-Que calor- se queja un poco Abel estando en el salón de clases, lo primero en que se fijo fue que había pocos asientos y los que estaban disponibles no servían ni para sentarse; tal vez podría estar disfrutando de un ambiente mucho más fresco, sin preocuparse de no encontrar asientos estudiando en una Universidad privada, pues, siendo un chico proveniente de una familia como la Heldut, cualquier otro se hubiese decidido por la comodidad. Pero Abel solo le importaba estar cerca de su amiga Celeste y estudiar.

Varios chicos se daban la mano y otras chicas más se saludaban de besos y abrazos, al parecer muchos tenían tiempo conociéndose desde mucho antes, pero para la mala suerte de él no conocía a nadie y más fuerte fue el temor de ser rechazado que la de su extrovertida personalidad, siendo que solo podía ser él mientras se sentía en confianza, además era de los chicos que no le gustaba mezclar su vida personal con sus estudios, para él existía un muro entre parlotear con los demás y el de ser un estudiante ejemplar como siempre lo había sido.

-Buenos días chicos bienvenidos tomen asiento- se escuchó una voz femenina pero fuerte en el aula, alarmando a todos de quien se encargaría de impartir la clase de química en el semestre, una mujer de baja estatura, tez blanca, de pelo rizado, no le dio la sensación de ser una de esas profesoras regañonas que les gustaba ver sufrir a sus alumnos. -Hoy no tendremos clases, les mandare una guía para analizarla el próximo lunes, se las dejare en la fotocopiadora que está en el primer piso del módulo- menciona la profesora, quien luego se retiró. Abel esperaba a se presentara o por lo menos hablara un poco con ellos, pues después de todo era el primer día y el primer encuentro.

El chico de pronto siente una mano que se le posa en su hombro izquierdo -¿Que rápido no?- dice una chica morena de pelo rojo que se le acerco sin el darse cuenta; un tanto despeinada ella, pero de un atractivo extraño. -Mi nombre es Marta- le dice extendiendo su mano -mucho gusto- anexa para luego acercarse y darle un beso a la mejilla al chico. Si fuese otra persona tal vez le hubiese parecido extraño presenciar eso, pero detrás del chico callado también resguardaba una personalidad muy parecida al de la fémina.

-Hola Marta mucho gusto soy Abel- le responde sin ningún tipo de incomodidad e ilustrándole una sonrisa, Marta hizo lo mismo, le retribuyo con una sonrisa para luego tomarle de la mano y llevarlo fuera del aula de clases - Ven vamos a sacar las copias - le menciona para luego ambos dirigirse al primer piso del módulo donde se encontrarían lo más seguro con los demás chicos del salón. Luego de haber subido las escaleras y de hacer la petición de las copias Abel se tornó pensativo en lo agradable que sentía en su primer día después de haberse sentido tenso al inicio, sin percatarse que aún tenía en su mano la de la chica -¡oh... disculpa!- le exclamo para luego soltarla - Descuida, no me molesta que un lindo chico como tú se fije en mi- le menciona la extrovertida pelirroja para luego reírse, lo cual provoco que las mejillas de Abel se sonrojaran y este rápidamente solo agacho un poco la cabeza para esconder su rostro ruborizado. -Bueno Abel un placer conocerte nos vemos la próxima semana- le dice la chica para luego besarle nuevamente en la mejilla e irse sin esperar respuesta alguna del joven.

-Bueno voy a buscar a Celeste ya debe estar por salir- pensó, mientras abría su bolso para meter las copias que le habían entregado, luego de recobrar su postura, observa que un chico se le queda mirando, este le observa varias veces de reojo, era un joven alto tal vez de unos 180 cm moreno claro, con ropa oscura, jeans y zapatos deportivos, parecía ser un buen partido, pero como es costumbre en él no se fijó mucho para no llamar su atención, se encontraba en territorio que para él se debía respetar " No mezclar estudios con vida personal ", así que, coloco sus manos en las mangas de su bolso y camino hacia las escaleras con el fin de irse a buscar a Celeste.

Estando ya en la planta baja del edificio sus pensamientos sobre el chico de que le quedaba mirando fueron interrumpidos por una dulce voz que rápidamente supo identificar –Allí estas, al parecer ninguno de los dos tuvo clases- le menciona Celeste sonriendo mientras se le acercaba -Pues sí, ya iba camino a buscarte, le he mandado un mensaje a Walter para que nos recogiera- le responde sonriéndole también y un poco agitado y extrañado -¿Te sucede algo?- le pregunto su mejor amiga -eh, no, no es nada solo que me encontré con una chica de mi salón un tanto extrovertida, ya sabes- le responde con algo de timidez, lo cual casi nunca hacia cuando se encontraba con su mejor amiga al lado. - oye Abel, ese chico te está mirando mucho- le menciona Celeste quien le hace seña con los ojos; sin haber volteado Abel sabia ya de quien se trataba, pero para matar su curiosidad y asegurarse, volteo el rostro y efectivamente allí se encontraba el mismo chico de hace rato junto a otros chicos más quienes charlaban.

-Ven Celeste creo que Walter ya debe estar por llegar- le responde Abel quien toma de la mano de su mejor amiga y se dirige a las afueras del recinto con prisa. Ciertamente ya estaba el chófer afuera esperando por ellos; se subieron en la parte trasera, y Abel se pegó de la puerta para ver si desde la ventana del auto podía divisar al chico nuevamente pero no fue así.

-¿Quién sería ese chico, lo conoces de algún lado?- pregunta abiertamente Celeste.

-No lo sé- le responde.

¿Todo bien joven Abel?- le pregunta el chófer quien le mira desde el retrovisor.

-Si Walter, adelante vamos a casa- le responde con una sonrisa, para luego quedarse mirando las calles, las personas y los demás autos pensativo por su ventana.

Tal vez esa no iba a ser el único día en que se encontraría con ese joven que tanto le miraba, tendría un momento propicio para descubrir quién era, y porque mostraba un cierto interés por él tan abiertamente, pues, ese era el mensaje que su mirada tan fija a Abel denotaba a distancia.

_{La redacción de este artículo es completamente de mi autoría, muchas gracias por tomar de su tiempo en leer parte de mi trabajo, me despido no antes sin enviarles un abrazo fraternal a todos y un saludo a todos mis lectores de parte de @RoadStories} 

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