Guerreros de pie : Cuento de ficción / Primera Parte

Abajo en la superficie,agitan sus pañuelos,centenares de especies florales, tímidas siemprevivas con sus túnicas violeta, en un campo fecundado de tulipanes azafranados, perfumados mirtos, fragantes e inmaculados lirios, y un largo rosario de especies florales, que se preparan para aperturar la jornada el día. cuando el rocío de la alborada lava sus tiernas caritas, perfumadas de cándida inocencia,mientras alistan sus túnicas traslúcidas, para dar la bienvenida al albino amanecer de rubios ojos.
Todas las flores en general, tienen la misión de fecundar las emociones superiores de los seres vivos, sobre todo la de los animales y, lade los humanos. Cada especie floral, se encarga de una emoción en particular, la rosa por ejemplo se encarga del amor,las flores amarillas fecundan la alegría, las de tonalidades rosa y violeta, el amor por el prójimo, bajo la suprema guía de la diosa venus.

En cada rincón del bosque crecen y se desarrollan variadas especies vegetales, las que tienen una misión específica que cumplir, destinada a salvaguardar el hogar que les nutre y les da vida, así como el polen y la clorofila que les sustenta diariamente, al amparo de su padre supremo, Helio ( el dios sol para los humanos). Del lado oeste crecen las especias, se les suele ver besándose en los bancos de una plazuela de musgos y helechos, hojitas de un laurel, sustancioso céleri , perejil y coriandro. Mientras aromatizan el aire, se mantienen vigilantes por si algún intruso irrumpe en el trono de Angku, a fin de dar la voz cantante de alerta; son alegres, dicharacheras, de humor picante, coquetas, sociables y de temperamento apasionado.

A un costado del lado este, se eleva una capilla de especies trepadoras de brazos elásticos y fuertes, con manos tan poderosas y flexibles, capaces de detener a los feroces adversarios que siempre rondan con sus amenazas y ambiciosas pretensiones.En la cima de esa capilla vegetal en forma de cúpula romboidal, se puede visualizar un cetro de guirnaldas madreselva, campanillas, trompetas del cabo y variadas versiones de bignonias del cabo de invierno, que saludan a su esplendoroso padre, con sus rama encumbradas hacia las alturas.

Al otro costado de ese mismo punto cardinal, reverdecen un un santuario cultivado de capsicum, o diversas especies de pimientos dulces y picantes, ajíes, chiles, guindillas, chireles y demás, cuyo temperamento volcánico y de ardiente proceder, se mantienen en alerta percepción, en un orden cerrado listas para combatir los ataques del enemigo invasor, y responden a las órdenes del ejército de arboles, centinelas permanentes y guías del reino de Angku. Este santuario, responde al llamado de Tropa Capsicum y salen al combate ataviados con túnicas rojas y un cayado en ambas manos, el cual manejan con las técnicas marciales de la milenaria China.

Los cuatro dignatarios, trabajan coordinadamente, en común acuerdo, fraguando y perfeccionando nuevas estrategias a fin de mantener incólume el convento vegetal donde habitan con sus tropas de salvación, dispuestos a actuar ante menor atisbo de conminación maléfica

Si proseguimos explorando, los innumerables espacios del reino Angkuano , observamos que en el punto más céntrico de su núcleo, se encuentra un gigantesco portal, convertido en una especie de fragua vulcanizadora, un verdadero lujo de taller de orfebrería, en cuyo útero se gestan poderosas armas de defensa, mas no de destrucción, elaboradas como verdaderas joyas cuya materia prima resplandece en las entrañas mismas de la tierra.Es el cuartel de concentración, maniobras y ejecución estratégico de las tropas, pero es una verdadera joya artesanal de extraordinaria belleza. El fulgor del oro y el color de las piedras preciosas resplandece por todos los rincones, en un prisma piramidal de destellos e infinitas tonalidades y matices, es, la gratitud delegada por el reino mineral.

A los márgenes de los ríos, lagunas y charcos, extienden su morada los espíritus del agua, representado sus cuerpos físicos en las flores de los nenúfares blancos, las místicas flores de loto, los jacintos, amistosos de mágicos poderes, la diminuta y protectora lenteja de agua, que funge como un tapiz sobre las superficies acuáticas cuando advierten la presencia de especies enemigas. Todo esa tropa de ejemplares acuáticas están al mando de las náyades, ondinas y nereidas, comandadas por el dios de la lluvia Tlaloc.

Pero de pronto ocurre algo inesperado,el absoluto sosiego ¡se quebranta! cuando repentinamente un estruendo irrumpe en todo el territorio sagrado de Angku, han llegado Los desterrados, ocasionándo una tragedia natural de magnitudes catastróficas.

Este cuento continuará.