Ciertamente, el aprendizaje de la lengua oral y de la lengua escrita ocurren en condiciones muy distintas; sin embargo, cuando se pretende adquirir la competencia escrita, por lo regular, ya del individuo posee una competencia lingüística basada en su desempeño comunicativo oral.

La historia de la competencia escrita se inicia mucho antes de que un maestro nos dé un lápiz y un papel y nos enseñe a dibujar cada letra. La verdad es que el niño irá descubriendo, paulatina y naturalmente, que la escritura es una representación de las cosas, mucho antes de descubrir que representa, también palabras. El desarrollo cultural se iniciará con la instrucción, llevada a cabo por el adulto, básicamente, en la escuela.

En los primeros grados de escolaridad, resulta inevitable que, en el proceso de adquisición de la expresión escrita, el niño haga constantes remisiones a su expresión oral, pero, poco a poco, esta mediación del código oral se irá perdiendo y el usuario de la lengua, al dominar estas dos modalidades expresivas, podrá desarrollar funciones así como múltiples prácticas discursivas.

En el proceso de adquisición del lenguaje escrito, el niño atraviesa varios estadios: emplea el dibujo como escritura, combina grafías no convencionales con este, usa elementos gráficos desordenados o comienza a ordenarlos linealmente, utiliza una grafía por sílaba, mezcla letras con todo intento gráfico por escribir hasta que alcanza la correspondencia sonora sílaba-sílaba. Además combina tipos y tamaños de letras, no establece pausas en sus relatos y no presta atención (al menos, aparente) a la forma como se escriben las palabras. En esta etapa, su escritura se asemeja a su lenguaje oral y, en general, los niños escriben como hablan.

El aprendizaje de la competencia escrita se da a través de los siguientes métodos de enseñanza:

1.- Método sintético o silábico: A través de este, los niños comienzan a memorizar las letras, las sílabas, los sonidos de las letras de las sílabas para llegar a identificar las palabras y oraciones.

2.- Método analítico: Se fundamenta en la idea de que el punto de partida para la enseñanza de la lectoescritura deben ser las palabras, frases y enunciados. Se aprovecha la memoria visual de los pequeños ya que establezcan asociaciones entre objetos y palabras. Ejemplo: se coloca la imagen de una mesa y, abajo a al lado de ella, la palabra MESA.

3.- Método ecléctico o mixto: Integra lo mejor de los métodos analíticos y sintéticos, parte de la premisa de que es importante que el alumno comprenda el texto globalmente, pero que al mismo tiempo, reconozca las letras y las sílabas presentes en este.