¡Si tú tocas, yo canto! 😄

in #spanish7 years ago

Amo la música, amo escucharla, amo cantar. Es realmente relajante, libera tu mente de pensamientos negativos, nutre el alma y enriquece tu espíritu.

He estado unida a la música y a todas esas sensaciones desde siempre y mi madre es la responsable de eso. Desde que tengo memoria ha habido en mi casa o en la de mis abuelos unas cuerdas sonando y haciendo esa cosa maravillosa que llamamos música. Mi abuelo, Don Goyo, toca el violín y en las reuniones familiares siempre estaba él con su instrumento junto a un grupo de amigos tocando, unos en la guitarra, otros con el cuatro y otros con las maracas, poniendo a bailar a todo el mundo con esos merengues venezolanos y con los valses andinos que tanto gustaban para echar un pie.

De la gran variedad de géneros musicales que existen, es la música de mi país, Venezuela, con la que más me identifico, quizá por haber crecido rodeada de músicos, quizá porque era con lo que me despertaba todos los días porque mi madre la ponía desde muy temprano o quizá simplemente porque soy de aquí. Lo cierto del caso es que disfruto con la misma intensidad escuchar o cantar un polo margariteño, una gaita zuliana o un pajarillo.

La música venezolana es verdaderamente rica, hay toda clase de ritmos y cada uno de ellos tiene un instrumento distinto como protagonista. El cuatro es quizá el más común en todos, me atrevería a decir que es la estrella de la música venezolana. Es un instrumento que está presente en todos los ritmos, algunas veces como acompañante, otras como instrumento principal. Para quienes no lo conocen, es un instrumento parecido a la guitarra, un poco más pequeño y con cuatro cuerdas en lugar de las seis que tiene la guitarra. Tiene un sonido bastante particular que se diferencia muy bien de otros instrumentos de cuerda, si tuviera que describirlo diría que es un sonido "sencillo, humilde y muy armonioso" pero no necesariamente simple.



El cuatro de mi hijo


La variedad de la música folklórica de mi país es una huella digital de cada región. En el oriente tenemos los polos, galerones y joropo oriental, en donde el sonido característico lo pone la mandolina. Hacia el sur el calipso es el ritmo que se impone, una música muy alegre, donde el cuatro es acompañado por pandereta, charrasca y tambora, y sus letras suelen ser una mezcla de inglés y español.

Hacia el centro tenemos los merengues caraqueños y el joropo tuyero, ambos ritmos muy alegres de letras pintorescas y picaronas. Al merengue, aparte de los instrumentos tradicionales, se le anexó el sonido de los instrumentos de viento y era el ritmo que sonaba en todas las fiestas caraqueñas entre los años 20 y 40; ¿quién no bailó a "Carmen la que contaba 16 años" o no escuchó decir que "El norte es una quimera"? 😉

En occidente existe otra cantidad impresionantes de ritmos autóctonos, entre ellos destacan los ritmos larenses como el golpe tocuyano, un género que se caracteriza por presentar en sus letras historias de la región, las costumbres y tradiciones locales o letras de protesta. El instrumento principal, una vez más, es el cuatro acompañado por tambor y maraca. Una de las canciones favoritas de mi adolescencia pertenecen a este género, El Cardenal, de Carota, Ñema y Tajá, una canción bellísima que suelen tocar y cantar mis hermanos cada vez que nos reunimos y la culpable de que mi madre se ponga nostálgica cada tanto. Como ya les había contado en algún post previo, mis hermanos y yo nos fuimos a muy temprana edad de casa por motivos de estudio. De cuatro muchachos bullangueros quedó sólo uno, mi hermanito menor al que le llevo ocho años, que de paso es el más callado. Se pueden imaginar lo que mi madre sentía con todo ese silencio llenando la casa. Cada vez que volvíamos al pueblo por algún fin de semana largo o por períodos vacacionales era muy común terminar en alguno de los cuartos con el cuatro en la mano (mis hermanos, porque yo nunca aprendí a tocar ningún instrumento por perezosa) y comenzar a cantar lo que primero llegara a la mente. Esta pieza, El Cardenal, era recurrente - y sigue siendo- y hoy día, que estamos repartidos por aquí y por allá, cuando mi madre escucha esta canción la embargan las emociones. No es la única, a mi también...

Aquí se las dejo para que la conozcan...



🎶 Cuando yo estaba muchacho y andaba por esos montes....🎶


De los ritmos occidentales tenemos los del Zulia. la danza y la contradanza, dos ritmos que son parecidos en alguna medida al merengue del centro pero con letras muy halagadoras hacia el género femenino y otras inspiradas más en la cotidianidad y en personajes de la ciudad. A este género pertenece otra de mis canciones favoritas: Señor Jou de Pablo Camacaro. Escúchenla, les va a encantar 😌

Y bueno, no puede faltar en este listado la reina de occidente: La Gaita Zuliana!
La gaita es una cosa hermosa, que se empeña en destacar toda ese monstruo empalagoso que es la zulianidad, en la que puedes darte cuenta del regionalismo tri-mollejúo de los zulianos, dedicada a ensalzar su inmenso lago: el maravilloso Coquivacoa, a su Puente General Rafael Urdaneta, uno de los más largos del mundo, a su Maracaibo Señorial, la Tierra del Sol Amada y por supuesto, a su China, Chinita, Chinata, Chiqui, Chinquita y otras tantas formas cariñosas que tienen de llamar a la madre de los zulianos: la Virgen de Chiquinquirá. Son canciones de amor pero también de protesta, algunas llenas de hilaridad, de sátira, otras más sentimentales.
Dentro de la propia gaita hay subgéneros como la gaita de tambora o de furro, la de Santa Lucía (también es un género, no una dedicada a Santa Lucía), la gaita perijanera y la tamborera, que no es la misma que de tambora. Si les soy sincera, no distingo mucho entre una y otra, para mi suenan muy parecidas excepto la de Santa Lucía, a esa sí le encuentro un ritmo diferente, pero no me hagan mucho caso, me declaro ignorante en el tema, yo sólo sé que me encantan y espero con ansias el mes de Agosto, que es cuando ya en todas las emisoras están sonando las gaitas y se empieza a escoger la "Gaita del Año", un premio que se entrega el 18 de noviembre, día de la Virgen de Chiquinquirá.
De las gaitas la que más me gusta es quizá Aquel Zuliano de Renato Aguirre. Escúchenla también, es una canción muy emotiva para quienes amamos al Zulia y estamos lejos de allí.
De las dedicadas a la Chinita mi favorita es Reina Morena de Ricardo Aguirre, es una verdadera declaración de amor y devoción.

Dejé de último mi género favorito: la música llanera. Yo soy de piedemonte andino, pero mi estado, Barinas, también es llanero y la música del llano la llevo en las venas, pero de eso, de la música del llano, sus diferentes ritmos (¡que son un montón!), de sus exponentes y todo lo demás les cuento otro día.

Yo no aprendí a tocar ningún instrumento, mis hijos están aprendiendo, uno con el cuatro, la otra con la guitarra, y sigo repitiéndome que algún día aprenderé a tocar, espero en algún momento dejar de procrastinar y hacerlo en serio.

Y tú, ¿qué instrumento tocas?

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Me encantó tu post, amo la música llanera!

A mi también me encanta la música llanera, estoy escribiendo un post sobre eso, es mucho lo que hay que decir al respecto. Por eso lo dejé para una nueva publicación.
Saludos @jacklinlopez!

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