Guerras Vampíricas - Capítulo 8: El principio de todo
Kent, año 430.
La Gran Sala de la Mesa Redonda estaba en pleno estado de ebullición. Los principales generales de Vortigern discutían sobre los acontecimientos de los meses pasados en Ynis Wydryn mientras que el soberano, en silencio, les escuchaba con atención.
Algunos aún estaban incrédulos ante lo que habían visto en aquella batalla mientras que otros, convencidos, opinaban que lo mejor que se debe hacer sería negociar con los sajones y exterminar a aquellos monstruos que habían llegado allende los mares con la sola intención de expandir su plaga. Desvió discretamente la mirada hacia Aurelius. Éste, sentado en el otro extremo de la mesa, también escuchaba en silencio la diversidad de opiniones de sus compañeros, quizás sopesando bien sus palabras o abstenerse de opinar sobre un tema que conocía tan bien como la palma de su mano.
No le culparía si fuera el último caso. El tema en sí era muy delicado, y hablar de ello era muy complicado para el general romano.
Al final de la reunión, Mael Dé Dannan, un viejo amigo del rey, se volvió hacia el general de origen romano y le preguntó:
-¿Cuál es tu opinión, Aurelius? No has dicho nada en toda la reunión.
Aurelius miró de reojo a Mael y de éste a los demás. Éstos le miraban expectantes, como si trataran de anticiparse a la opinión del general. Levantándose de su asiento bajo la escudriñadora mirada de todos, expresó:
-Roma lentamente nos está abandonando, para fortuna de todos nosotros los que nunca hemos doblado la rodilla ante su estandarte. Pero nos está abandonando por muy poco tiempo.
Vortigern estaba intrigado. Los problemas del otrora imperio más poderoso del mundo habían superado a sus gobernantes; éstos ahora mismo se concentraban en una lucha por el poder y el control de la moribunda nación dividida, con la cual los mal llamados "bárbaros" empezaban a aprovechar la oportunidad para vengarse de las vejaciones sufridas en el pasado. Sería comprensible, en ese contexto, que el imperio esté abandonando Britannia por el coste de la manutención de sus ejércitos.
Pero una pregunta quedaba al aire: ¿qué tenía que ver Roma con aquellos seres devoradores de sangre?
-Señores, la mitad de ustedes sabe tan bien como yo cuál es la posible y quizás verdadera razón por la que los vampiros estén interesados en nuestra tierra - determinó Aurelius.
-¡Es imposible! - intervino Mael Dé Dannan, uno de los generales del rey.
-¿Imposible? Mael, ¡tú sabes muy bien como yo que hubo una indiscreción en Roma!
Los presentes empezaron a murmurar. Vortigern inquirió:
-¿Indiscreción? ¿Es que acaso tenemos espías en Roma?
-Más bien un espía inconsciente de las familias vampíricas más poderosas de Roma -explicó Aurelius -. Un híbrido seducido por su nordekai, un vampiro. Desde Londinium estuvo enviando información sobre usted y nosotros. Ignoro qué tanto sabía Jared de Damasco, pero no dudo que sea lo suficiente para liderar un ejército hasta territorio picto.
-En este caso debemos encontrar al maldito traidor y colgarle -declaró Mael.
-Ya se hizo eso -replicó Owen-. Su sangre fue útil para remojar la hoja de tu espada.
Vortigern sintió un escalofrío ante aquellas palabras.
La ferocidad en batalla y el trato sádico que Aurelius prodigaba a sus enemigos y a los traidores eran ampliamente conocidos. Incluso Mael, quien tenía fama de guerrero feroz enloquecido, le temía tanto al mismo tiempo que le respetaba a pesar de los veinte años que se llevaban entre sí.
-¿Entonces qué sugieres que hagamos, Aurelius?-inquirió.
-Prepararnos para lo que viene... Para lo que está aquí -respondió el general con solemnidad.
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Argento observó el paisaje desde la ventana de sus aposentos en la antigua fortaleza romana de Trewar Venydh. El mar le traía recuerdos nostálgicos y trágicos, especialmente los últimos.
Cerrando los ojos, evocó una vez más el día en que vio a su madre por última vez.
Fue de una playa en las costas de Pilos en donde dedujo que ya no volvería a ver a su familia. Tenía 16 años y era la menor de los cinco hijos. Teniendo esa edad ya había participado en varias batallas al lado de sus padres hasta aquella noche fatal en que se descubrió la traición. Su madre, Selene, había logrado escapar de la emboscada tendida por Acteón, un antiguo espía de Lilith. Acompañadas de una sabina oriunda de la vieja costa latina, llegaron a Pilos. Ahí, Selene colocó a la sabina y a ella misma en una barca.
Sus visiones la habían aterrorizado. Trató de convencerla de que fuera con ellas a la extraña tierra que la joven Argento tanto soñaba. Selene, plantándole un beso en la frente, le dio a entender que su tiempo había terminado... Pero que ella, la más joven de la familia, era solo el principio de todo.
Esas palabras nunca las comprendió.
Y quizás no las comprenderá jamás.
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Excelente historia, continua así , muy buena narrativa... si gustas puedes darle un vistazo a mis últimos post en español agradecería mucho si me das tu opinión, saludos y éxito en todo! :)
¡Por supuesto! :) ¡Un abrazo desde México!
Buen trabajo amiga mia!
¡Muchas gracias, Antonio!
Qué gran historia amiga, felicidades!
¡Muchas gracias! 😊
mis emociones en este momento
Jejejejejejeje, y aquí te va este: https://steemit.com/spanish/@vickaboleyn/guerras-vampiricas-capitulo-9-uther-y-myrddin