¡El Caballero Plateado…EN ESPAÑOL! Steem Monsters Story Contest Week 14

in #steemmonsters6 years ago (edited)

Concurso de historia de fantasía de cartas comunes organizado por @Steemmonsters

Semana 14

Versión corta


Guerrera que aprendió a blandir la espada, desarma a los enemigos y da vida a lo que parece perdido.

El Caballero Plateado

La paz de mi pueblo reinaba gracias al Caballero Plateado, nombre por el cual decidieron llamarle, a pesar de estar muy lejos de ser su verdadero nombre. Camino por las calles del mercado principal, en busca de los alimentos para mi hogar, con una sonrisa dibujada en los labios.

El Caballero Plateado se hizo famoso un año atrás, cuando salvó a una familia adinerada de un robo que iba a acabar en tragedia a las afueras del pueblo. A partir de ese momento estuvo en la boca de todos los lugareños y de pueblos vecinos. Algunos se atrevían a decir que no existía, que era una leyenda, o un caballero fantasma acompañado de su caballo fiel, pero no. Aquí estoy, sin armadura y sin mi compañero, en medio de la muchedumbre eligiendo la manzana más fresca que el vendedor me puede ofrecer.

Ser el Caballero Plateado no es fácil pero si lo disfruto. Enfrento los peligros que azotan a mi pueblo, desde ladrones hasta bestias que se desvían de su camino y siembran el terror.

“Sura” la voz de mi madre y su mano sobre mi hombro me sacan de mis pensamientos. Mis ojos esmeraldas brillan al ver a mi preciosa hermana menor en los brazos de mi madre y sonrío con más fuerza. Combatía el mal para mantenerlas a salvo a ellas y a los gemelos que corrían alrededor, mis otros dos hermanos.

El verdadero problema radica en mi largo cabello escarlata, mis rosados labios, y otros atributos, que me dejan en evidencia como una hermosa mujer. Y es que todos se sienten seguros si un noble caballero cuida de ellos, nadie creía que una dama pudiera hacerlo. De hecho, mi vida podría acabar si me descubren. La horda de gente sintiéndose engañados e insultados me llevarían a la horca sin titubeos. Por eso mantengo un semblante bajo, sin contacto con nadie mientras llevo armadura y me retiro tan pronto como termine el trabajo.

“Hija, es hora de irnos” mi madre me haló del brazo y asintiendo empiezo a caminar a su lado. El bullicio de la gente fue disminuyendo mientras nos alejamos. Los días últimamente son relajados, sin malas noticias o desastres inesperados. Por ello me sorprendí de ver un cartel en la plaza principal con el retrato del Caballero Plateado. Lo observo con disimulo y continuo caminando como si nada.

En la noche, antes de que comenzara mi turno como encargada de la taberna, me acerqué al dichoso cartel. El rey estaba convocando a los mejores caballeros a una reunión de emergencia que se llevaría a cabo dentro de dos días, y el alcalde del pueblo decidió enviarlo a él, bueno a mí, a la reunión. Al Caballero Plateado. Desde entonces, una inquietud se instaló dentro de mi pecho y no me ha abandonado en toda la noche.

He estado pensando en la idea desde que llegué a mi hogar. Ahora intento conciliar el sueño y el cartel no sale de mi mente. Lo correcto es no asistir a dicha reunión, sin embargo la curiosidad está siendo más fuerte. Algo en mi interior me grita que debo asistir, tal vez es algo importante..."Es hora de tomar una decisión" me digo a mi misma.

Desconozco a qué hora me rendí ante el sueño. Pero el sol ha salido y es momento de recolectar el alimento para el viaje.

Limpio la vieja armadura y espada de mi difunto padre y preparo a Brick, mi caballo, para partir. El camino a la ciudad real es largo y debo aprovechar el tiempo. Me vestí con la armadura, recojo mi cabello y lo oculto bajo la red metálica, para luego asegurar el casco que completa mi vestimenta. Y sin pensarlo dos veces emprendo camino hacia el reino, dejando atrás una nota para mi madre junto a un poco de dinero para que estén bien mientras regreso.

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Logro llegar a la ciudad real el día de la reunión. Cuando llegué al castillo del rey solo bastó con mostrar el cartel que estaba en la plaza principal de mi pueblo y abrieron paso para mí.


En el lugar estaban reunidos cientos de caballeros, todos a la espera del rey. Intento no interactuar con nadie. Me aparto de la multitud y recuesto mi cuerpo de una columna mientras admiro la hermosa estancia, hasta que el rey se presentó y un silencio sepulcral invade el lugar.


“Mucha gracias por venir” comenzó a hablar el rey “Seré breve pues la situación lo amerita. La guerra se ha salido de nuestras manos”. Un murmullo colectivo se dejó escuchar.


¿Guerra? ¿Cuál guerra? Todos viven en paz actualmente. Mi mente está hecha un caos con las palabras del rey.


“Los rebeldes intentan tomar el mando a como dé lugar. Y para ello han utilizado magia prohibida” el hombre hizo una pausa mientras algunos caballeros hablaban pero luego continuó “Han logrado tomar el control de criaturas mágicas. Lograron doblegar a orcos y dragones. Los elfos aún son fieles a mi mandato, pero están bajo ataque. Por ello los he traído aquí, los mejores caballeros de los poblados cercanos junto a mi ejercito real atacaran esta misma noche”.


El ruido en la estancia se hizo ensordecedor. Y yo no logro procesar la información. El reino está a punto de caer y apenas soy consciente de ello. Si lograban dominar a los elfos, uno de los clanes con la magia más fuerte entre las criaturas mágicas, ganarían la guerra sin pensarlo. Sería un completo caos y no tardarían en destruir las aldeas cercanas. Mi madre y mis hermanos estarán en peligro si no lucho.

Los ojos esmeraldas debajo del casco del Caballero Plateado brillaron con determinación.

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Mi respiración se acelera cada vez más mientras monto mi caballo a toda velocidad junto a uno de los escuadrones del ejército real. Estamos a punto de entrar en el campo de batalla y mis manos tiemblan sin parar. No había salido de mi pueblo hasta ayer, y ahora estoy viajando hacia uno de los clanes de las criaturas más fuertes en medio de una guerra.

El fuego se empieza a visualizar mientras cae la noche, el bosque estaba ardiendo. Pero sin importar nada, mi escuadrón se adentra al bosque y yo los sigo de cerca. No tardaron en encontrar donde se estaba librando la verdadera batalla y mis ojos se abren por la impresión. Todo era un caos a mi alrededor. Orcos y humanos, los rebeldes, contra los elfos, peleando a muerte. El lugar estaba repleto de sangre y cuerpos.

De repente un orco se acercó a mí a gran velocidad con intención de herirme. Por un segundo sentí como el miedo paralizó mi cuerpo, pero la adrenalina al sentirme amenazada me obligó a moverme y detener el ataque con mi espada, aun encima de mi corcel. El golpe entre las armas me hizo recordar cuando mi padre aún vivía y me enseñaba los movimientos básicos de defensa y ataque con la espada, los cuales yo había perfeccionado a lo largo de los años. Ahora me defendía con maestría y mis ataques eran fuertes a pesar de ser una mujer.

Herí al orco al punto de inmovilizarlo, pero no soy capaz de acabar con su vida. Esa no es mi misión.

Continuo cabalgando y luchando tratando de abrirme paso. A mi escuadrón le han encomendado buscar al jefe los elfos y mantenerlo a salvo, por lo que intento llegar al centro de la aldea y empezar la búsqueda desde ahí. No había alcanzado mi objetivo cuando un caballero se acercó y me gritó que el jefe de los elfos estaba protegiendo el santuario del clan. Sin saber dónde queda el lugar decido seguir a aquel caballero. Mientras avanzábamos se nos unieron una pequeña tropa de cinco caballeros camino al santuario.

Una vez encontramos el lugar nos vimos obligados a descender de nuestros caballos y continuar a pie. Unas altas escaleras daban a la entrada del santuario, las cuales subimos sin perder tiempo. Al cruzar la puerta había un largo camino de piedras, un pequeño puente y lo que parecía un manantial. Y al fondo un imponente árbol se alzaba de forma majestuosa. Las estrellas del cielo brillaban con fuerza, acompañadas de la luna y algunas antorchas eran lo único que iluminaba el santuario al aire libre.

Al final del pasillo, frente al manantial, se encontraba el que parecía ser el jefe de los elfos.

Antes de que pudiera dar un paso en su dirección un temblor paralizó mi cuerpo. Reprimí un grito cuando mis ojos se encontraron con un gigantesco dragón que acababa de aterrizar dentro del lugar. Esta vez el miedo me paralizó por completo y sentí mi espada deslizarse entre mis dedos sin fuerzas para detener su caída que resonó contra el piso. El dragón rugió y todos corrieron excepto yo. Mi mente estaba en blanco, por lo que no logré esquivar el golpe que el animal me propinó con su alargada cola.

El golpe me mandó a volar unos cuantos metros. Cuando logré reincorporarme a medias me percaté que el casco y su protección había caído lejos de mí. Pero gracias al fuerte golpe despertaron mis sentidos de sobrevivencia, y lo que menos me preocupó en ese momento fue mi cabello alborotado y mi identidad al descubierto.

Me levanté con rapidez y me escondí entre unas piedras justo antes de que el dragón lanzara fuego en mi dirección. “¿Cómo luchar con algo tan grande? Simplemente no puedo” me digo a mi misma. Sin salir completamente del escondite me asomo para dar un vistazo afuera, el dragón se había desviado de mi dirección al no verme, ni se había molestado en buscarme. Rápidamente busco mi espada con la mirada y vuelvo a ponerme a salvo en el escondite sin moverme. Reflexiono un momento la situación y la determinación vuelve a mí. “Claro que puedes” me repito a mí misma en voz alta y salgo corriendo en busca de mi espada. Cuando la tengo entre manos me percato de la situación. El dragón había dejado fuera de batalla a tres de los caballeros que me acompañaban, mientras que el jefe de los elfos trataba de detenerlo con un hechizo.

El animal estaba inquieto y rugía con fuerza mientras una luz lo envolvía. Me acerqué sin saber qué hacer.

“¡Es demasiado fuerte!” gritó el jefe de los elfos “Tienen que inmovilizarlo” me dijo a mí y a un caballero que estaba a un par de metros. Me acerco rápidamente al dragón y con manos temblorosas le clavo la espada en el muslo. Un alarido provino del animal y segundos después el caballero hizo lo mismo en el otro muslo. Poco después el hechizo comenzó a surtir efecto y el dragón fue tranquilizándose y, sorpresivamente, disminuyendo de tamaño.

“¿Un hombre?” no puedo evitar hacer la pregunta al ver como la silueta del dragón desaparecía y la de un hombre aparecía en su lugar.

“Algunos en el clan de los dragones tienen la capacidad de tomar la forma humana” explicó el elfo al tiempo que me detallaba en silencio. “Todos están bajo el control de una magia poderosa. Tienen que darme más tiempo en el santuario, solo así lograré contrarrestar el hechizo” explicó el hombre al tiempo que volvía bajo el árbol y comenzaba a murmurar palabras inentendibles. Desvié mi atención del elfo y observé al dragón, ahora convertido en hombre, que empezaba a recuperar la conciencia.

“Lo siento” fue lo único que se me ocurrió decir mientras lo ayudaba a incorporarse. En ese momento unos orcos ingresaron al santuario y la batalla comenzó de nuevo.

“No deberías estar aquí” me gritó el caballero que aún estaba consciente, al tiempo que contraatacaba a un orco.

“Es muy tarde para decirlo, ¿No crees?” le respondo de forma arrogante mientras tomaba mi espada con fuerza y me aseguraba que ningún orco pasara hacia donde estaba el jefe de los elfos.

Mientras vigilo pude observar al dragón salir completamente del letargo y reincorporarse. Me sorprendo cuando noto que las heridas en sus piernas estaban casi sanadas, pero mi concentración volvió al frente al recibir un ataque sorpresa. Los orcos son salvajes y fuertes, se me dificultaba luchar contra ellos sin hacerles demasiado daño.

El cansancio comenzaba a hacerme lenta, logro esquivar los golpes a duras penas. Mis brazos pesan y me comienza a faltar el aliento. Esquivo un golpe con esfuerzo; veo venir el segundo ataque directo a mi abdomen cuando un fuego voraz alejó al orco de mi lado. Volteo y puedo observar de nueva cuenta la figura erguida del dragón detrás de mí, de vuelta a su forma animal, el cual emprendió vuelo para adelantarse y acabar con los orcos que estaban entrando al santuario. Entonces sonrío aliviada y la calma recorre mi cuerpo entero.

Pero la alegría que me invadió se vio interrumpida cuando observo a un orco salir de la nada y correr directamente hacia el jefe de los elfos. Reaccionando lo más rápido que puedo lo logro detener antes de que logre cruzar el puente, a duras penas. Pero de inmediato me percato de lo sucedido, mi espada ha atravesado el corazón de este. Mi mirada se nubla por las lágrimas acumuladas, sin creer lo que acaba de suceder por mi mano. Las lágrimas recorren mis mejillas mientras saco la espada del cuerpo inerte y veo la sangre fluir.

Debido a la consternación no me percato de otro orco que se encuentra cerca, que justo antes de ser consumido por el fuego del dragón lanzó una flecha en mi dirección que logra atravesar mi pecho antes de que reaccione.

“Justicia divina” susurro amargamente, aun sintiéndome culpable por haber robado una vida. Poco a poco el dolor se apodera de mi cuerpo. Siento como pierdo el equilibrio sin poder evitarlo. Intento reaccionar pero es demasiado tarde, estoy en el borde del puente y solo espero el golpe contra el agua.

Caigo en el manantial sin que nada lo evite. Me siento inútil por no haber logrado mi misión, por haber sido descuidada y dejar sola a mi madre y a mis hermanos. Mi vista se comienza a oscurecer a pesar de la claridad del agua. Lo último que vieron mis ojos antes de que el aire en mis pulmones se termine, fue una intensa luz en la superficie.

En ese momento lo supe, el jefe de los elfos lo había logrado. No puedo evitar sonreír.

Luego todo fue oscuridad.

*****************************

Logro abrir los ojos lentamente. La luz del sol me enceguece por lo que cubro mi rostro con mi mano temblorosa al tiempo que intento incorporarme.

“No te fuerces, hija mía” la voz de una anciana llama mi atención. Cuando logro enfocar vislumbro la silueta de una anciana con un bastón para a unos metros. Mi extrañeza y sorpresa va en aumento cuando observo mi alrededor, donde había permanecido inconsciente no sé cuánto tiempo, yacían numerosas flores naciendo de la tierra. Vuelvo mi mirada hacia la anciana cuando este ríe en voz alta “Ahora posees el don de la vida” seguía sin entender nada pero una vez más la anciana habló “Mi nombre es Svoke, yo te ayudaré a avanzar”.

FIN

Muchas gracias por tomarse el tiempo de leer. La historia en inglés para el concurso la pueden encontrar aquí.


Si no conocen el personaje de Svoke no se pierdan la historia ganadora escrita por @tristancarax, el cual me permitió usar su personaje como enlace entre las historias. Para disfrutar de la historia entra aquí y entenderás mejor el final.


Me disculpo de ante mano por mis errores ortográficos, sobretodo en mi historia en inglés, puesto que no manejo muy bien el idioma. Sin embargo me armé de valor y la escribí para traducirla e hice mi mayor esfuerzo.
Espero hayan disfrutado.

@Laykenia

Fuentes de las imagenes

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Excelente historia ;)

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