Una sensación de soledad se apodera de su cuerpo como si sólo él fuese el único ser que aún permanecía en vida luego de un diluvio; era uno de esos momentos en que su mente se inundaba de imágenes del pasado, apenas siendo tan joven Abel sufrió mucho por parte de la cruda sociedad que se ha empeñado en seguir las reglas convenidas por ellas mismas, un conglomerado decidido por hacer la vida imposible a aquellos que nacieron para ser diferentes. Esa noche el joven se había recostado en su cama con la finalidad de escuchar música hasta quedarse dormido y así despejar su mente luego de tener una tormenta en su cabeza llena de ideas y de aquella sorpresa que completó su noche.

—Hendrick— pronunciaba repetidamente en susurros con el ceño fruncido, se encontraba perenne en su cama y profundamente dormido, observando dentro de sí y sintiendo la oscuridad que se impregnaba en su cuerpo y en toda la habitación. El joven se encontraba sumergido en un sueño; recostado en su cama dormido donde la luz de la bombilla del aire acondicionado daba reflejos en las paredes como lo hacía siempre, de pronto escucha una voz de alguien que le preguntaba algo lo cual le hizo abrir los ojos y voltear su rostro que estaba apuntando hacia la pared —¿Estas bien?— pregunto la persona misteriosa, un chico bajo con una camisa mostaza,  jeans oscuros y zapatos casuales se le acercó —¿Qué haces aquí?— preguntó Abel quien se extrañó de su presencia, jamás espero encontrarse con esa persona tan pronto después de tanto tiempo y mucho menos imagino tenerlo dentro de su cuarto, a lo cual dé la impresión solo guardo silencio.

De pronto el chico se quita la camisa sin decir nada al respecto y se acuesta junto a Abel dándole la espalda, acto seguido el joven le corresponde cruzando su brazo derecho por  el dorso hasta llegar al pecho del misterioso chico, sintiendo como la presencia de soledad se disipa y pensando lo bien que se sentía que su pecho y cuerpo estuviese tan cerca del otro, que reconfortado, cálido y extasiado se sentía Abel, era como si solo eso era lo que necesitaba en ese momento. Ambos guardaron silencio durante ese momento cruzando sus piernas velludas que eran caricias para Abel, quien además cerró sus ojos —Gracias— susurro en su mente para luego dar un profundo respiro.

bip bip suena la alarma

 Ya eran las 6:00 am a lo que el joven despertó estrujando su cara, estirándose como era de rutina pero esta vez lo hizo con una sonrisa dibujada en su rostro; se levantó de su cama para darse una ducha y posteriormente cepillar sus dientes pues tendría que bajar pronto a desayunar, lo más seguro su madre le estaba esperando con un tazón de leche y cereales listo para ser devorado por él. Su celular de pronto comenzó a reproducir una de sus canciones favoritas "Adventure Of A Lifetime - Coldplay" a la cual el joven Abel comenzó a cantar y a mover su cuerpo al sonido de la música imitando un poco a los simios del videoclip mientras se vestía pues aún se encontraba en toalla.

Ya al terminar de vestirse, toma su celular y su bolso para dirigirse a la cocina que se ubicaba en la planta baja de la casa, efectivamente lo primero que vio fue un gran tazón de leche, en una esquina estaba su hermana menor sentada en una silla alta para niños con sus cachetes llenos de leche que llegó hasta su nariz y las manos llenas de cereal mojado.

—Buenos días mamá— menciona para luego acercarse y darle un beso, como es de costumbre a la pequeña Tipha la saludo posando su mano en la cabeza de la pequeña y una sonrisa, al momento también el Sr. Heldut hace presencia saludando a todos, tomando un pan tostado y una taza de café.

—Oye Abel esta mañana llamo la madre de Celeste, para decirte que no iba a acudir hoy a clases porque se sintió mal, me comentó que era con algo del estómago— le menciona el padre mientras ayuda a la pequeña Tipha a limpiar su boca y sus manos en el fregadero. Lo más seguro todo lo que habían comido durante la película le había caído mal a la chica entre dulces, refrescos y cotufas era seguro que algo de ello sería el causante. Abel suspiro al saber que hoy no se encontraría con su amiga y pensar que era su segundo día en la institución y sin conocer a nadie de confianza. El joven subió a su habitación a peinarse y a lavar sus manos y boca, su padre se acerca  a la puerta a preguntarle si esta vez se iría con él o con el chófer de la casa a lo que él respondió —No, hoy tomare el bus de la universidad, según Celeste hoy iniciaba el transporte—. Para él ya era un poco incómodo llegar en carros lujosos a la institución, luego pensarían los demás cosas malas de él y lo menos que quería era tener que lidiar con ningún otro tipo de burla, él era un chico capaz de independizarse en ese sentido, su padre ni el chófer tendrían que llevarlo siempre, cuando cerca de su casa había una parada  de bus con ruta a la universidad.

Abel se despidió de su padre al bajar las escaleras, la pequeña Tipha se encontraba  con su madre en la cocina aun arreglando su mochila, eran ya las 6:40 am y el bus pasaría antes de las 7  por lo que no le dio chance al joven de despedirse de las féminas; posó sus manos en las mangas de su bolso y salió caminando apresuradamente por la puerta principal de la casa; en las afueras se encontraba el chófer de la casa a quien saludo para luego aprovechar de salir por el portón principal que aún seguía abierto; cabe destacar que la familia Heldut residía en una gran mansión con 2 entradas, la principal y una trasera pequeña para las labores del servicio.

 En su camino se consiguió a varios vecinos quienes salían desde temprano a trotar, varios de ellos el joven Abel saludo, pues eran cercanas a la familia Heldut; al parecer el transporte no había pasado aún porque en la parada se encontraban varias personas entre ellos algunos estudiantes con sus bolsos y otros con libretas, tan pronto como el Joven llegó y se postró a la espera a lo lejos se divisaba un autobús blanco con franja azul que se acercaba, efectivamente sus pensamientos fueron acertados, era el bus de la institución que se aparcó frente a ellos y abrió las puertas para que todos los estudiantes subieran. Abel espero a que varias chicas subieran primero para él luego subirse; siendo su turno de hacerlo, en el momento que comienza a subir los escalones, su corazón comenzó a latir aceleradamente, en el fondo del autobús se encontraba el chico misterioso que se le quedó mirando el día pasado cuando fue a sacar las copias junto a otra chica —Es él...— pensó, en ello su asombro fue interrumpido por una voz un poco chillona — ¡Abel, ven por aquí!— dice una chica, que al voltear el joven, se percató que se trataba de Marta la muchacha extrovertida que había conocido en clases de química. 

No sabía si fue él salvado de sentarse junto al chico misterioso o si lo había castigado de poder satisfacer su curiosidad al hacerlo, pues el bus estaba casi lleno, solo estaba disponible la parte trasera y el puesto apartado que tenía Marta para alguien más. Abel sin pensar más se dirige hacia Marta quien le hace espacio para sentarse —Buenos días Marta, gracias por el puesto—  le dice sonriendo a lo que la chica le correspondió con un beso en la mejilla y un saludo caluroso. El autobús arrancó y por todo el camino Abel se sentía observado una que otras veces cruzó palabras con su nueva compañera de clases, pero cosas de rutina para saber algo más de cada uno, no más importante que el hecho de saber que se encontraba en el mismo autobús de aquel chico guapo que le hace intimidar cada vez que se cruzan de miradas. Fijando su mirada por la ventana observa la entrada del recinto que estaba poco poblada, tal vez ya habían comenzado las clases de la primera hora, para él no había problema, ya que su primera clase iniciaba a las 9:00 am así que tendría más de una hora libre.

El bus se detuvo en la entrada y todos comenzaron a bajar, Abel espero a que la mayoría saliera para luego pararse con el fin de poder salir también sin ningún apuro, en eso se da cuenta que el chico misterioso se encontraba tras de él, lo cual provocó un estallido en su corazón , tras bajar ambos el bus se retira y Abel se queda estático esperando a que el chico entrara, pero para su sorpresa de pronto siente a alguien muy cerca de él que le respiraba casi al oído y quien había dejado un papel en uno de los bolsillos de un lado de su bolso; al voltear la mirada, el chico extraño pasa por su lado y le sonríe, sus ojos brillaban un poco, y sus labios carmesí se humedecen con la lengua, cosa que hizo que el cuerpo de Abel se estremeciera un poco.

El joven un poco asustado espero a que el chico entrara para luego dirigirse a  un banco a las afueras del recinto principal, al tomar asiento respira aun con el corazón acelerado y aun sin poder creer lo sucedido,  dirige su mano a lo que era un papel doblado que tenía una nota. Abel impresionado lee entre sí…

"Te espero más tarde al salir en la azotea del módulo de las comunas... ”

a lo cual se anexaba

"...atte. Edward".

_{La redacción de este artículo es completamente de mi autoría, muchas gracias por tomar de su tiempo en leer parte de mi trabajo, me despido no antes sin enviarles un abrazo fraternal a todos y un saludo a todos mis lectores de parte de @RoadStories} 

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