Tu reto es un detonante de ideas. Ahora me levanto leo de que trata el del día y me paso la mañana dándole vueltas hasta que por la magia de quien me dicta al oído los dedos vuelan sobre el teclado. Gracias.
Me fascinó realmente que bueno, estoy totalmente de acuerdo. La palabra.... que maravilloso poder expresarla, y hacerlo a plenitud. Yo deseo tomar todo lo que contiene este post y llevar muchas cosas a la práctica como ampliar mi léxico para expresar mucho más y con más elegancia lo que tanto llevo dentro. Excelente iniciativa, saludos.
Hola, Carolina, gracias por esas palabras, me contenta tu comentario. Ojalá nos enamoremos más de las palabras y nuestra escritura siempre provoque ser leída. Saludos.
Ultra wow, me imagino leyendo a Julio Cortázar en Rayuela y de seguro estaría pegadita al diccionario. Es una tarea diaria enriquecer nuestro léxico. Gracias, @charjaim, con tu post hoy cumplí esta meta.
Gracias a ti por pasar por aquí siempre, amiga. Pues fíjate que no necesariamente tienes que usar el diccionario siempre que leas a Cortázar, eso fue en ese capítulo nada más que creó ese lenguaje personal, aunque es todo un ejercicio leer Rayuela porque puedes hacerlo de la manera usual, de principio a fin del libro o siguiendo una guía que él da, donde se pasa de un capítulo a otro, adelantas, regresas. Un genio Cortázar. Saludos.
Ya voy a pasar por la biblioteca y pedirlo prestado para leerlo, ya voy entendiendo porque mi amigo poeta y escritor se nombró en steemit @rayuela2. Saludos
Son muchas las personas que emplean las malas palabras para rellenar un hueco en sus conversaciones, si le pedimos que las supriman se vuelven un ocho y no hilvanan las ideas. También dicen que la palabra es un arma poderosa de destrucción, para muestra los políticos, los maestros, los medios de comunicación, que la utilizan para moldear sociedades enteras. Interesante tu articulo.