Hacía mucho frío en la pequeña habitación, apenas una cama y un clóset era lo que podía divisarse en la oscuridad, un ambiente tranquilo y de armonía podía sentirse en el cuarto de Abel quien se encontraba profundamente dormido como un feto dentro de su madre. Ya era poco el tiempo que le quedaba para seguir disfrutando de su sueño, pues, no pego un ojo toda la noche, dando como total culpabilidad a la ansiedad de saber que pasaría en su primer día.

*suena la alarma*

- oh no...- suspira este con la esperanza de poder programar su celular unos 5 minutos más, pero fue interrumpido por su padre quien toco su puerta, Julio Heldut era el pilar de la familia Heldut y padre de Abel, muy dedicado a su hijo, a pesar de que provenía de una familia adinerada siempre le inculcó a su hijo la humildad, y a sus 45 años seguía siendo un señor muy caballeroso y trabajador , padre innato que siempre tenía tiempo para Abel, no era la típica familia como la de sus antepasados, pues sus padres eran de los que por tener grandes recursos económicos eran obsesionados con el hecho de hacer mucho más dinero y poderío además de preservar y cuidar de sus intereses, descuidando a su único hijo quien supo cómo enfrentarse a cada reto.

- Vamos levántate a desayunar que hoy te llevare yo al instituto - le menciona su padre mientras le despoja de las sabanas frías con las que Abel se arropaba y antes de retirarse a la cocina se despidió momentáneamente dándole una caricia a la cabellera de su hijo, quien además le correspondió con una sonrisa.

- Enseguida voy padre - le respondió mientras se estiraba un  para luego sentarse en su cama un rato a mover su cuello y relajarse un poco para no dejarse llevar por tanta ansiedad, recordando que no había pasado muy buena noche por la misma razón; sin duda alguna este iba a ser el comienzo de un gran día para él.

- Buenos días madre - le dice Abel a la Sra. Heldut, quien se encontraba en la cocina preparando la lonchera de la pequeña Tiphany, ella también tenía que ir a su primer día de pre- escolar; este le dio un abrazo rápido a su madre para luego acercarse a la pequeña Tipha y acariciar un poco sus mejillas y el cabello, parecía que dentro de la familia tenían la mala costumbre de revolver la cabellera de los demás, pero no era ningún tipo de problema entre ellos pues su padre era calvo, la Sra. Heldut y la pequeña Tipha tenían un hermoso cabello Marrón rojizo y además liso, que podía arreglarse con solo pasar las manos por su cabeza, ni siquiera una gran ráfaga de viento podía hacer que alguna de las dos se viera tan despeinada.

Ya aguardando asiento en la mesa, en la cual se podía ver un par de tazones con cereal y leche, conjunto con un centro de mesa llena de frutas, desde peras, manzanas y uvas, sin olvidar también el pequeño racimo de bananos que tanto le encantaba a la pequeña Tipha y que todas las mañanas luego de desayunar compartía una con su mascota Toby, un Golden Retriever con una hermosa cabellera marrón matizado entre colores amarillo y anaranjado.

- Oye Julio, yo llevare a la niña al colegio y de allí iré a la tienda a buscar algo de especias que me hacen falta -  menciona la Sra. Heldut tomando la lonchera y cargando a la pequeña para dirigirse hacia su esposo e hijo y despedirse con un beso - buena suerte Abel - añadió para luego caminar hasta la entrada principal de la casa, en la cual podía notarse una gran puerta de madera y en la mitad de la sala de estar un gran candelabro y una mesa de vidrio la cual contenía un florero grande con varias flores aromáticas. 

- Buenos días Sra. Heldut y pequeña Tipha - se escucha una voz grave pero agradable proveniente del chófer de la familia quien le abría la puerta del auto para que estas entraran y pudieran posteriormente dirigirse a su destino.

- Bueno Abel termina que ya se nos hace tarde - le menciona su padre mientras arregla su corbata y se coloca su chaqueta como todas las mañanas, Abel ya estaba acostumbrado a ver a su padre bien vestido y muy oloroso, tal vez podía ser de esos hombres que por tener tanto dinero no sentía la necesidad de ir a la oficina, pero su padre era lo contrario.

 - Si claro debo buscar a Celeste que quedamos en vernos antes de entrar a clases - le responde mientras termina el ultimo sorbo de su bebida. Ambos se dirigen a una gran camioneta negra con asientos de cuero color carne estacionada en la entrada de la casa perteneciente al Sr. Heldut, pues tal vez sea humilde, pero sí que tenía un buen gusto en autos. Abel se sienta en la parte del copiloto junto a su padre quien manejaría esta vez y no un chófer de la familia.

 Ya habiendo tomado camino y estando cerca de la Universidad el padre de Abel intenta calmar un poco los nervios del pobre, pues a cada rato percataba que este miraba mucho su reloj. 

- Descuida todo estará bien, así de igual fue en la escuela, ¿Te acuerdas? - le dice mientras detiene la camioneta en el estacionamiento principal de la institución, podía notarse la gran afluencia de chicos y chicas que se encontraban a las afueras del recinto, entre ellos estaba una chica hermosa de ojos azules llamada Celeste quien era la mejor amiga de Abel, pues estudiaron desde primer grado juntos y da la casualidad que tocaron en la misma Universidad aunque con carreras distintas. 

- Buenos días Sr. Heldut - se oye una voz a la lejanía muy dulce proveniente de la mejor amiga de su hijo junto a un cruce de saludo de manos de ambos. Abel se toma una bocanada de aire, se despide de su padre bajándose del auto y se dirige hasta su amiga para abrazarla y saludarla.

- Toma Abel, me tome la molestia de pedir tu programa de clases, vi que aún no llegabas y fui al departamento a buscarlo por ti - le menciona entregándole una hoja blanca con algo impreso que decía Planificación y programación de I Semestre año 2010 la cual Abel le presto poca atención y de lo ansioso ni gracias le dio, aunque él nunca fue considerado como descortés, Celeste sabía que su mejor amigo estába adaptándose al cambio al igual que ella. Los ojos del muchacho estaban fijados a su alrededor, observando la estructura de la Institución, a los estudiantes que entraban y a uno que otro chico guapo de reojos.

 - Bueno ya debo entrar a clases, nos vemos más tarde al salir- le menciona Celeste despidiéndose con un beso y dirigiéndose al recinto.

Abel también hizo lo mismo pero un sonido le detuvo "mensaje de Edward" pudo leer luego de sacar su celular del bolsillo, llamo un poco su atención recordando que este chico le había mandado una solicitud por la misma red social unos días antes, pero sabía que no podía contestar por el momento pues se le hacía tarde para su primera clase y estaba ansioso de conocer al primer grupo de estudiantes con los cual compartiría durante el primer semestre, pero de seguro, luego tomaría el tiempo para contestarle, de pronto solo siguió caminando.

Bueno aquí vamos - pensó, luego de soltar un gran suspiro sujetándose de las tiras gruesas de su bolso mientras daba riendas de paso trastabillados al aula 13 de Química, pues según su planificación era la primera materia que vería ese lunes por la mañana.

Broken Heart - Prologo