Esta es una serie de 15 publicaciones que combina arte callejero (grafiti en su mayoría) con literatura. Por una parte, una imagen cada vez tomada con mi Smartphone, paseando por las calles de Málaga; por otra, una propuesta literaria a partir de esa imagen.

Cientos de ojos que observan cada uno de mis movimientos. Siento como perciben cada detalle, cada gesto, cada suspiro… ¿Trajeron ellos un nuevo conocimiento o están aquí para cuestionar los ya asumidos, implacables?

Conecto otro engranaje y avanzo por el pasillo. Curvas que gotean pensamientos infinitos, ¿o inacabados? Yo no he nacido para luchar y vivir sufriendo, si no para respirar en la mansa libertad que deseo. Por encima de lo que todos creen que debe ser.

Así que la nave ya está lista, pulso otro botón. El viaje galáctico que me demostrará como una sola molécula más. Un todo que forma parte de otro todo aún más inmenso. Miro uno de los ojos y quedo inmerso en la profundidad del vacío que hay detrás de su pupila.

Pues la lucha es impuesta y no elegida. Y millares de ojos observan, condicionados... dispuestos a juzgar según el criterio prestado. Dónde queda la voluntad de los hombres, de su masa, cuando otros siguen siendo los que calibran sus miras.

Enciendo el circuito, funcionando. Y a mitad de camino te esperaré; y los ojos seguirán ahí, tomando nota. Escribiendo la estela de un camino libertario a través de las estrellas. Pues decidí no vivir una vida prestada nunca más y ese es el precio que debo pagar por ello.