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Muchas veces no sabemos lo que queremos, pero peor es saber exactamente lo que queremos e internamente no tener ganas de esforzarnos para conseguirlo. En el mundo actual vivimos acostumbrados a la gratificación instantánea, no nos gusta esperar ni esforzarnos más de la cuenta por nada. Productos de la cultura de los jueguitos, aprendimos que cualquier arma virtual que no se pueda conseguir en un par de días, no vale la pena. Mientras que en la vida real, algo que vale la pena puede tomarnos años e incluso toda la vida.

No digo que los jueguitos sean malos, jamás se me pasaría eso por la cabeza, soy un gamer, pero sí que fomentan nuestra impaciencia a pesar de tener muchos efectos beneficiosos como:

• Pulir nuestros reflejos (FPS),
• Enseñarnos a manejar recursos de mejor forma (juegos de estrategia),
• Mostrarnos como pensar tácticamente (juegos de guerra)
• O estratégicamente (juegos varios de tablero).

Acostumbrados como estamos al resultado instantáneo, a tener misiones claras con objetivos claros y estadísticas detalladas de nuestras propias fortalezas, deficiencias y desempeño; la vida real parece, en contraste, mucho más críptica e irracional. El camino para llegar de un lugar a otro nunca es claro, el progreso es incierto, nuestras habilidades a veces son confusas o no sabemos exactamente como desarrollarlas y aprovecharlas. El resultado de la cultura millenial (no solo por el lado de los jueguitos sinó en general), es un montón de gente mejor tecnólogicamente capacitada que las generaciones anteriores y con un montón de habilidades lógico-deductivas, pero con bajísima tolerancia a la frustración y una impaciencia que no les deja concebir estar más de 5 años haciendo la misma cosa.

Mi generación(la de los años 80) sufría de esto, pero solo a medias. No sabemos lo que es deprimirnos si tenemos pocos followers en facebook o instagram o lo que sea. Pero para los millenials es otra cosa, cualquier cosa que sea un puntaje(score) debe ser mantenido y superado regularmente, porque es un reflejo de lo que valen como jugadores de la vida. Cualquier baja en los "scores" de la vida es causa de depresión, cualquier troll al que no pueden destruir con opiniones en twitter es causa de frustración como si fuera un jefe de la etapa final al que no pueden vencer, cualquier progreso incierto en un trabajo es causa de abandono como si fuera un juego lleno de bugs que no tiene mapa o log de misiones a realizar.

Mi más honesto consejo a los millenials es que a las muchas cualidades que ya tienen, como desafiar los esquemas de organización y autoridad tradicionalmente establecidos, ser más críticos e independientes en cuanto a las formas de pensar y hacer, ser emprendedores, creativos y querer cambiar el mundo, les rendiría mucho desarrollar y adquirir las tres siguientes que les falta a casi todos los de esa generación: Paciencia, Tenacidad, Resiliencia.

Recuerden: La vida real no siempre es clara, ni cuantificable, ni deja recompensas inmediatas.