La transferencia fue rastreada a una cárcel de chile, cosa extraña porque yo vivo en España, así que debería ser algún socio, el que se llevó a mi niña. Las embajadas de España y Chile, se pusieron en contacto para proceder a solucionar lo ocurrido.

Entonces recordé, el chico del aparcamiento que me vendió la muñeca, podría ser su socio.
Detallé a la Policía lo que recordaba de aquel hombre e hicieron un retrato robot, era una de las pocas pistas de las que partir.

Empezaron a buscar en las bases de datos de reconocimiento facial. Fueron a hablar con la profesora por si lo reconocía como el hombre que se hizo pasar por el padre de la niña.
Lo reconoció de inmediato, estaba claro que tenían una pista fiable.

La Policía y la Guardia Civil, se pusieron en contacto con el FBI, cruzaron los datos y pronto obtuvieron resultados. El hombre del parking era conocido como “El Chileno”, un famoso secuestrador de niños, que subastaba a los niños a pederastas, en la “Deep web”. Su socio aún cumplía condena en una cárcel de Chile, por hackear cuentas bancarias y chantajear, a los propios pederastas, a los cuales, después de venderle los niños, les robaban el dinero restante de sus cuentas.

Los aeropuertos triplicaron su seguridad en ambos países. Una de las cámaras del aeropuerto, lo detectó en una sala esperando para embarcar. Los efectivos de seguridad se acercaron a él con sigilo. La niña no estaba con él, se lo llevaron a una sala para interrogarlo y requisar sus objetos. De inmediato fue trasladado a una comisaría, donde no paraban de entrar agentes de ambos países a preguntarle por la niña. Sólo miraba el reloj, sin mediar palabra.

Después de 13 horas, de interrogatorio sin obtener nada. En sus objetos personales, se escuchó el sonido de un sms, en su móvil. Todavía no habían conseguido la clave de acceso, por suerte el mensaje flotante, salió en la pantalla, fue capturado. El cual decía “Completada la transacción, a falta del envío”. Gracias a la tecnología detectaron la ip y obtuvieron una dirección, era la cárcel donde estaba su anterior socio. Fueron a la biblioteca donde tenían acceso los presos. Aunque su socio no tenía derecho de uso, burlaba la seguridad para llegar a ellos. Esta vez, las cámaras si lo vieron salir de la biblioteca a la hora aproximada que recibió el sms, en el móvil del Chileno.

Con la pruebas obtenidas, sacaron al preso de su celda para interrogarlo y consiguieron hacer un trato para delatar a su socio, a cambio de una rebaja en su condena. Aceptó sin más, llevaba muchos años encerrado y tenía ganas de salir de allí. Y así lo delató, le dijo que la entrega iba a ser en el aeropuerto de Barajas, en Madrid.
El FBI se puso en contacto con las fuerzas del orden españolas, para que procedieran a soltar al Chileno e hiciera la entrega de la niña. Así podrían tener pruebas contra él y conseguirían al pederasta también.

El Chileno puesto en libertad y se fue al parque de enfrente de la comisaría. No quería hacer la entrega porque sabía que lo estaban siguiendo y sería una trampa, pero también sabía que sino la hacía, los contactos del pederasta irían a por él, para ajustar cuentas pues era un hombre muy influyente en ese negocio. Y si no accedía a donde la niña estaba escondida, ya no le quedaba ni comida ni agua por lo que recaería su muerte sobre él.

Después de meditar una hora, volvió a la comisaría y dijo que les quería proponer un trato, después de dialogar. El fiscal aceptó la negociación a cambio de que la niña fuese entregada en vida. Él no compartiría cárcel con el pederasta y obtendría una rebaja en su condena.

Se prepararon los efectivos de las fuerzas de seguridad, para proceder a la detención del pederasta y la liberación de la niña. El rescate de la niña fue un éxito, estaba deshidratada pero no tenía ni un rasguño. El pederasta fue detenido, en el aeropuerto de Barajas, mientras esperaba a su contacto.

Selena después de una revisión médica y psicológica, volvió a su casa conmigo. Me preguntó por la muñeca y le expliqué con detalle, que todo lo que había pasado era por culpa de la muñeca y se la había quedado la Policía como prueba, para ayudar a más niñas que pudieran pasarle lo mismo que a ella. Sonrió y me pidió una muñeca muda. Fuimos a la tienda a comprarle una muñeca normal, se acabó la tecnología durante un tiempo. Ella me abrazó con fuerza y entendió que era por su bien.

Después de aquel calvario conseguimos recuperar nuestras vidas y somos felices, sin tanta tecnología.

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Nota Importante.- Esta historia es toda ficticia, gracias a Dios. Pero sí decirles que la muñeca se vende en tiendas y varias organizaciones de consumidores, consiguieron que en ciertos países se dejaran de vender. Les dejo dos enlaces de la noticias, por si algún padre preocupado quisiera informarse.Noticias1Noticias2

Relato original by Sashas

Mi muñeca Baby. Parte I
Mi muñeca Baby. Parte II