“Sí, sí, yo sé eso” - Ok ¿Y por qué no lo aplicas? - En este post explico cómo las personas aunque saben lo que deben hacer; no lo hacen (y además quieren que los demás sí lo hagan).

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Una corta historia

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Un hombre fue a un restaurante nuevo en el que había escuchado tenía el mejor chef de la ciudad y se servía la mejor comida del país. Se sentó y le trajeron el menú. Observó los nombres de los platos y le parecieron exquisitos. ¡Qué nombres tan provocativos, seguramente son deliciosos!

Seguidamente, miró hacia las otras mesas y vio como los demás comensales disfrutaban la comida. Estaba muy entusiasmado. Pregunto a la pareja que se encontraba en la mesa de al lado, ¿cómo está la comida? ¿es buena? - Sí, es la mejor que hemos probado en años, le respondieron.

El hombre pensó ¡De verdad que este restaurante es muy bueno! - A los minutos de contemplar sonriente el menú y a las demás personas, se levantó y dejó una jugosa propina al mesero, se fue, tomó un taxi y comenzó a charlar con el chofer.

“Este es el mejor restaurante de la ciudad, el menú es exótico, el chef es el mejor del país, la comida es deliciosa”. El taxista le responde Sí, eso he escuchado, pero aún no lo he probado, ¿cuál plato pidió para yo ordenar el mismo cuando venga con mi familia?
El hombre le responde: ninguno, no comí nada.

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El saber tiene varios niveles

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Una locura esta historia, ¿verdad? Probablemente te has dado cuenta de que hay una gran cantidad de personas que dicen saber algo, pero no lo aplican, no solo eso, sino que vociferan lo que se debería hacer, buscan imponerlo a los demás e incursionan en debates y acaloradas discusiones.

Pero al ver sus vidas, te das cuenta de que no aplican ni un 1%. A estas personas solemos llamarlas hipócritas. Tal vez en cierto grado te suceda lo mismo. Sabes que si mejoras tus hábitos físicos y psicológicos obtendrás mejores resultados.

Algunos ejemplos.

1. Sabes y repites que no hay que hacerle caso a la opinión de los demás, pero si te dejaron un comentario de burla en tu perfil te agitas y discutes.
2. Sabes y repites que la educación es importante, pero no te comprometes a aprender todos los días, ni siquiera logras leer un libro al mes.
3. Sabes de una rutina de ejercicios efectiva que defiendes, y dices a los demás que la practiquen y cambien la rutina que tienen (que si el Crossfit es el mejor, el TRX o el Running) pero no entrenas, ni siqueira sales a caminar.
4. Sabes que si eres agradecido día a día obtendrás paz y energía, y te molestan las personas malagradecidas, pero raras veces utilizas la palabra “gracias”.
5. Sabes de una estrategia de trading o inversión y dices que es la más efectiva, pero no la aplicas.
6. Sabes y repites que lo interior es lo que importa, pero jamás podrías salir a la calle sin peinarte.
7. Sabes y repites que debemos aceptarnos tal como somos, pero no aceptas el hecho de que vas a morir.

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Lo que sucede es que existen varios niveles de comprensión.

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Primer nivel: Escuchar

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Es cuando por primera vez tienes contacto con un concepto que era desconocido por ti. Suele ser algo impactante, y te preguntas cómo era que no lo sabías antes.
Escucharlo es el primer paso, pero no significa que lo estés aplicando, y mucho menos que ya sea suficiente.

El sistema educativo actual se maneja principalmente en este nivel. Nos dan una serie de clases y textos por estudiar, los escuchamos y manejamos los conceptos por encima y listo, suficiente para aprobar.
Este primer nivel es importante, porque suele producir una especie de impacto en nuestro sistema de creencias y un reajuste a nuestro conocimiento. Pero no es suficiente para producir un cambio.

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Ejemplo:

En la historia al principio del post cuando el hombre había escuchado de un nuevo restaurante y observaba el menú.

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Segundo nivel: Comprender

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Luego de escuchar el concepto, es hora hacerle algunas pruebas. Piensas y analizas lo que te dijeron, lo contrastas con otras posturas, investigas y comprendes sus principios con el fin de aceptarlo o rechazarlo.

En este nivel el conocimiento se profundiza, se refuerza y es añadido a tu sistema principal de creencias y de cosmovisión gracias a tu razonamiento junto a las aparentes evidencias que logres encontrar.
En este nivel se presentan tres serios inconvenientes:

El conocimiento podría convertirse en dogma:

Mientras haces tus razonamientos, llegas a la conclusión de que ese conocimiento es el mejor, es la mejor postura, de ahora en adelante es lo que defenderás.
Los humanos solemos atesorar profundamente nuestras creencias, y por alguna razón buscamos defenderlas (o imponerlas) hasta el punto de ser crueles.

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Opera el sesgo de confirmación:

Nuestra mente opera bajo ciertos errores de juicio, en psicología los llamamos sesgos cognitivos. Bueno, uno de ellos es el sesgo de confirmación, que consiste en buscar información que reafirme la que ya teníamos antes y así tener apoyo para rechazar los nuevos conceptos, esto con el objetivo de ahorrar la energía y el dolor que implica cambiar las creencias. En su lugar, es mejor para nuestro ego siempre tener la razón desde el principio.

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Se vuelve un juego intelectual

Como ya contamos con bases que lo respaldan (y nos encanta tener la razón), podríamos utilizar ese conocimiento para alimentar el ego: yo sí sé cómo son las cosas, lo que se debería hacer, yo sé cómo arreglarlo, conozco los hechos y las pruebas. Esto suele ocurrir con los sistemas de creencias religiosas, posturas filosóficas o posiciones científicas.

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Ejemplo:

En la historia del principio del post, cuando el hombre ve a las demás personas disfrutando la comida y pregunta a la mesa de al lado.
La inmensa mayoría de las personas operan en este nivel, pocos dan el siguiente paso.

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Tercer nivel: Cuando se vuelve instintivo

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Este es el nivel al que deberíamos aspirar. Aquí el conocimiento ya forma parte de nosotros y modifica nuestra conducta de manera visible. Tal como un basquetbolista no discute sobre cómo es la forma de encestar, sino que va y anota, o cuando un músico es capaz de ejecutar su instrumento sin entrar en explicaciones, simplemente siendo uno con el conocimiento, uno con la acción.

La demostración de que has alcanzado este nivel se verá reflejado en tu conducta. Llega un momento en el que las acciones parecen ser hechas de forma automática, porque el conocimiento es uno contigo, es instintivo, tal como lo es abrir los ojos al despertar. Aquí sobran las explicaciones, y no es necesario andar defendiendo lo que crees, porque lo vives, tus acciones son reales.
Este nivel es alcanzable y es el más alto al cual aspirar.
Ejemplo: Si el hombre del relato hubiera probado la comida del restaurante.

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¿Cómo aplico este modelo?

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Para ti:

Cuando estés estudiando, recuerda que difícilmente ese nuevo conocimiento forme parte de ti de una vez apenas leyéndolo. No te engañes, aprender es un proceso más complejo que memorizar o intelectualizar, aprender implica cambiar. Si no ocurre el cambio, estás quedándote en el primer o segundo nivel. Si eres de los que sabe algo pero no lo aplica; eso no es motivo para que te agites o te rechaces, al contrario; el objetivo es que desarrolles compromiso y compasión por ti y por tu camino.

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Para los demás:

Comprender que las demás personas viven sus propios procesos. Cuando escuches a alguien predicar algo que no practica, no significa (necesariamente) que sea un hipócrita o mala persona, significa que se encuentra en la mitad de su proceso. Por lo tanto, sé compasivo y comprensivo.

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