El tercer ojo (Libro): vida y enseñanzas de un lama tibetano.

in #spanish5 years ago

En el Tíbet, las personas se preocupan por cultivar su espiritualidad

Lobsang Rampa es un nombre que debe resultar familiar para casi todos los lectores, especialmente para aquellos que ya leían en los años sesenta y setenta del siglo pasado. Sus primeros libros se publicaron en la segunda mitad de la década de los cincuenta y dieron mucho de qué hablar, sobre todo en el mundo occidental, donde comenzaba a descubrirse y a extenderse la fascinación por las desconocidas culturas orientales.

El tercer ojo es el primero de sus libros y relata una especie de autobiografía de un lama tibetano. Se trata de varios libros contenidos en uno solo. Por un lado es una clásica autobiografía, novela de aventuras y libro de viajes: Lobsang Rampa fue un lama tibetano de la primera mitad del siglo XX. Nació en una familia adinerada, en medio de una sociedad de un clasismo absurdo (con un sistema de castas como el de la India) en el Tíbet, un país teocrático, sin interés por el progreso material porque “en el tráfago de la vida comercial no hay tiempo para las cosas de la mente”. De allí que otras naciones hayan querido explotar sus recursos por la fuerza: ingleses, chinos y rusos han invadido el Tíbet en varias oportunidades. La vida en el país es dura, debido a la altitud y a las bajas temperaturas del invierno. Por eso, se somete a los bebés a un ritual espartano de preparación: “En las alturas mayores la gente sumerge a las criaturas recién nacidas en arroyos casi helados, para comprobar si son lo bastante fuertes como para que se les permita vivir”. Así los bautizan para sobrevivir en el "frío infierno" que es la vida en el Tíbet. Sin embargo, a pesar de esta dureza y aunque parezca contradictorio, sus leyes están llenas de compasión:

  • Devolver bien por bien.
  • No pelear con la gente buena.
  • Ayudar al prójimo.
  • Leer las Escrituras y comprenderlas.
  • La Ley es severa con los ricos para enseñarles la comprensión y la equidad.
  • La Ley es blanda con los pobres para demostrarles compasión.
  • Paga tus deudas con prontitud.

El libro explica además el sistema de gobierno del país y su estructura particular, característica de cualquier teocracia. Entonces, en ese contexto, nació el pequeño Lobsang, sobre quien se pronunció una profecía, cuando tenía siete años; una profecía que definió su destino:

“Un chiquillo de siete años debía ingresar en un lamasterio, después de una dura proeza de resistencia, y allí recibiría educación de sacerdote cirujano. Sufriría grandes penalidades, e iría a vivir entre gente extraña. Perdería todo para comenzar de nuevo, y finalmente obtendría éxito”.

Para poder convertirse en Trappa (un lama médico) tuvo que pasar muchas penalidades. Apenas al llegar al lamasterio, lo dejaron a la entrada durante dos días en los que no podía moverse, ni comer. Una vez admitido, lo hicieron luchar contra un joven de 17 años (los lamas tibetanos deben saber defenderse) y luego lo llevaron donde los abades, quienes le revelaron:
“Tú serás adiestrado especialmente, intensamente, y en pocos años tendrás más conocimientos que los que adquiere un lama en toda una vida”.
A través de esos años, Lobsang conoció al XIII Dalai Lama (el anterior al actual), voló con cometas, recogió hierbas medicinales, fue testigo de cómo un Lama realizó una operación de cráneo, sin anestesia ni instrumentos médicos como los que estamos acostumbrados a ver en nuestros hospitales y muchas otras anécdotas recogidas en el libro.

Pero la dimensión central de la obra es la espiritual, entendida desde la perspectiva de este monje tibetano y las creencias propias de su orden. El análisis de la astrología para evaluar condiciones, el estudio de las reencarnaciones, o el uso del tercer ojo para leer el aura de las personas y saber, a través de su color y luminosidad, su ánimo o su estado de salud. Alguna vez hemos oído en el cine o alguna conversación, esa habilidad que tienen algunos para ver ese campo magnético que rodea el cuerpo, llamado aura. Para nosotros parece un concepto de la era new age, pero para los lamas en el Tíbet es una verdad milenaria. No menos sorprendente es su explicación de "la cuerda de plata".

“Para nosotros el cuerpo era sencillamente un receptáculo activado por el yo mayor, el Súper Yo que toma posesión cuando estamos dormidos o abandona esta vida [...] Durante el sueño el Hombre regresa a un plano distinto de existencia. Se acuesta a descansar y el espíritu se desprende del cuerpo físico y se aleja flotando cuando llega el sueño. El espíritu se mantiene en contacto con el cuerpo físico por medio de una "cuerda de plata", que dura hasta el momento de la muerte. Los sueños que soñamos son experiencias que se tienen en el plano espiritual del sueño. Cuando el espíritu regresa al cuerpo, el shock de despertar distorsiona el recuerdo que se tiene del sueño, a menos que se tenga un adiestramiento especial, y de ese modo el "sueño" puede parecer completamente improbable en el estado de vigilia”

Se puede ver como una creencia o una teoría interesante. Pero para Rampa y todos los lamas de su orden, se trata de una verdad catedralicia, tan válida como puede ser para otros la santísima trinidad, o la resurrección de Jesús. No deja de resultar fascinante enfrentarse a diferentes explicaciones de experiencias conocidas.

¿Quién no ha soñado que vuela y de pronto cae al cuerpo y despierta abruptamente? según este libro, esa caída es producida por la fuerza de la cuerda de plata a la hora de despertarse y los sueños son realidades vividas en un plano diferente. Para los seguidores de estas creencias, “Así como uno se despoja de los vestidos al terminar el día, del mismo modo el alma se despoja del cuerpo cuando éste duerme. Cuando un traje está viejo lo descartamos, así el alma descarta al cuerpo cuando éste está gastado o roto. La muerte es nacimiento. Morir es sencillamente el acto de nacer en otro plano de existencia” lo que resulta bastante apaciguador a la hora definitiva. Rampa afirma que estos conceptos escapan de la mente occidental porque los habitantes del nuevo continente quieren pruebas, ver el alma, pesarla, estudiarla, pero “su actitud de sospecha mata toda oportunidad de obtener la prueba”.

El otro concepto que desarrolla el libro es el de los viajes astrales, esas proyecciones del ser desprendido del cuerpo. “El hombre es un espíritu, una criatura de otro mundo y cuando puede librarse de las ataduras de la carne, puede recorrer el mundo como espíritu y ayudar por el pensamiento”. Esa es la finalidad de los viajes astrales, pero en ellos también pueden presenciarse otras cosas como Yetis, gigantes, civilizaciones antiguas o fenómenos como este:

“Mis percepciones astrales captaron las impresiones: infinitos siglos atrás la Tierra giraba más cerca del sol, en dirección opuesta a la actual. Los días eran más cortos y más tibios. Surgieron vastas civilizaciones y los hombres sabían más que ahora. De alguna parte del espacio vino un planeta errante que propinó a la Tierra un tremendo golpe que la sacó de su órbita y la hizo girar en dirección opuesta. Se levantaron vientos que agitaron las aguas, las cuales, bajo diferentes fuerzas de gravedad, subieron a la tierra y produjeron inundaciones universales. Terremotos sacudieron al mundo. Las tierras se hundieron bajo las aguas y otras se levantaron. La tierra tibia y agradable que era Tíbet dejó de ser un lugar bañado por el mar y se elevó a tres mil seiscientos metros sobre el nivel del mar. A su alrededor aparecieron poderosas montañas, que eructaban lava hirviente. Muy lejos, en las tierras altas, en la Superficie se abrieron grietas, y continuó prosperando la fauna y la flora de los años pasados. Pero hay demasiado para escribir en un libro, y cierta parte de mi "iniciación astral" es demasiado sagrada y demasiado secreta para imprimirla”.

Para delirio de escépticos y creyentes, quienes seguramente imaginaban al autor como un anciano asiático de larga barba blanca, agregaré un dato no menor: Lobsang Rampa es en realidad el seudónimo literario de un señor inglés llamado Cyril Henry Hoskin, fontanero de segunda generación que nunca había estado en el Tíbet ni hablaba tibetano. En una entrevista para la prensa inglesa, Hoskin admitió haber escrito el libro. Pero ¿cómo podía un fontanero inglés conocer tan al detalle la vida dentro de un lamasterio tibetano y su canon de creencias, sobre todo en esa época? La explicación no es menos sorprendente: su cuerpo había sido ocupado por el espíritu de un monje tibetano. ¿Se trata de una verdad inasible o de un fraude editorial? aún hoy no puede afirmarse, ni negarse, el verdadero origen de estas narraciones llenas de conceptos como levitación, viajes astrales, horóscopos, profecías, creencias, poderes, un tipo particular de invisibilidad, la existencia del cordón de plata, entre otros, pero Rampa, fallecido en 1.981 dejó muchos libros que siguen siendo leídos a la fecha.

Si en verdad fue un fontanero o un lama reencarnado quien escribió "Siendo tú mismo el ejemplo, haz sólo el bien, y ningún mal a los demás. Esa es la esencia tie las enseñanzas de Buda" o "Cuanto más grande el poder, menor es la libertad", poco importa, al lado de los análisis que pueden desprenderse de sus frases. A los amantes de la Literatura, como yo, les digo: no la encontrarán en estas páginas. No es una experiencia Literaria. Se trata de un viaje por otra cultura, otras creencias, se trata de abrir la mente y conocer otra versión diferente a la conocida. ¿Vale la pena leerlo? depende de cada quién, pero yo responderé con una frase del mismo libro: "Leer y escribir son las puertas de todas las virtudes".

Reseñado por @cristiancaicedo


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Hola!

Me encantó todo lo que nos cuentas de esta maravillosa cultura que se alberga en el Tíbet. Mucho de lo que he leído antes y lo que me llamó mucho la atención, es ese nivel ancestral de concentración. Sé muy bien, que Jesús viajó a esas tierras y aprendió a meditar junto a ellos.

Increíble aporte y gracias por todo este gran trabajo.

Saludos.

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Me alegra que haya disfrutado la publicación sobre el libro y la cultura tibetana. Gracias por leerme y comentar. Saludos.

He realizado post sobre él, me encanto leerlo. Con el internet me entere una nota que decía que era falso todo lo que escribió, que nunca había estado en el Tíbet, que era un plomero de profesión y todo lo había inventado, pero aun así a mí me encanto la descripción su viaje, su conocimiento y todo el relato ue hace. @cristiancaicedo

Según él mismo, la explicación es que el sirvió de medio para que ese monje contara su historia a través de él. No sabremos si todas esas cosas pasaron así, pero es y fue un gran aporte para difundir información sobre ese país en una época en la que no existía el internet. Gracias por el apoyo. Saludos.

A mi me encanto leerlo. @cristiancaicedo

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