Relato: La muerte de Fritz Ederlezi
Fuente de la imagen: Pexels
Fritz Ederlezi sintió un dolor en su cabeza y en sus extremidades; su boca parecía estar rellena de algo suave, quizás una tela. Levantando la mirada, notó que sus brazos estaban extendidos, con sus manos atadas a unas cadenas.
Intentó moverse, pero una punzada de dolor le obligó a permanecer quieto. Buscó, pues, con la mirada al autor de aquella posición incómoda, jurando hacerle pagar por lo que quisiera hacerle. Pero no encontró a nadie; solo pequeñas hogueras ardiendo vivamente alrededor de él. Y con ellas el silencio y la oscuridad que parecía cobijar la profundidad del lugar, al parecer el bosque.
-Feliz cumpleaños, Fritz -escuchó que le dijera una voz masculina.
Al principio Fritz no podía reconocer la voz; ésta era muy grave y fría, con un deje que marcaba placer u odio. Apenas dirigió su mirada hacia adelante, sus ojos se agrandaron de la sorpresa. De las profundidades salió un hombre alto de cabello oscuro y ojos azules; su vestimenta consistía en una simple camisa blanca, un pantalón y botas altas. Su mirada no era la de un tipo idiota que desconocía estar en una cueva de lobos; su mirada era la frialdad, la indolencia, la crueldad misma.
Era la mirada de alguien que sabe utilizar las apariencias a su favor.
El hombre, quien se acercaba a él con soltura, le dijo en un tono burlón:
-¿Sabes algo? El incesto es fascinante. Algo digno de estudio. El querer follar a una hermana, una madre, un padre, un hermano... Incluso a una sobrina, una niña de 5 años a quien puedes tocar en contra de su voluntad y violarla cuantas veces quieras.
Fritz sintió un escalofrío sobre su espalda. El hombre, al inclinarse, le miró directamente a los ojos y añadió:
-¿Y sabes qué es lo peor? Que a nadie le importa mientras pueda preservar la especie más adelante. Ni siquiera a su madre, tu hermana, a quien te ama con tanta pasión que te la entrega a cambio de que se la metas en lo profundo de sus entrañas. Por supuesto... Guardándose todo el odio que siente hacia ella, pues la ve como una rival de tu... "amor".
El hombre tomó a Fritz del cuello, obligándole a sostener su mirada. Para sorpresa de Fritz, los ojos del hombre cambiaron de color paulatinamente a medida que éste aumentaba cada vez más la fuerza de su agarre.
-Yo, Marcus Fairchild, te condeno a ti, Fritz Ederlezi, a ser torturado hasta la muerte -dijo el hombre.
Soltándolo, el hombre se dirigió hacia una de las hogueras. Con un trapo que estaba asentado en el suelo, tomó un objeto de hierro. Fritz, aterrorizado, luchó desesperadamente por desatarse; sin embargo, las puntas de las cadenas se enterraban más y más en su piel. Cuando menos lo esperó, una punzada caliente penetró la parte superior de su espalda y la abrió lentamente.
Fritz lanzó gritos ahogados de dolor; con sus gemidos y lágrimas, trató de volverse hacia Marcus para suplicarle misericordia. Éste hizo caso omiso de su reacción; tirando el hierro al suelo, Marcus se alejó unos pocos metros de Fritz y recogió un hacha que estaba a un lado de la hoguera.
La adrenalina recorría el cuerpo de Marcus; la venganza que estaba ejecutando le producía cierto alivio, aunque sabía que aquello no ha terminado.
Aún no.
Posicionándose detrás de Fritz, levantó el hacha y la enterró en el lugar donde había abierto la herida tantas veces que, al final, los huesos quedaron al descubierto. Luego, con el hacha asentada en el suelo, arrancó con sus propias manos los pulmones.
En ese instante, Fritz levantó su mirada. Lo último que sus ojos vieron antes de que el hierro del cuchillo atravesara el cuello fue el cielo sin estrellas y sin luna.
______________
Georges Ederlezi miró impávido el cadáver sin cabeza de su hijo mayor suspendido en medio de los árboles; al fondo, Gretha, una de sus hijas, gritaba histéricamente mientras que sus tías trataban de sostenerla y de llevársela a otra parte.
Bajando la mirada hacia el suelo, se encontró con la cabeza del fallecido empalado en una estaca de madera y con una hoja de papel. Arrancándola, leyó lo que estaba escrito.
Justicia para Mercedes.
Nota de la autora:
El presente relato está inspirado en la canción "Sceadudenga" de la banda neofolk Sowulo. Esta melodía la puedes encontrar en YouTube.
¡Felicidades! Esta publicación obtuvo upvote y fue compartido por @la-colmena, un proyecto de Curación Manual para la comunidad hispana de Steemit que cuenta con el respaldo de @curie.
Si te gusta el trabajo que hacemos, te invitamos a darle tu voto a este comentario y a votar como testigo por Curie.
Si quieres saber más sobre nuestro proyecto, acompáñanos en Discord: La Colmena.
¡Muchas gracias, @la-colmena!
This post was shared in the #spanish-curation channel in the Curation Collective Discord community for curators, and upvoted and resteemed by the @c-squared community account after manual review.
@c-squared runs a community witness. Please consider using one of your witness votes on us here
Votado por el trail @team-mexico
Servidor en Discord TeamMexicoPRO ¡Te esperamos!
Delegaciones para @team-mexico ¡Ayúdanos a crecer!
10 SP - 25 SP - 50 SP - 100 SP - 150 SP- Mas información.
¡Muchas gracias, @team-mexico!
This post was shared in the Curation Collective Discord community for curators, and upvoted and resteemed by the @c-squared community account after manual review.
@c-squared runs a community witness. Please consider using one of your witness votes on us here
Curamos la etiqueta #spanish con el token SPACO de la Comunidad de Hispano Hablantes, te invitamos a formar parte de nuestra comunidad.
¡Muchas gracias, @sinergica!
woo muy bueno, pero deberías usar otras etiquetas c: Pienso yo
Spanish es la etiqueta que más uso junto con la de castellano, XD
Un relato escalofriante te envio saludos.
¡Muchas gracias por tu comentario, @thelastpoet! Esa era la intención, de hecho xD. ¡Saludos!