Perderme.

Hay días en los que quisiera perderme, borrarme del mapa, dejar de ser estadística, simplemente dejar de “ser”.
Quisiera perderme y erradicar el ser definible, perderme y ser algo único, algo irrepetible, algo envidiado, algo increíble.
Me llenaría de júbilo conducirme por la vida sin señalamientos ni direcciones que limiten mi camino. Quisiera perderme y fumar, beber, bailar, disfrutar, sonreír, ser feliz, llorar, gritar, soñar, pensar, amar, escribir, hacer todo lo que siempre quise.
Me gustaría romper barreras, expandir mis conocimientos, nutrir mi alma…dejar atrás mis miedos, mis demonios, mis recuerdos, mis experiencias: mis limitantes.
Limitantes que hoy rodean mis pensamientos. Limitantes que yo mismo he creado pero que no puedo destruir. Limitantes impuestas. Busco evadirlas, evitarlas, escabullirme de ellas, perderme. Perderme y dejarlas fuera de mi mente. Perderme para encontrarme. Perderme para salvarme. Perderme para regresar. Perderme y no volver. Perderme para ser olvidado, perderme para dejar de ser alguien y volverme un todo, perderme y disfrutar de lo que mis sueños han llamado… libertad