Cuadros vivientes XI: El sueño de la esposa del pescador.

simonmaz (64)in #cevantes • 5 years ago (edited)

El sueño de la esposa del pescador

Por fin terminó la penetración, le aburría profundamente, durante todo el acto había estado deseando que Goro por fin eyaculara y todo aquello terminara. Se levantó, se vistió y salió corriendo hacia su casa.

Por el camino no podía parar de pensar en todo aquello, la gran cantidad de amantes que no conseguían satisfacerla, incluso, a veces, se planteaba que tal vez pudiera ser culpa suya.

Todos los hombres son iguales, sólo me quieren penetrar, sólo buscan su satisfacción personal, simplifican el sexo hasta el extremo y yo así no consigo llegar al orgasmo.

Una vez en casa, Kumi, se fue a dormir, le costó mucho tiempo conciliar el sueño, ya que no paraba de darle vueltas al asunto, no estaba dispuesta a acostarse con ningún otro penetrador obsesivo…

Fuente

Se encontraba sentada en la orilla del mar, de éste salieron dos criaturas marinas con largos tentáculos, parecían ser pulpos, los cuales la agarraron y la arrastraron entre unas rocas. Kumi se dejó llevar, estaba extrañamente excitada y confiada. Una vez allí los pulpos le quitaron la ropa…

Llevo mucho tiempo escondido esperando este momento, pero al final te atrapé. ¡Qué lindo coño tienes! ¡No puede ser más delicioso! Sólo quiero chupártelo hasta saciarme.
¡Maldito pulpo! ¿Qué estas haciéndome? ¡Tocas mi cuello uterino y me estás dejando sin aliento! Oh, sí, oh, sí… pero… lo estás haciendo muy bien ¡ahhhhh! ¡sigue así!
¿Acaso no te gusta? ¿Cómo es sentirse abrazada por ocho brazos? Estas hirviendo, casi quemas mi piel…
Todas mis barreras mentales han desaparecido, tengo placenteras cosquillas por todo mi cuerpo y estoy perdiendo el control de mi cintura.
Después de que él termine yo también quiero probar tu flujo, voy a chupar tu clítoris con mis ventosas…
¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiii!

Kumi abrió sus ojos y se percató de que todo había sido un sueño muy realista, ahí se dio cuenta de lo que necesitaba, quería que le practicaran sexo oral, quería que le comieran el coño hasta correrse de placer…

Katsushika Hokusai dibujó “El sueño de la esposa del pescador” en 1814, una ilustración shunga (arte erótico japonés) del periodo Edo.