La joven de la sangre de oro (I)

vickaboleyn (65)in #spanish • 7 years ago (edited)

"Otra vez ese sueño", pensó Cristina mientras se levantaba de la cama. "Desde ese incidente lo he estado teniendo una y otra vez... ¿Qué significará?"

Saliendo de su habitación, bajó a la cocina. No había nadie; su madre y su hermano habían salido, una a buscar trabajo y el otro a la escuela. Su abuela aún dormía tranquilamente en su habitación. Suspirando, se sentó en la mesa con su taza de café con leche, unas galletas y un plátano.

Tenía que encontrar un empleo, y rápido. Su sueldo de redactora independiente variaba de manera considerable; en un mes lograba reunir una generosa cantidad de dinero suficiente para cubrir su deuda mensual con el banco y pagar su teléfono, pero en el otro apenas logra juntar para lo segundo. Era una actividad que disfrutaba, pero que no le pagaba las facturas de los alimentos, la luz, el agua, el internet y el teléfono; tendría, por lo menos, delegarla como actividad extra una vez que la llegaran a contratar en algún empleo como vendedora, docente o redactora periodística.

Cuando terminó de desayunar, se levantó, lavó los platos y se dirigió nuevamente a su habitación para cambiarse de ropa. Tenía una entrevista de trabajo en una librería ubicada dentro de la plaza comercial que estaba cerca de la casa. De ahí se trasladaría al centro para asistir a otra entrevista... O pensándolo bien, quizás se iría a la biblioteca a leer algún libro que está en los estantes.

No quería ser pesimista, pero tenía la sospecha de que no la iban a contratar en ninguno de los dos empleos del día. Su única experiencia se enfocaba en la creación de artículos y relatos cortos para entretener a las audiencias. No tenía experiencia en docencia y las ventas no era su punto fuerte; su mejor carta era la de la redacción, una especialidad tan menospreciada como mal pagada. "Ya lo decidiré en el camino", pensó mientras se dirigía hacia el paradero.

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Jápeto se removió de interés en su asiento mientras que la corte entera empezaba a murmurar entre sí sobre las nuevas de Aesir. Éste, con franqueza y seguridad, informó que se había topado con uno de los tres dragones fugitivos del Metnal. Se lo había topado de inmediato aquella mañana en la estación de policía, pero cuando estuvo a punto de atraparlo, éste se había marchado ya.

"Mentiras... Todas ellas", pensó para sí mismo Aesir mientras que Jápeto, metiendo orden en la sala, inquirió:

-¿Y tienes alguna información que dé con su paradero?

-No, mi señor, pero tengo a dos de mis mejores agentes tras su pista -replicó el arcángel.

-Bien. Manténme informado por si hay alguna nueva.

-Sí, mi señor.

Con un ademán, el señor de los cielos despidió a su favorito. Éste se unió a la muchedumbre, posicionándose junto con Raphael, su abuelo y patriarca de la familia Aeseryon. Éste miró de reojo a Thor Agnarsson, su tío por el lado materno; éste le devolvió la mirada con aparente indiferencia, cuidando de no expresar sospecha.