¿Dolarizar o no? Venezuela un caso difícil de descifrar

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Venezuela es reconocida hoy en día como una de las economías mas catastróficas del mundo, quizá hasta de la vía láctea. Porque sin necesidad de exagerar, no es muy fácil conseguir un país que acumule al mismo tiempo recursos, potencialidades y miseria, corrupción y alteraciones económicas tan exorbitantes que se reflejan en la inmensa desolación, déficit de servicios y como resultado fatal el aumento de la mortalidad por razones impensables en pleno siglo XXI, la migración de la inmensa mayoría de la población capacitada y el endeudamiento publico y privado de algo que parece insostenible.

En medio de una convocatoria y campaña electoral que para nada auguran una solución a corto plazo a la actual situación, los candidatos en su embriaguez extremadamente de propuestas populistas. Lanzan muchas propuestas que resaltan la atención del electorado y de quienes nos reservamos el voto, porque obviamente el circo necesita espectadores para que los payazos puedan hacer sus gracias.

Estoy seguro que Venezuela no pasará desapercibida al estudiar las posibilidades que tuvo para llegar a ser, o quizá algún día llegue a ser una súper potencia como en otrora fuera. Las propuestas electorales obligadas a ser mas socialistas y populistas que las oficiales.

Las propuesta que me viene al caso y me hace reflexionar, fue la expuesta por Henry Falcón, un pseudo opositor, socialista dispuesto a ofrecer hasta su alma y la de su posteridad a cambio de un poco de poder, que le permita ser en algo reconocido. El hecho de que se le mencione no influirá en nada que sea una victima servil del fraude electoral internacionalmente advertido.

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Dolarizar?

Incluso el muy socialista Correa de Ecuador doblo su rodillas ante el poder de Imperio del Dólar. Ecuador no es la excepción en Latinoamérica y tampoco la norma de procesos de dolarización fuera de Estados Unidos.

Henry Falcón en su propuesta recubierta de positivismo, tiende a convertirse mas en un vendedor de caramelos rellenos del veneno de la flojera. Durante los últimos años el pueblo venezolanos en su mayoría ha desarrollado una ambición desenfrenada por la famosa lechuga que no esta dispuesta a sembrar. De hecho no son ya mucho tabú las excesivas cantidades de dólares que han sido saqueados por funcionarios del gobierno, sus familias, bachaqueros, raspa cupos, y por hasta quienes se arropan detrás del disfraz de opositores para acompañar sus guisos y hasta blanquear sus capitales de la corrupción alrededor del mundo.

No me extraña que la propuesta de dolarizar la economía Venezolana cale tanto, si los venezolanos parecemos estar programados para calcular hasta el oxigeno que vamos en respirar en una moneda que muchos quizá nunca hayan tenido entre sus manos. Sobre todo a sabiendas que somos literalmente los pobres mas ricos de América. Todavía adictos a las soluciones mágicas o mesiánicas a las que nos empujo la imagen de Hugo Chávez y que todavía le han funcionado a Maduro para controla el poder, pese a su ineptitud para cumplir tales propuestas.

En cualquier parte del mundo, incluso en las mas nuevas y modernas formas de economías, las monedas son la representación del valor de un trabajo, producto o servicio realizado. Hasta las Criptonedas, tan en boga actualmente, necesitan ser minadas, conllevando un costo de equipos, energía, espacios y otros recursos, para que con suerte se pueda alcanzar la gloriosa meta de obtener una porción de ese código que tiene un valor convertible.

Mi preocupación no es tanto, que sea reemplazada la imagen del mas grande prócer y libertador de América, como símbolo de nuestra moneda, sino que en realidad no se produzca en Venezuela lo suficiente para que se pueda obtener el valor en dólares que se necesita para llevar el país a una zona de reimpulso y reconstrucción económica y social. En pocas palabras, nos quedemos “sin el chivo y sin el mecate”.

Producir

El resultado acumulado de las populistas reacciones de los gobiernos de los últimos años, junto a la maraña de corrupción pululante en cada espacio social, publico y privado, ha mermado y destruido a niveles impensables las capacidades de generación o producción de todo el país. Sin energía eléctrica, sin materia prima, sin profesionales, sin manos de obra capacitada, sin agua, sin comunicaciones, sin seguridad jurídica ni de ningún tipo, y con las tenazas chinas, rusas y cubanas hasta lo mas profunda de nuestras entrañas, dedicadas ya por mas de una década a saquear nuestros patrimonios, el simple hecho de recibir pagos en dólares no es tan gracioso, si no tienes nada por lo que te van a pagar.

El peor de nuestros males, e incluso la mejor estrategia de Chávez fue destruir el marco legal e irrespetar a su propia hija la Constitución del 99, que de paso estaba echa a la medida. La impunidad, se volvió en la pista de aterrizaje de los negocios internacionales que llegaron al país en búsqueda del guiso, sino pregunten a Odebrech o a los actuales contratos con Iran. Esos negocios en condiciones normales, hubieran significado incluso que convirtiéndonos en un país mas avanzado que Dubái o Emiratos Árabes, ya todos los venezolanos vivieran de las regalías.

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Justicia

Entonces, todo apunta a que el génesis de la solución se puede acercar mas a una propuesta de Economía basada en la erradicación de la impunidad, la repatriación de los capitales saqueados al país, la reconstrucción jurídica y aplicable de un sistema justo de justicia, valga la redundancia. Donde pague mas cárcel el que se roba millones de dólares, que el que se roba un pan por el hambre que lo agobia, pero que aun así ambos reciban la porción de su castigo según sus crímenes.

Y en contra de nuestra percepción filosófica facilista, donde todo se resuelve con magia, como una caja con comida al mes, apostar por algo que aunque a mayor plazo realmente devuelva la capacidad de producir. Aunque esto signifique que el país se vea obligado a endeudarse aun mas, la inversión para producir seguramente y con justicia nos permitirá, no solo pagar tales compromisos, sino reinvertir y construir capacidad.

La propuesta de dolarizar, también significa un endeudamiento, pero este no tiene ninguna posibilidad de sostenibilidad si no se basa en la implementación de un plan para que el producto interno bruto pueda sostener económicamente dicha conversión con producción y no con populismo.

La mencionada propuesta de dolarizar incluye un tabulador, que aunque no es muy generoso, vende la idea de que valdría la pena. Pero, que empleador esta dispuesto a aumentar el salario de un empleado por mil, si lo que este trabajador produce sigue teniendo el mismo valor.

No estamos preparados, mas bien esta medida puede terminar de destruir el aparato productivo, si los efectivos policiales y funcionarios públicos siguen siendo los cómplices de la aniquilación económica de Venezuela.

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Moral y luces, hoy en día son mas que nunca las necesidades fundamentales de nuestro país. Una propuesta que empiece por Justicia y pena a los corruptos, y que hable mas de producir haría posible el sueño de que los venezolanos en el exterior hagamos colar para poder regresa a nuestro país.

Dios bendiga a Venezuela, y líbranos del socialismo, la corrupción, la desidia, la flojera y la ignorancia…

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