Un sujeto promedio llamado Qī

-Bendita mecánica cuántica y sus distintas ramas del maldito gato de Schrödinger- bramó furioso el agente Tomas, mientras corría hacia el punto donde había desapareció una persona.

En aquel punto se había manifestado una zona oscura, a consecuencia del cometa TBT145 y el trabajo del agente Tomas había sido evitar que cualquier evento adverso se presentará.

Por el descuido de haberse quedado dormido en su vigilancia, ahora debía correr para salvar su pellejo y su empleo. Cuando hasta hace unos 15 minutos había estado vigilando a una pareja muy aburrida cenar en su casa, como buen voyerista se hastió de tanta normalidad y poco a poco sus ojos se cerraron.

El agente Tomas no era un funcionario normal y corriente, el era un agente del ente O.R.O.I cuyo significado de las siglas era Organismo Regulador del Orden Interdimensional. El deber de la organización era mantener el orden entre todos los universos existentes y que nunca entre ellos existiera la mínima comunicación.

El reloj inteligente del agente en esos momentos le estaba enviando los datos del personaje que había incurrido en la zona oscura. Revisó la información y el sujeto que estaba en otra dimensión era nada menos que Qī Líng Ling, un asiático proveniente de China y cuyo empleo era de administrador de unas oficinas de call center, casado con Hǎi Wōniú. Lo peor de todo eran que ambos eran la pareja que había estado observando anteriormente.

Pudo adentrarse en la zona oscura justo antes de que desapareciera, ya que estas nunca se mantenían mucho tiempo en un lugar, todas cambiaban sistemáticamente de lugar.

-Benditas probabilidades- se quejó el agente Tomas sumamente molesto.

En la mecánica cuántica todo era imprevisto y esos efectos cuánticos que provocaba el cometa era lo que más odiaba el agente. Ahora bien, Qī podía estar muerto, vivo o golpeado. Nunca se sabía en esos casos, pero lo despedirían si Qī sufría algún percance.

El agente Tomas observó el ambiente donde se encontraba, todo había cambiado radicalmente, se encontraba en medio de un estacionamiento enorme, casi parecía que estuviera en un estadio de fútbol americano. Contempló el enorme complejo que estaba enfrente suyo.

El nombre del lugar decía GenomTech, con esas referencias el agente instó a su reloj a buscar información del lugar. También procedió a buscar la ubicación de Qī, fue inmediato, el universo donde había convergido era el 9X y se ubicaba en una empresa de biotecnología.

-Ahora dime donde esta Qī- pidió desesperado el agente Tomas evitando a los guardias del lugar.

Todos los universos tenían sus diferencias, nunca eran igual. Existía uno donde hasta Hitler dominaba el mundo y otro donde los dinosaurios nunca se extinguieron, además que vivían en conjunto con los humanos. Ese universo 9X tenía sus diferencias particulares comparadas con el que había dejado.

Detectó a Qī siendo trasladado por unos de los guardias que lo habían localizado, extrañamente lo llevaban a las oficinas del presidente. Sin que Tomas lo pidiera su reloj le informó que en ese universo Qī se llamaba Benjamín Mayer y lo apodaban Ben, otra cosa elemental era que el dueño de GenomTech.

Con esa información el agente Tomas ejecutó las órdenes a otro agente que lo relegará en el universo R0 y se encargará del tal Ben.

Que Qī hubiera sido tragado por la zona oscura significaba, que en todos los demás universos también su versión ejecutó la misma acción. Así que esa noche iba a ver mucho trabajo para sus demás colegas.

Rápidamente se infiltró en las instalaciones noqueando a uno de los guardias y tomando su uniforme. Se encaminó volando hacia la oficina del presidente, donde seguramente le esperaba un Qī completamente asustado e intentado de todas las maneras poner sentido a las locuras que le sucedían, siempre era así con esos casos de inmigrantes de dimensiones.

Al llegar a la oficina, vio como salía solo uno de los mejores amigos de Ben llamado Diego, no se fijó mucho en su persona, además que era un viejo de esos de la alta alcurnia. Y entró en la sala para encontrarse a un Qī que estaba leyendo la computadora tranquilamente.

¡Si que las probabilidades se le escurría de las manos!

Ese Qī desgraciadamente era de los avaros y había decidido quedarse con ese vasto imperio.

-¿Qué se le ofrece?- indicó Qī levanto la vista de la computadora.

El agente Tomas observó bien a Qī un chino común y corriente, con algo de contextura ya que según los registros corría todas las mañanas, además de hacer un circuito de ejercicios de vez en cuando. Cabello corto y una mirada algo dormida, pero en sus ojos brillaba la astucia. El currículo de Qī no era muy grandiosos, algunos cursos de administración nada llamativos y hablaba inglés, chino y español, solo eso.

-Qī Líng Ling debo explicarle algunas cosas y deseo que no se sorprenda. Podría prestarme la debida atención- le indicó el agente preguntándose si era debido reventarle la burbuja de la lotería a ese pobre hombre, seguramente aburrido de la rutina de su vida.

Lo único que hizo Qī fue asentir y mirarle, había tanta serenidad en su mirada. Eso cogió de sorpresa al agente Tomas.

-Suena a alguien del Gobierno, por lo que infiero que no es un empleado de la empresa y me intriga porque no logro saber lo que pasa, pero creo que me explicara dos posibles cosas. La primera que está pasando con mi vida y segunda porque me quieren asesinar- señaló Qī totalmente en calma enseñando las manos para contar las cosas que había dicho.

Esa reacción no esperada volvió a tomar por desprevenido al agente. Es verdad cualquiera hubiera detectado que por su tono de voz no era obrero y quizás hasta un funcionario del gobierno, pero lo último que dijo ¿cómo lo había deducido? lo único que no entendió fue la mención de asesinato.

-¿Asesinato?- fue lo único que pudo balbucear Tomas.

Recordó que el Qī de ese mundo era un hombre rico, quizás se refería a ese hombre y el sufriría a causa de ello, sin embargo, lo extraño era como lo sabía.

-Primero explícame que pasa, esta no es mi vida. Ya lo he deducido, pero me he mantenido callado hasta ahora por seguridad- dijo Qī y le hizo una seña para que se sentará también. -Apresúrese porque ese tal Diego viene en un rato, he insiste que vaya a un tal lugar llamado El sabio-pidió.

La oficina era un lugar gigante que contaba con una sala de estar, donde se sentaron los dos hombres en unos cómodos muebles de cuero.

-Por dónde empezar- se dijo mas así mismo el agente Tomas que ha Qī. -Bueno como ha podido ver no está en su mundo- comentó y miró a los ojos achinados de su interlocutor.

Se puso a contarle todos los detalles del cometa y los resultados que despeñaban en la vida de los demás, le contó un poco de su organización, pero lo mínimo. Cuando el agente Tomas se puso a contar los pormenores de los efectos cuánticos Qī lo corto con un gesto.

-No soy un experto ni en física relativa, ni en mecánica cuántica. Con lo que me ha contado basta para mi compresión- manifestó. -Ahora tengo una pregunta ¿Podre volver a mi mundo?- formuló Qī irradiando inquietud en sus ojos.

Por fin se portaba como una persona normal pensaba el agente removiéndose en su sillón y asintió.

-El efecto del cometa se anulará cuando termine de pasar, es como un eclipse- explicó y respiró un poco para contarle el plan -Ponerse a buscar una zona oscura nos tomara mucho tiempo, por ende, le recomiendo esperar el tiempo transcurrido del cometa, que son 3 horas contando- dijo revisando su reloj -Todos estamos conectados con nuestros universos de origen y atravesar la zona oscura sin la debida etiqueta tiene sus consecuencias, es como entrar a un país sin pasaporte y cuando pase el cometa los universos se darán cuenta de eso. Usted cuenta con una etiqueta o digamos un enlace con su universo de origen, cuando pase el cometa será digamos- dijo el agente Tomas riéndose un poco -deportado literalmente y estará de vuelta a su mundo-.

Los ojos sorprendidos de Qī le causaba un poco de tranquilidad al agente Tomas, cuando se iba a dignar a preguntarle sobre el atentado tocaron la puerta y paso sin esperar respuesta el viejo Diego.

-¡Ben! Viejo amigo sigues aquí, vamos al El sabio- pidió implorante el viejo y miró por unos momentos al agente Tomas.

Antes que pudiera decir algo el agente Qī intercedió.

-Aquí el compañero está pasando por problemas maritales y vino ante mí para pedirme un aumento- señaló encogiendo los hombros. -Le dije que podía servirme de chófer, si quería- agrego -¡Sabes que no me gusta despilfarrar el dinero!- exclamó Qī al final lanzando una risa de esas de millonario.

El señor Diego en sus ojos por un momento desconfió de la mentira, pero se unió a la risa.

-Bueno, como primera tarea puede llevarte- expresó entre serio y divertido.

-A eso íbamos- expuso Qī y se encaminó hacia la puerta. -Por cierto, amigo, podrías revisar por ultima vez las estadísticas de las últimas entregas del fármaco del Milleniums. Veo algo que no concuerdan- dijo Qī más como una orden que como un favor.

1 hora.

El agente Tomas le siguió de cerca, no hablaron en todo el trayecto hasta el estacionamiento. Ni siquiera en el coche hablaron, sino al bajarse en el local de destino. Según la información recibía El sabio era un burdel.

-Ese tal Ben es un avaro y cochino sujeto- fue lo único que dijo Qī al mirar el lugar.

Estaban afuera del local, las calles estaban solas a esa hora de la noche y podían hablar rápidamente.

-En fin, este sujeto Diego quiere asesinarme por estas razonas- indicó Qī de nuevo contándolo con los dedos -Primero la empresa de biotecnología recibió una fuerte demanda colectiva de diferentes víctimas de un medicamento llamado Powerzinc, que según lo poco que pude investigar es para fortalecer los huesos. Lo que generó la segunda conclusión que pude revisar en los papeles, el tal Ben corto la producción del medicamento hasta terminar la demanda e inicio una investigación de los fármacos. Sin embargo, me intriga que Diego haya querido poner en funcionamiento estos medicamentos y discutieron los dos por las medidas tomadas- argumentó

Y por fin sacó el tercer dedo. -Al parecer el medicamento muta a las personas de alguna manera, no sé cómo, los papeles han sido borrados por alguien. No sé si fue el mismo Ben u otra persona- Qī sacó el cuarto dedo. -Diego insistió mucho en que viniera a este local, demasiado. Lo viste por tus propios ojos y tampoco escapa a mi vista que sigue resentido a las medidas tomadas por ese tal Ben- concluyo Qī.

El agente Tomas se quedó acojonado por todo lo que acaba de decir el pequeño chino.

-Diego es el segundo socio mayoritario de la empresa, el tal Ben no tiene testamento, ni siquiera familiares o esposa. Es decir, se quedaría con la empresa- razonó Qī.

-¿Pero para que quería una empresa que puede caer en quiebra con las demandas colectivas y seguir con la producción de ese dichoso medicamento?- expresó por fin el agente, esperando sacar de onda al chino detective.

-El medicamento Powerzinc hay que averiguar qué produce, que le interesaría a Diego que no se pare su producción, si el mercado agropecuario con sus semillas transgénicas gana mucho dinero- dijo Qī arrebatándole todo resquicio de superioridad al agente.

Lo único que hizo el agente fue apoyarse en una pared confuso. Había ido a ese mundo a cuidar su descuido y ese descuido había formado toda una conspiración en cuestión de minutos.

-Bien- murmuró y se viró para observar a Qī.

El rostro de este seguía sereno y como esperando respuesta por su parte.

-Investigare, mientras tu ve y divierte- pidió el agente haciéndole gestos para que entrará al lugar.

Pero Qī le miro de mala cara como diciéndole “Si entro me matan”

-¡Bien!- exclamó y sacó un dispositivo que mantendría vigilado a Qī. -Es un chip que en caso de peligro me dará un aviso de peligro, en cuanto pase, estaré allí- explicó y se lo puso en el hombro. -Recuerda faltan 3 horas y regresamos- expresó para darle aliento a Qī.

El chino tuvo que entrar cuando salieron del burdel varios sujetos, al parecer compañeros de la empresa, fueron a saludarlo y en invitarlo adentro, el chino entro arrastrando los pies.

En cuanto desapareció de la vista del agente inicio la investigación. Primero volvió a hacer indagaciones sobre Qī y recibió lo mismo, una persona promedio. El agente no lograba entender como algo promedio podía hablar de tal manera y comportarse tan tranquilamente luego de todo lo ocurrido. Además, ni siquiera protesto ante la respuesta que le dio, otros hubieran protestado.

Lo único que encontró de Qī fue que su padre había sido muy estricto con el enseñándole de todo un poco del Tai Chi, pero para alguien que tuvo un padre severo, sus notas fueron siempre regulares, no sobresalió en nada como comúnmente hacían esa clase de personas sobreexplotadas por sus padres.

Luego revisó los expedientes de la empresa y vio que era verídico lo que le había dicho Qī, hasta el más mínimo detalle.

En ese mundo las empresas que generaban mayores ingresos eran las de biotecnología, viéndose progresos en ese ámbito en ese mundo, por otro lado, el internet en ese mundo no había sido fuertemente desarrollado, en ese mundo el único navegador que abarrotaba todo el mercado era Netscape y no dejaba que ningún competir se impulsará, como resultado, toda la versatilidad del internet no se había desarrollado al 100%.

Justo en esos pensamientos le llegaron los avisos que la vida de Qī estaba en peligro. Inmediatamente salió a su encuentro. Lo ubicó en el piso 3, habitación 7 del local. En todo ese momento, mientras andaba por las escaleras podía ver lo que acontecía. Por medio del chip que estaba integrado en Qī.

Este estaba forcejando con su asesino, no estaba herido aun, pero sorprendentemente Qī le estaba dando una paliza. Lanzaba unas patadas magistrales a la cara de su enemigo y luego aprovechando que estaba aturdido, arrojó una fuerte patada tan fuerte que lo envió contra la puerta.

La puerta que en ese momento el agente Tomas abría y atestiguaba con sus ojos al perpetrador y vencido asesino.

Era un ruso con múltiples cicatrices en toda su piel y tatuajes. También había una chica en la habitación gritando, estaba desnuda y se le podía ver todos sus atributos.

Qī agarró al agente Tomas y juntos se marcharon del lugar.

2 hora.

Por lo que le contó Qī al agente. La prostituta era cómplice del fallido intento de matarlo. Detalló desde el momento que la chica la abordo y él se dejó hacer, por verla sumamente porfiada de su negativa a irse con ella. En cuanto entro al cuarto se quedó un rato sentado mirando la ventana esperando que saliera el perpetrador, como había adivinado y en cuanto salió le quito el arma de una patada. Todos los detalles el chip de vigilancia lo había confirmado.

-Lo lamento- fue lo único que pudo decir el agente Tomas.

-Tranquilo, no me creías. Cualquiera en tu caso hubiera hecho lo mismo- expresó Qī sin mostrar ningún resentimiento.

En ese momento estaban en la oficina nuevamente.

-Lo peor, si lo peor- dijo Qī luego de un breve silencio. -Es que mi mujer era la prostituta y al parecer una de mis favoritas en este mundo- comentó y su cara se puso sombría.

-No todo es igual en todos los mundos- manifestó el agente encogiendo los hombros. -Fíjate que aquí el internet es patético-dijo un poco para salir del paso.

-Si, ni que lo digas- respondió Qī que no dejaba de revisar la computadora.

-No creo que dejen todo lo que buscas al alcance de tus deducciones o investigaciones- tuvo que decir el agente al verlo tan tenaz.

Qī solo encogió los hombros.

-Dime algo- dijo el agente. -¿Cómo sabes artes marciales?- preguntó.

-Mi padre me enseño desde pequeño Tai Chi- respondió Qī sin levantar la cara de la computadora.

El agente Tomas no pudo evitarse darse un manotazo en la frente por ser tan negligente.

-¿Qué piensas hacer? ¿Denunciar a Diego con esas pruebas? Cuando las encuentres- expresó el agente intentando conocer un poco mas a ese intrigante Qī.

El chino negó con la cabeza.

-En las dos horas y media que nos queda seria imposible formar una demanda contra Diego, lo digo por las pruebas. Lo que quiero saber es que están haciendo con el Powerzinc, no creo que haya cesado su producción. La empresa aun posee un gasto en la importancia de la materia prima que sustenta esa medicina- explicó mirando a los ojos al agente. -Eso significa que aun la fabrican- dijo.

El agente Tomas por fin había decidido dejarse llevar por ese sujeto tan extraño, así que se levantó para colaborar.

-Déjame a mí- pidió y le enseñó su reloj. -Algunas cosas se nos escapan, sobre todo las ocultas, pero mi reloj podrá ingresar en el sistema de la empresa- explicó acercándose a Qī.

Qī le observó y se movió rápido de su asiento. Ni un momento se lo pensó, ese sujeto era asombroso para reaccionar.

-Voy al baño y vuelvo- dijo y se marchó dejando al agente con trabajo.

Antes el agente Tomas le hizo entrega de un arma que el chino cogió callado sin decir nada.
-No se disparar- fue lo único que dijo y se marchó con ella.

Escaneando al sistema de la compañía el agente seguía reflexionando sobre Qī. Impresionante manera de comportarse, como era que había llegado a ser una persona tan regular.

Fue en ese momento que entro a la oficina un sujeto armado con un arma y estaba apuntando al agente con ella. Al levantarse de su asiento Tomas activó el campo magnético, le protegía un poco de los disparos. Era como un chaleco antibalas, pero necesitaba mucha energía en sí.

-Trabajas para el gobierno ¿Cierto?- gritó el desconocido sin dejar de apuntarle.

El aviso de que Qī llego justo en ese momento, mostrándole que su protegido era amenazado por cinco sujetos. No sabía si concentrarse en su situación o seguir observando lo que pasaba con Qī.

-Si, pudiera decirse- contestó intentando parecer tranquilo.

El agente Tomas podía escuchar todas las amenazas que le decían a Qī.

Lo voz de Qī se hizo escuchar.

-Si disparan, yo les disparo caballeros- indicó el chino solo se le veía él brazo con el arma, Tomas podía notar como le temblaba el pulso.

-Hazlo, somos cinco contra uno- vociferó el sujeto del miedo que le apuntaba.

-¿Están dispuesto a sacrificar a uno de sus compañeros?- Preguntó Qī, la mano se le había calmado un poco.

Los sicarios se quedaron callados.

-¿Y tu vida no te importa?- expreso el líder.

-La verdad mi vida vale más que la de ustedes, por algo le están pagando- respondió Qī. -Pero si yo disparo y asesino a uno de ustedes ¿Qué pasara?- agregó -Ustedes, puedo saber que tienen familias, familias que se quedaran sin un céntimo por contratarlos. Aquel que no tenga, ejemplo tu- señaló al último de la derecha. -Morirás y sin tocar al dinero, más para los demás- expresó calmadamente.

El agente Tomas hizo su jugada y se lanzó contra su enemigo, este empezó a disparar, la barrera magnética hizo su trabajo y desvió algunas balas, las que no, chocaban contra el pecho de Tomas, pero como piedras. Ya habiendo perdido su energía cinética original. El también disparó, pero un arma tecnológica, de un tamaño pequeño que dormía a las personas.

Al caer al piso inconsciente su adversario, voló hasta el baño.

Pudo ver el agente Tomas como los criminales dudaron unos segundos y Qī aprovecho ese segundo para arrojarles el arma. Esta le dio en toda la cara al líder y el impacto fue tanto que cayó al suelo, los demás no supieron que hacer. Qī con sus habilidades los arrasó a todos. Uno estuvo a punto de disparar, pero Qī ya estaba ante él, fracturándole la muñera, hizo que el arma disparará y le dio en el brazo a otro, justo donde tenía el arma. Después el agente Tomas atisbo una patada contra el que parecía el ultimo sujeto en pie.

De nuevo al llegar al baño encontró a todos en el suelo.

3 horas.

Qī había amarrado a todos con la trenzas de los zapatos de estos, con unos nudos mejor que los de un bombero pudiera hacer. No hizo falta interrogar a los sicarios, la información que necesitaban estaban en el reloj del agente.

Y se dirigían a ese lugar secreto.

-Usted es asombroso Qī- no podía dejar de decir el agente Tomas, estaba totalmente fascinado.
Le había hecho miles de preguntas referente a su vida. Si había pertenecido al ejército, a la policía, algún ente secreto, lo que sea, pero la única respuesta de Qī fue:

-Mi vida ha sido muy aburrida-

El agente revisó su reloj faltaban pocos minutos para que el cometa pasará y Qī regresará a su mundo normal.

-¿Qué quiere hacer?- le preguntó.

-Usted me va a ayudar- respondió Qī. -Debemos exponer a esta empresa, no me importa el tal Ben y su vida. Solo quiero exponer a esta empresa- expresó determinado.

Justo en ese momento entraron en los laboratorios secretos y los dos no pudieron evitar quedarse pasmado ante lo que vieron.

Allí había plantas totalmente mutadas y con ellas habían creado mutaciones como perros plantas, leones plantas y por lo que se veía había algunos experimentos como hombres plantas. Todo era indescriptible, en ese gran lugar había millones y millones de celdas.

-Superhombres- dijo Qī con los ojos bien abiertos.

Por lo que pudo atisbar Tomas, Qī lograba controlar sus emociones rápidamente al serenarse al momento siguiente.

Escondiéndose de los millones científicos que se ubicaban ese lugar, procedieron a encerrarse en un estudio vacío.

-¿Tienes manera de difundir todo eso a las autoridades competentes?- preguntó Qī ojeando los archivos que tenía ante sí.

El agente asintió y conectó su reloj a las redes de internet local. Se extrañaba que su jefe aun no hubiera enviará gente competente a ese mundo. Ese nivel avanzado de tecnología podía ser incautado por la O.R.O.I si estaba muy adelantaba a su tiempo y sí que lo estaba.

-¿Por qué lo haces?- quiso saber Tomas.

Qī lo único que hizo fue sonreír por primera vez que lo conocía.

-Un poco de acción a mi vida no está mal- contestó llevándose las manos a los bolsillos.
La respuesta era un poco comprensible.

Al final el agente Tomas fue discreto con la información que divulgo por las redes, la sociedad de 9X no podía enterarse de los superhumanos que se estaba creando. El proceso duro todo el tiempo que Qī le quedo en ese mundo.

Al acabarse su tiempo regreso a su mundo, el agente pudo ver como se desintegraba en millones de partículas hasta se reestablecido en su mundo. Un buen sujeto, lástima que le iban a borrar la memoria y al final quedo con las ganas de saber un poco más de él.

Exactamente al desvanecer Qī una voz apareció de la nada.

-Buen trabajo agente Tomas- resonó la voz.

Era el jefe.

-Higgs 5- respondió el agente arrodillándose dando la clave de copiado de su organización.

-Cada 100 años pasa el cometa TBT145 y sin importar lo que haga es espectacular ver las consecuencias que trae- dijo el jefe observando desde el estudio los laboratorios.

En esos mismos instantes por todas partes aparecían más agentes para incautar la tecnología.

-Deje que todo siguiera el caso para observar hasta donde llegaba ese sujeto- indicó el jefe. -Como a usted, me intrigo muchos sus métodos- señaló y siguió caminando por la sala. -Sabes que lo que el cometa no es el evento que nosotros nos encargamos, siempre tenemos trabajo. Sujetos que descubren la manera de crear agujeros de gusanos estables de la nada, sociedades criminales que usan tecnología que pueden poner en riesgo su sociedad y alguno que otro cometa, asteroide o agujero negro que debemos atender- dijo con voz insistente. -En fin, ese tal Qī Líng Ling, lo hemos escogido para formar parte y usted será su compañero. Cuídelo- manifestó haciendo énfasis en las últimas palabras.

Al final el tal Qī Líng Ling lo vería nuevamente, benditas probabilidades cuánticas, pensó atónito el agente Tomas.

-No se quede dormido- pidió el jefe.

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