Me declaro equidistante
El término equidistancia se utiliza en matemáticas y geometría para definir a un punto que se encuentra a igual distancia de otros dos puntos o lugares; por tanto se puede decir que la equidistancia sirve para determinar un punto intermedio. Pero existe una condición necesaria para que tenga lugar esa equidistancia, y es que los dos puntos sean extremos y opuestos.
Como sucede con muchas palabras y definiciones , las mismas pueden ser usadas en otras ramas de la ciencia y en otros aspectos de la vida.
Así pues, desde una perspectiva psicológica, la equidistancia sirve para definir a aquellas personas que muestran una actitud a medio camino entre dos posturas encontradas y enfrentadas, sin que tomen partido ni por unos o por otros.
Un equidistante puede compartir o estar de acuerdo con algunos postulados de cada parte y a la vez rechazar otros que no comparte.
Para muchas personas los equidistantes son cobardes porque no se mojan. Para ellos se trata de elegir siempre entre un bando u otro; hay que aceptar la totalidad de una parte y rechazar completamente la otra. Esta es una actitud muy frecuente hoy en día, una actitud extremista y radical.
Unos piensan BLANCO y otros piensan NEGRO, y no hay punto intermedio, rechazando la posibilidad de la existencia del GRIS. Pero para los radicales, su extremismo lo perciben como algo normal e inconsciente; no se plantean que de hecho, en la naturaleza es muy difícil encontrar el BLANCO y el NEGRO absoluto, sin embargo lo que si existe es una infinita gama de GRISES con diferentes tonalidades.
Vivimos en un mundo de radicalidad que enfrenta a las personas, familias y sociedades enteras. Este hecho lo podemos observar muy claramente en lo que estos días está ocurriendo en España con el tema de la posible independencia de Catalunya. Por supuesto es algo extrapolable a otras partes del mundo, pero cuando te toca de cerca, lo vives con una intensidad muy distinta a cuando te encuentras en la distancia.
En este ambiente de extremismo me declaro equidistante. Es curioso que de todos los sucesos y acontecimientos que han tenido lugar en estas semanas, el que a mi personalmente me ha parecido más importante, haya pasado claramente desapercibido o ignorado para la mayoría. Me refiero a las manifestaciones del pasado sábado bajo el lema #PARLEM #HABLEMOS . Manifestaciones en las cuales la gente no portaba banderas de ningún tipo ni representaba a ningún partido político. Simplemente desde la equidistancia se pedía diálogo, se imploraba un paso atrás por parte de los extremos opuestos para buscar una solución consensuada en la cual, ambas partes están obligadas a ceder en algo.
Todo el mundo se llena la boca hablando de diálogo y afirmando que es el otro el que no quiere; sin embargo nos olvidamos que el diálogo no significa sentarse en una mesa esperando que la otra parte acepte nuestras condiciones; diálogo significa escuchar, comprender, compartir y construir algo nuevo a partir de lo mejor de cada uno, y sobre todo ser generoso cediendo algo tuyo a cambio del bien general y común.
Me declaro equidistante, ya que solo a través de la equidistancia es posible el diálogo; solo a partir de la equidistancia es posible la tolerancia; solo a partir de la equidistancia es posible la convivencia en paz.
También me puedo declarar equidistante. Fui a la concentración de Parlem del sábado y me sentí muy bien allí, pidiendo diálogo, sin banderas, todos de blanco.
No todo es blanco y negro, y en mi caso me podría llamar indecisa, porque no estoy ni en el "si", ni en el "no", solamente a favor del derecho a decidir.
Por otro lado, no creo que vivamos un mundo radical. Yo no vivo en España, solo he ido de turismo y me parece espectacular (pero eso no es el tema y sigo con lo que iba). En todo caso, lo que sí es un hecho es que las posiciones radicales suelen destacar más, digamos que resaltan más y por ello pueden avivar nuestros sentimientos, bien de aprobación o de repudio y eso lo usan los políticos para que tomemos decisiones por razones emocionales, que son la mayoría de las de veces en las que nos animamos a decidir.
En cuanto al tema de Catalunya no puedo opinar, pues no lo conozco a fondo, solo puedo ofrecer mis mejores deseos, para que consigan un forma de solucionar sus problemas, pues allá conocí personas de gran calidad humana.La equidistancia no supone no tomar parte, sino entender que hay más puntos de vista que lo extremos opuestos. Como digo en el post además del negro y el blanco existen numerosas tonalidades de grises que no hay que ignorar. Y en la vida para convivir ordenadamente y pacificamente muchas veces hay que ceder a ciertas pretensiones sin por ello rechazar tus propias creencias y opiniones. El único objetivo de mi post es mostrar que existimos muchas personas dispuestas a dialogar y a llegar a entendimientos. No se trata de evitar tomar decisiones, sino que estas decisiones se tomen de forma consecuente, y mucho más cuando está en juego el futuro de muchas personas.
Gracias por tu comentario.
Saludos
Tu escribiste:
Para que exista el gris, este tiene que estar formado por el negro y por el blanco, conocer los dos extremos radicales y enfrentados para así hacerse su propia idea de las situaciones. Como siempre muy utiles tus reflexiones @torkot :)
Muy bueno, la verdad interesante tu Blog! @torkot saludo..
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