Mi muñeca Baby. Parte II

Era hora de ir a por Selena al cole. Fui a recogerla como todos los días, aparqué en el mismo lugar y esperé a que saliera por la puerta. Salieron todos los niños y ella no venía, bajé del coche y fuí a su clase, por si estaba castigada.

Su profesora estaba cerrando el aula y le pregunté ¿Dónde está Selena?. Me miró extrañada y respondió “Ha venido su padre por ella”. Quedé pálida, ¿cómo dices? Su padre falleció hace dos años. La profesora intentó sujetarme pues mis piernas flaqueaban, llamó a la directora y rápidamente a la Policía, que llegó a los diez minutos de la llamada. Se estableció la alerta ámbar. Estaba tan confusa y desesperada que se me pasó por alto el detalle de contarles lo de la muñeca.

Un policía me acompañó a casa, por si llamaba el que se había llevado a Selena e instalar micros en el teléfono para grabar cualquier conversación.
Fui a la cocina para hacerme una tila, cuando escuche la voz de Selena a través de la muñeca desnuda que había dejado sobre la mesa de la cocina. Llamé al policía para decirle que escuchaba a mi hija. Él me respondió eso es que su hija le grabó un mensaje y de algún modo se habrá activado.

Entonces le conté, lo que mi hija me había dicho sobre las preguntas que la muñeca le hacía. Extrañado llamó a la comisaría para que viniese algún informático forense. Se personó en menos de 15 minutos, volví a repetir la misma historia y el informático procedió a analizarla. Pronto se dió cuenta que la muñeca tenía una webcam oculta en la pupila de uno de los ojos, un micrófono en la boca y un sensor en el ombligo que se conectaba cualquier dispositivo que hubiese en la casa. Desconecto todo tipo de aparatos que pudieran tener acceso a internet, para desmontarla con precaución y sacarle los datos que hubiese recopilado mientras estuvo activa.

El cifrado de los datos era complicado, cosa que le llamó la atención. Pero siguió con el procedimiento, tardó dos horas en decodificar la información que volcó rápidamente a su pc. Y así volver a Baby a su estado original y dejándola dentro de un contenedor de metacrilato, con unos sensores que detectan cualquier actividad por parte de la muñeca y mirando hacia la pared para anular cualquier tipo de visión de la casa, por si el secuestrador intentaba contactar a través de ella. También protegieron cualquier objetivo de cámara, el del pc, el de la televisión, el del móvil.

Tras esperar y sin saber que hacer, la televisión se encendió en un canal sin sintonizar, todos quedamos atentos a ver qué ocurría. Cuando empezó a pasar un texto que se deslizaba de abajo hacia arriba. En el texto ponía: “Si quieres ver a Selena, haz una transferencia de 6.000€ y un número de cuenta”. Me puse a gritar al televisor, que no tenía ese dinero, mientras lloraba como una niña por la impotencia de no poseer el dinero para recuperar a mi hija.

El policía me hizo una señal para que saliera a la calle, fuera del alcance de cualquier micrófono. Una vez fuera, me comentó que la policía se encargaría de la transferencia para rastrearla, no pude evitar abrazarle para agradecerle su respuesta.

Continuará...

Relato Original by Sashas

Mi muñeca Baby. Parte I
Mi muñeca Baby. Parte III