Hay lugares mágicos en el mundo, lugares que te traen una paz increíble cuando tú pones un pie en ellos, lugares que te hacen feliz.

Y para mí, el Santuario de la Virgen de Betania reúne cada una de esas cualidades.

Les voy a contar un poco de ese lugar maravilloso.

El Santuario de la Virgen de Betania​ es un complejo religioso católico localizado a unos kilómetros de la ciudad de Cúa, en el estado Miranda, al norte del país sudamericano de Venezuela. El complejo incluye una capilla católica y diversos espacios dedicados a la Virgen María en su advocación de Betania. Los católicos creen que en el lugar se han producido apariciones milagrosas, porque lo que, lo que antes era una finca de 200 hectáreas donde se producía entre otros productos café y cacao, ahora se transformó en un sitio de peregrinación cristiana popular en el país. Wikipedia

¿Dónde queda? ¿Y cómo llegar?

El Santuario de la Virgen de Betania está ubicado en la vía Cúa-San Casimiro en el Estado Miranda, Venezuela. A unos 15 minutos si vas en carro y poco más si vas en transporte público.

Si se viene de Caracas, desde la Autopista Regional del Centro se debe tomar el desvío hacía Charallave, el cual se encuentra poco después de haber pasado el aeropuerto y bonanza. Continúa ese camino hasta llegar al segundo distribuidor, donde la flecha indica que Cúa es hacía la derecha, enseguida estará un McDonalds y una redoma, donde habrá que seguir derecho para tomar las Carretera Charallave-Cúa. Y posteriormente, seguir derecho, pasando la entrada de Cúa, la Y que se dirige a Nueva Cúa-Ocumare o hacía la vía de San Casimiro, por lo que se tomará la derecha y continuará el camino hasta donde se hace un poco más ancha la vía y se ve una pasarela que indica "Bienvenido al Santuario de Betania".

En cambio, si se viene desde la vía de los llanos, se debe seguir como si se fuese hacía Cúa y a unos minutos de San Casimiro, a mitad de camino de Cúa, estará el Santuario.

El lugar.

El Santuario de la Virgen de Betania no es tan viejo como más de uno pensaría, la verdad es que la virgen hizo su primera aparición en los setenta y en los años siguientes más personas testificaron haberla visto por lo que la finca, y ahora santuario, se convirtió en un sitio frecuentado por los creyentes. A tal punto que desde hace más de una década se celebran misas en el lugar.

El Santuario tiene dos entradas, una es la entrada principal y la otra es la del estacionamiento, ambas rutas terminan en las escaleras sobre el río, las cuales dan lugar al Santuario como tal.

El río suele estar mantenerse limpio y muchos de los visitantes pasan un rato ahí con los niños de la familia.

Después de pasar las escaleras y el río, hay un caminito que continúa hasta el final del lugar y del lado izquierdo, una pared que llega casi al final y que tiene infinidad de recuerdos que los visitantes le dejan a Betania. Todo aquello material que los creyentes le han prometido a Betania, se encuentra en esa gran pared.

Hacia el lado derecho hay un camino extenso de piedras, con una pequeña plaza donde se encuentra una representación de la virgen. Y detrás de la plaza, siguen las placas y demás recuerdos llevados a Betania.

Esa representación era la que anteriormente se encontraba en el lugar de aparición pero que fue remplazada y cambiada y de sitio.

Siguiendo el camino, se pueden encontrar los bebederos a la izquierda. En los bebederos las personas pueden recoger lo que se le denomina "agua bendita" o "agua milagrosa", agua que proviene de un arroyo de la colina donde se apareció la virgen.

A la derecha, la capilla donde el padre realiza la santa misa. Por lo general y si mal no recuerdo, los sábados, hay 3 misas y los domingos, solo dos. Todas son en horas de la mañana.

Otra vista de la capilla y parte del lugar.

Desde este ángulo se ven los distintos puntos para tomar asiento y el camino que se ve al final, lleva al río de la entrada que mencioné con anterioridad.

Al final del camino, se encuentra la virgen, una reja protege el lugar donde se encuentra. La imagen de la Virgen está sobre el borde de una colina, y al lado izquierdo, una cascada que surge a partir del arroyo -sí, el mismo que mencioné antes- que desciende desde la colina y acaba en un pequeño estanque bajo la virgen.

El lugar suele estar lleno de flores, tanto dentro como fuera del lugar donde está la virgen. Durante el día, los visitantes colocan flores alrededor de la reja y al siguiente día, muy temprano, las monjas toman esas flores y las colocan dentro, en una gruta, para que más visitantes puedan colocar flores afuera. La gruta y el jardín en sí proporcionan un ciclo lleno de colores que transmiten cierto sentimiento de alegría y calidez.

También es importante mencionar que el clima en el santuario es bastante fresco y con brisa. Para estar cerca de Cúa y en los Valles del Tuy, no es un sitio caluroso.

Actualmente, el Santuario está más bonito que nunca, durante los últimos años se han hecho remodelaciones en los bebederos y en la gruta de la virgen en sí, además, hace más de cuatro años que se cambio de lugar la imagen de la virgen y se instaló la nueva. La anterior, que se encuentra en la plaza, es de tonalidades grisáceas mientras que la actual, que está en la gruta, es blanca.

Les anexo fotos de cómo era el santuario antes de las remodelaciones.

Los bebedores antes.

El jardín y la gruta antes.

Volviendo a las afueras del recinto.

Alrededor del lugar hay restaurantes donde podrás pedir distintos tipos de sopa como la de gallina, pescado o de res, también es típico del lugar las cachapas con queso de mano y la ración de cochino.

Entre las dos entradas mencionadas anteriormente, hay un camino con pequeños puestos donde se dedican a vender recuerdos como llaveros, rosarios y bisutería con imágenes de la virgen.

Y en los primeros puestos, hay unas señoras que hacen unas arepitas dulces para chuparse los dedos. También hay una bodega donde fácilmente se puede comprar una malta para acompañar a las arepitas. Como merienda, desayuno o almuerzo, esas arepitas son el cielo. (Si no las han probado, después van a querer hacerlas en casa a cada rato)

Mi experiencia.

Yo no suelo salir mucho en Cúa ni ir a la iglesia, por lo que a mí personalmente siempre me ha gustado ir al santuario, me siento más cómoda ahí que en una iglesia común, el padre que estaba antes -y en paz descanse- hacía de las misas un evento lleno de risas y de oraciones sinceras. El que está ahora también es bastante agradable, a decir verdad.

Y además que desde que entro al lugar, siento una paz inigualable, es como sentirme en casa.

Lo primero que suelo hacer con mi familia es ir al final del camino hasta donde esta la virgencita y saludarla, agradecerle por todo lo que ha hecho por nosotros y pedirle por la salud y el bienestar propio y de mis allegados. Luego, procedemos a ir a los bebederos a lavarnos la cara, hacernos la cruz y después nos sentamos dentro de la capilla o en los diferentes bancos que hay en el sitio.

Si vamos en la tarde, ya no hay misa que escuchar así que solo nos sentamos a conversar y a sentir la calidez del lugar. Si vamos en la mañana, esperamos que empiece la siguiente misa o nos quedamos a escuchar la que esté teniendo lugar, todo depende.

En algún momento de la visita, tomamos fotos para recordar y capturar tan maravilloso momento. A veces solemos ir en la tarde, a eso de las 3 o 4pm porque cuando el lugar está solo, loquear un poquito no está nada mal.

Esto fue en 2014, antes de la remodelación.

Luego de un rato, que suele alagarse hasta un par de horas en el lugar, salimos y si tenemos ganas de comer algo, decidimos entre las comidas que ya mencioné. La última vez, recuerdo que nos fuimos por las arepitas dulces, una para cada uno -somos cuatro- y luego regresamos a casa con la satisfacción de haber pasado un buen rato.

Por cierto, admito que le agradezco a Dios y a la virgen por darnos ese pequeño paraíso tan cerca de casa. El único paraíso o rayo de luz en este pueblo -además de los sitios para comprar chichas y helados, pero esa es otra historia-.

Para finalizar ya...

Quisiera decir que ciertamente, al Santuario van personas de todo el mundo, muchas veces, como en Semana Santa puedes encontrarte con venezolanos que vienen de otros estados o con extranjeros que vinieron a esta tierra a conocer el lugar donde la virgencita apareció.

Así que si creen, no pierdan la oportunidad de venir a visitar el lugar. Es un lugar tranquilo, cálido y sin duda, maravilloso. No creo que se arrepientan.

El lugar está abierto entre semana -a excepción de los lunes- pero es más concurrido los fines de semana. Ah y por cierto, no, en el santuario no se realizan bautizos, bodas ni nada de eso. Pero en Semana Santa se bendicen las palmas como es tradición y si hay bebés en un día de misa normal, es probable que al finalizar el padre le de su bendición.

Casualmente esta foto fue en semana santa, específicamente la semana santa de 2014.